Columna de Víctor Maldonado: “Me gusta cuando callas porque estás como ubicado”
“¿Por qué la centroizquierda tendría que actuar renunciado a sus ventajas? Mantener la disciplina no es una recomendación, es una exigencia. Cada día tiene su afán y el de hoy consiste en ganar las municipales, lo demás vendrá después”.
Agéndelo para después
Mientras la agenda social sea la predominante, el gobierno mantendrá la iniciativa, que es lo que favorece a los candidatos oficialistas. Esto ocurre porque la oposición no puede competir en este terreno en momentos en que su concentración preferente está muy focalizada en temas propios de la campaña.
Es evidente que quien tiene la iniciativa no es el que responde más, sino aquellos que establecen las preguntas que todos se dedican a comentar.
Por lo mismo, es sorprendente que existan dirigentes políticos que saquen a la centroizquierda de su mejor posición para obligarla a defenderse del reconocimiento de las diferencias internas. El oficialismo tiene la obligación de contener sus discrepancias para un tratamiento posterior y en frío.
Se trata, por cierto, de un error y lo mejor que se puede hacer es dejarlo como un hecho aislado, al que no se le da continuidad porque no hay manera de salir bien de una confrontación intestina.
La campaña municipal será favorable para el gobierno si sus partidos enfrentan las elecciones de alcaldes con el respaldo unitario de sus partidos, lo que no es compatible con el cultivo de las polémicas que tendrán, a futuro, muchas ocasiones más oportunas que las presentes para expresarse a plenitud.
Cada día tiene su afán
Imaginemos que la derecha actuara de un modo similar. En este sector hay motivos de preocupación porque se sabe que la gobernabilidad depende de la constitución de una sólida mayoría de gobierno y eso no lo puede garantizar.
Tendría una base de apoyo muy significativa si pudiera incorporar a republicanos a un eventual gobierno, pero eso tiene dificultades. Basta ver el comportamiento de ese partido en esta campaña para saber que la posición a la que aspira es a la predominante y cualquier otro acuerdo “práctico” no lo satisface.
Por lo tanto, el partido de Kast actuará en las circunstancias que sean buscando la hegemonía y si eso significa polemizar con un futuro gobierno, lo hará sin ningún problema. Es el socio más complicado que se pueda imaginar.
Al mismo tiempo, allí donde entre republicanos pueden salir espantados los partidos más centristas, en el caso que se acuerden que una vez se definieron como de centroizquierda, aunque hace tiempo que no lo dicen.
Así que se puede pensar en un presidente de partido de Chile Vamos tentado de reflexionar en voz alta sobre lo difícil que será gobernar el país en estas condiciones. ¿Resulta eso creíble o siquiera posible?
Poner el acento en los problemas futuros, cuando eso te debilita en el presente, es algo absurdo. La derecha esta focalizada en ganar y solo se dedica a eso, lo que es positivo, habla preferentemente de campaña y, por lo tanto, casi excesivamente de temas políticos y eso es negativo.
Las distancias se empiezan a acortar desde que Matthei dejó de actuar como alcaldesa y empezó a actuar como candidata porque antes hablaba de temas que interesaban a todos y ahora no. La campaña la obliga a una mala posición.
¿Por qué la centroizquierda tendría que actuar renunciado a sus ventajas? Mantener la disciplina no es una recomendación, es una exigencia. Cada día tiene su afán y el de hoy consiste en ganar las municipales, lo demás vendrá después.