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A casi cinco años del estallido social la percepción pública se invierte: “Lo que falló fueron los procesos”

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Activa Research
POR Equipo Radio Pauta |

Un estudio reciente de Activa Research muestra cómo la percepción ciudadana sobre el estallido social de 2019 en Chile ha cambiado drásticamente. De un inicial apoyo mayoritario, hoy predomina una visión crítica. En conversación con Radio Pauta, Ramón Cavieres explicó como los eventos de los últimos años, como la pandemia, la crisis económica y la inseguridad, han influido en esta reversión.

A cinco años del estallido social que sacudió a Chile en octubre de 2019, un reciente estudio de Activa Research revela un cambio sustancial en la percepción ciudadana. En su momento, la mayoría de los chilenos veía en las protestas una oportunidad para lograr cambios profundos, con un 61,7% calificando el estallido como positivo para el país. Sin embargo, según los datos actuales, ese optimismo se ha desvanecido. Hoy, el 61% de los encuestados considera que el estallido fue negativo para Chile, mientras que solo el 27,5% aún lo percibe positivamente.

Ramón Cavieres, director ejecutivo de Activa Research y vocero de Pulso Ciudadano, ahondó sobre esto en Pauta Global y atribuyó este cambio a la compleja dinámica de los últimos años, marcada no solo por las manifestaciones, sino también por la pandemia, la crisis económica, la inmigración y el proceso constituyente fallido.

A casi cinco años del estallido social la percepción pública se invierte

Según Cavieres, es difícil separar las percepciones sobre el estallido de los eventos posteriores, lo que genera una cierta “confusión” en la opinión pública. “Chile ha vivido cinco años de una dinámica de eventos muy relevante que han impactado en el comportamiento de las personas”, comentó Cavieres, destacando que las expectativas iniciales no se cumplieron y que hoy prima una mirada crítica.

Uno de los puntos clave del estudio es la frustración con las demandas sociales que originaron las protestas. Aunque en 2019 la mayoría de la población respaldaba estas demandas, con un apoyo del 80%, hoy en día un 52,7% de los chilenos cree que dichas demandas no han sido resueltas, y un 43,8% considera que solo se han solucionado parcialmente. Temas como las pensiones, el costo de la salud y los servicios básicos siguen siendo prioritarios para los ciudadanos, y en muchos casos, las mismas preocupaciones persisten cinco años después.

Cavieres subrayó que, si bien hubo un fuerte respaldo inicial a la causa social, “lo que falló fueron los procesos” para abordar y solucionar estas demandas.

Crisis política y delincuencia: nuevas preocupaciones

El estudio también arrojó luz sobre una de las consecuencias más mencionadas del estallido social: el aumento de la delincuencia. Un 49,8% de los encuestados cree que la delincuencia ha aumentado como resultado directo de las protestas de 2019, una percepción que hoy se refuerza como una de las principales preocupaciones del país.

Sin embargo, Cavieres advirtió que no se puede atribuir completamente el actual nivel de delincuencia al estallido social, ya que factores como la inmigración ilegal y la crisis económica también han influido en la situación actual. “La delincuencia por supuesto fue un tema manifestado en su minuto, pero hoy día se entrelaza con otros procesos que vivió el país”, señaló.

Además de la inseguridad, el estudio destacó la creciente desconfianza hacia la clase política. El vocero de Pulso Ciudadano explicó que esta desconfianza ha sido una constante en los últimos años, y ha sido exacerbada por casos de corrupción y la falta de soluciones a problemas estructurales, como la reforma de las pensiones.

“La gente tiene poca confianza en la política como elemento que vaya a solucionar el problema”, comentó el director ejecutivo de Activa Research, haciendo referencia a la percepción de que los políticos están más preocupados por sus propios intereses que por resolver los desafíos del país.

Este desencanto con la clase política, según Cavieres, ha abierto la puerta a soluciones populistas, un riesgo que consideró preocupante. “Cuando las clases políticas no dan soluciones, se abren puertas a soluciones fáciles que hemos visto en otros países”, sostuvo, sugiriendo que si no se restauran las confianzas y no se implementan reformas necesarias, el escenario político podría seguir deteriorándose.

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