Mujeres, poder y maternidad: Ministra Vallejo está embarazada
Patricia Pérez, la ex titular de Justicia de Sebastián Piñera, fue la primera mujer ministra en embarazarse en el 2013.
El 1 de agosto, la ministra Camila Vallejo anunció su embarazo a través de redes sociales, e inmediatamente recibió felicitaciones y buenos deseos por su nuevo estado.
Al mismo tiempo, causó sorpresa porque además de Patricia Pérez en el 2013, Chile casi no ha experimentado el que una ministra de Estado quede embarazada en pleno ejercicio de sus funciones.
Las razones parecieran ser evidentes. El promedio de edad de las autoridades del actual Gobierno es menor, y por lo tanto, a diferencia de lo que pasaba en gobiernos anteriores, las mujeres que ocupan cargos de alta responsabilidad están en edad de ser madres si así lo quieren.
Mujeres, poder y maternidad: Ministra Vallejo está embarazada
Y efectivamente, cuando la exministra del Interior Izkia Siches asumió el cargo el 11 de marzo, pocos meses antes de haberse convertido en madre de Kala, vivió sus primeros meses de maternidad ocupando el segundo cargo más importante del Ejecutivo.
Incluso ella misma se encargó de mostrar a través de sus redes sociales, la cotidianidad de la maternidad, y en ese entonces, afirmó que además de funcionaria, también era madre.
Orgullosa del hecho, amamantó a su hija en un acto en La Pintana al día siguiente de haber asumido como ministra. La mayoría lo entendió como algo natural, pero no fueron pocos quienes la criticaron.
Si bien, casi en ningún país del mundo se cuestiona que las mujeres asuman cargos públicos y privados de máxima responsabilidad, no es habitual encontrar mujeres embarazadas desempeñándose en cargos de alto nivel político.
Pareciera ser que por mucho tiempo, la maternidad y el ejercicio del poder eran incompatibles, y obligaba a las mujeres a escoger. Hoy esa realidad, de a poco, está cambiando.
Una excepción fue el caso de la Primera Ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardner, quien en el 2018, se convirtió en la primera mandataria en ser madre en el ejercicio de sus funciones.
Cuando Ardner anunció que estaba embarazada, un reportero la cuestionó e instaló la duda sobre si la maternidad podría interferir con su capacidad de gobernar.
La respuesta de la mandataria fue rotunda: era inaceptable el cuestionamiento.
Una vez que tuvo a su hija en el hospital público más grande de Auckland, tomó seis semanas de posnatal, y luego su pareja Clarke Gayford se quedó en casa para preocuparse de la crianza.
Antes de Ardner, la última mandataria en dar a luz estando en el cargo, fue la Primera Ministra Pakistaní Benazir Bhutto, asesinada en el 2007.
Bhutto enfrentó varias críticas en aquel año por embarazarse mientras estaba en el poder. Incluso los líderes de oposición de ese entonces la acusaron y afirmaron que el “país se quedaría sin liderazgo mientras estaba hospitalizada”, según publicaron los diarios de la época.
Bhutto le transfirió el poder a la legisladora Nusrat Bhutto, su madre, mientras tenía a su hija y un día después del parto, anunció que estaba de regreso en el cargo.
28 años después, la hija de Bhutto, Bakhtawar Bhutto felicitó a Ardner por la ex red social Twitter.
Lo cierto es que a medida que más mujeres continúen asumiendo responsabilidades políticas y lo hagan a más temprana edad, la sociedad podrá ser testigo de cómo esas mujeres ejercen el poder de la mano de sus hijos e hijas.
Mujeres, poder y maternidad constituyen conceptualmente una tríada que llegó para quedarse.