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Columna de Víctor Maldonado: “El error básico de la derecha”

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POR Andres Sepúlveda |

“El error de la oposición está en priorizar la competencia en la derecha. Y mientras más contenta se le ve ganando a sus socios, más ventaja va perdiendo”.

La distancia se acorta, se acorta

Las buenas negociaciones son las que se olvidan cuando empieza la campaña y las que no lo son se prolongan en encarnizadas competencias entre quienes supuestamente son aliados, más o menos cercanos.

En la derecha la negociación recién concluida se explica por la necesidad de asegurar posiciones en la campaña presidencial. Los triunfos serán celebrados lo mismo si se consiguen ante el oficialismo o ante los socios porque no habrá detención alguna antes de pasar de inmediato a la competencia principal.

Hay muchas formas de evaluar los resultados y no siempre se traducirán en autoridades electas, sino en líderes posicionados para la elección parlamentaria.

Como este es el propósito, se puede entender por qué se ha producido una disminución de la ventaja inicial muy amplia que tenían los líderes de la derecha respecto de cualquier representante de la centroizquierda.

En la última encuesta CEP, de la evaluación positiva de las 10 principales figuras políticas, 7 corresponden a la centroizquierda. Bachelet aparece casi pegada a Matthei y Kast no entra en este grupo. A principios de este gobierno la situación se parecía más a lo inverso, cuando era la oposición la predominante.

La derecha sigue ganando aún, pero ya no está sola. Si está perdiendo ventajas, se debe a faltas conjuntas e individuales de sus abanderados. También es cierto que el gobierno ya está, hace rato, plenamente instalado y ya ni siquiera se menciona su inexperiencia, que era el pan de cada día en los primeros meses.

Lo que está afectando más a la oposición ha sido una inversión de los papeles en la que ha caído de un modo casi imperceptible. Lo propio de los dos primeros años de la administración Boric fue un marcado énfasis en la agenda política y en el intento de aprobación de sus reformas. En estos aspectos los resultados fueron muy malos, como quedó graficado en el proceso constitucional.

Aprender del fracaso, desperdiciar los aciertos

Sin embargo, el gobierno aprendió de sus fracasos y se enfocó en la agenda ciudadana, por necesidad, por obligación y por presión social. Concentrado en seguridad, en la entrega de servicios y la atención a diversas emergencias, el gobierno se ha acercado a las necesidades más sentidas de la población. Los resultados no han sido extraordinarios, pero la constancia ha sido premiada al comenzar a conseguir logros apreciables.

Mientras eso sucedía con el oficialismo, en la oposición se ha seguido un camino en sentido contrario. Es ahora la derecha quién prioriza una agenda política. Sus liderazgos se han ido concentrando en la disputa por el predominio es su propio sector. Eso sin mencionar que la UDI se auto recetó una crisis de conducción que se tradujo en una insensata subordinación de su labor legislativa al término de las criticas políticas recibidas, en las que se ha concentrado con obsesión.

La derecha perdió el énfasis social que le permitía tomar ventaja. Se da cuenta, pero no puede enmendar rumbo. Está ocurriendo al revés porque los abanderados presidenciales estarán abocados a apoyar a los candidatos en competencia, esperando la reciprocidad cuando los papeles se inviertan.

El error de la oposición está en priorizar la competencia en la derecha. Y mientras más contenta se le ve ganando a sus socios, más ventaja va perdiendo.