Columna de Víctor Maldonado: “Para nombres es pronto, para propuestas aún no es tarde”
“Lo que faltan son nombres que encarnen propuestas y, cuando aparezcan, serán bienvenidos ahora, mañana o después”, dice Víctor Maldonado.
Es un aporte, sin continuidad inmediata
Vlado Mirosevic ha lanzado su candidatura presidencial provocando las reacciones correspondientes. La imagen del acto de proclamación, lo único que se podía transmitir en este contexto, fue de festejo y optimismo. ¿Es un aporte?
Para poder responder hay que clarificar qué es lo que se necesita, y pocas dudas se tendrán de que la centroizquierda requiere de motivación, nombres y planteamientos. No necesariamente en ese orden.
En cualquier otra circunstancia que hemos conocido tras la recuperación de la democracia, de lo que se trataba a estas alturas era de contener una competencia anticipada entre liderazgos muy perfilados.
Ahora, no hay nada que frenar, puesto que, en comparación con una derecha lanzada hace mucho a la carrera presidencial, aquí nos encontramos con un manifiesto letargo. Así que, si se trata de remecer para que una competencia con posibilidades despierte, la iniciativa del líder liberal es un aporte.
Las críticas respecto de la oportunidad deben ser matizadas. La opción que tiene un partido pequeño es sorprender y anticiparse. Y ese espacio lo encontró y fue aprovechado por Mirosevic. Pero la continuidad lo debiera dar el inicio de la competencia y eso no va a ocurrir. Por ahora, es flor de un día.
Ocurre también que las opciones más perfiladas se encuentran en el gobierno. Para poder proyectar una figura desde allí tendrían que presentar propuestas programáticas. Esto es imposible porque quien lo hiciera recibiría una réplica inmediata. Desde toda la oposición preguntarían por qué ideas tan buenas no están siendo implementadas y respuestas para eso no habrá muchas.
Esto parte con figuras de gobierno en la cancha
El gobierno está abocado al día a día y sus figuras emblemáticas responden por el presente, no por el porvenir. Además, todos somos hijos de nuestra historia.
Hay que recordar que este gobierno está encabezado por una figura que se presentó a la competencia sin grandes posibilidades y para posibilitar una primaria. El favorito era otro, sus opciones eran mínimas. Eso explica, en parte, el espacio que ocuparon originalmente las propuestas en esa candidatura.
Cuando se tienen pocas opciones, lo importante es presentar ideas muy representativas del sector al que uno pertenece. Fue lo que hizo Boric y su equipo. Pero a medida que las opciones de ganar crecían, el traje programático se hizo pequeño. Cuando las opciones fueron mayores, el traje tuvo que adaptarse rápidamente a una representación muy amplia.
Como resultado, las ideas presentadas fueran muy genéricas, se fueron moderando, pero no siempre ganando consistencia. Este es un gobierno que buscó un programa específico una vez llegado al poder. Primero, hubo que definir qué se quería y eso se consiguió en los primeros meses de administración.
Este camino no se repite dos veces. Un grado de improvisación semejante no es consistente con haber ejercido el poder. Los nombres que se presenten han de venir acompañados de una cierta priorización de las tareas futuras. No pueden ser, de nuevo, presentadas de forma genérica, sino acompañadas de precisión. Lo que faltan son nombres que encarnen propuestas y, cuando aparezcan, serán bienvenidos ahora, mañana o después.