Columna de John Müller: “Es la inflación, estúpido”
“Ha llamado la atención la rápida mejora de la situación económica personal que refleja la encuesta CEP”, dice John Müller.
Lo más llamativo de la última encuesta CEP de agosto-septiembre de 2024 es la mejora de la percepción de las finanzas personales. El 31% de los encuestados calificó su situación financiera como “buena” o “muy buena”, un aumento de siete puntos porcentuales en relación a la misma encuesta anterior (junio-julio de 2024) y de casi once puntos en términos anuales. Hay que retroceder hasta el invierno de 2021 para encontrar un dato tan optimista sobre las finanzas personales.
Una de las razones fundamentales de este buen tono es que los salarios están creciendo a un ritmo de casi el 7% anual. La inflación ha ido disminuyendo de manera sostenida a lo largo del año, y se espera que la tasa anual cierre en torno al 4% en diciembre. Esa brecha de los salarios con el coste de la vida es recuperación de valor para los ciudadanos.
Esta tendencia a la baja ha sido impulsada por una combinación de factores externos, incluidas las mejores condiciones globales y el aumento de los precios del cobre, que han tenido un impacto positivo en el peso chileno y la estabilidad económica general. Las proyecciones sugieren que la inflación seguirá convergiendo hacia la meta del Banco Central del 3% a mediados de 2025.
En cuanto a salarios, la remuneración real ha experimentado un crecimiento notable. El índice de salarios reales aumentó un 2,5% en los últimos 12 meses hasta junio de 2024, mostrando un crecimiento acumulado de 0,9% para el año. Estas ganancias han sido impulsadas por sectores como la industria manufacturera y el comercio, que han liderado el aumento de los salarios nominales. El salario medio por hora aumentó un 7% anual, según el INE, con un aumento ligeramente mayor para las mujeres, del 7,9%, en comparación con el 7% para los hombres. Esto refleja una amplia recuperación de los niveles de ingresos.
Del mismo modo que la subida de los precios penalizó los sueldos, ahora, la caída de la inflación devuelve poder adquisitivo a los salarios.
Un fenómeno similar se está dando en Europa. Sin embargo, en países como Alemania, la mayor parte de la ganancia salarial se va al ahorro interno porque los alemanes básicamente sienten miedo ante lo que pueda venir. En España también sucede y aunque aquí la propensión al consumo es mayor, también una gran parte de la mejora salarial está fluyendo hacia el ahorro.
Este fenómeno reflejado en la encuesta debería servir para que los gobernantes entendieran el enorme daño que la inflación, el impuesto invisible que decía Milton Friedman, causa sobre todo en las rentas más bajas. Una de las mejores políticas sociales es no envilecer la moneda nacional y fortalecer su poder adquisitivo patrocinando una economía de fuerte crecimiento.