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Columna de Víctor Maldonado: “Entraron campeando y salieron explicando”

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Pauta
POR Equipo Radio Pauta |

“Equivocar el foco de la crítica al adversario se pagó caro, lo mismo que no poder exhibir logros. En resumen, la derecha entró imbatible y salió alcanzable”.

Miremos las regiones donde se definió la elección

Los comentarios del día siguiente a una elección interesan porque son el sedimento que queda luego de las explicaciones de rigor que se dan en las primeras horas, de las que pocos se acuerdan después.

Y lo que quedó en la retina es que la centroizquierda ganó en la Metropolitana con Claudio Orrego, que en Valparaíso triunfó una opción más de izquierda, que en Bío Bío se impuso la derecha y en La Araucanía la oposición perdió en su casa. Cada una de estas votaciones destacada merece análisis.

En la Metropolitana ganó la trayectoria de una persona, el apoyo de una coalición, la coherencia de una campaña y un trabajo bien hecho.

La derecha tuvo su oportunidad, pero no creyó en sí misma. Puso a un candidato por la negativa de otros, se sorprendieron de la fuerza que tenían al concentrar sus recursos, pero en segunda vuelta la parábola descendente comenzó con anticipación porque una persona conflictiva es lo que es y no pudo ocultarlo.

En Santiago la centroizquierda supo que no podía perder, se dedicó a trabajar a conciencia y se concentró en hacerlo bien en una unidad muy amplia. Cualquier otra consideración quedó en segundo plano y Claudio Orrego fue integrador.

La derecha aportó su parte al triunfo porque en primera vuelta al gobernador le pesó el apoyo a la alcaldesa de Santiago, pero en la segunda oportunidad el tema fue el castigo a sus alcaldes y figuras disidentes. Un grave error.

En Valparaíso una figura de reconocida posición de izquierda ha tenido una gestión que sumó aportes diversos y resultó mucho más matizada. Su contendora hizo la campaña muy centrada en el cuestionamiento al gobierno y la consecuencia fue que fortaleció lo mismo que decía combatir.

En el Bío Bío la conquista del voto moderado la emprendió en solitario el candidato de Chile Vamos, Sergio Giacaman, lo que le dio la diferencia más grande a nivel nacional. Alejandro Navarro se comportó como candidato a parlamentario de paso por una opción regional, le hablo a los suyos y nada más.

En La Araucanía la derecha logró que la desalojaran de su propio domicilio, lo que constituye una hazaña al revés. Era la única región donde antes había ganado. Una gestión deficiente y cuestionamientos a la probidad no le fueron perdonados porque hoy eso no se le perdona a nadie.

La puerta quedó entreabierta

Los resultados descritos tienen efecto en la presidencial, aunque tal vez sea exagerado decir que la elección está “completamente” abierta. La derecha mantiene aún ventaja, pero no resulta inalcanzable.

Las lecciones que nos dejan las principales victorias de ambos lados marcarán el futuro próximo. Cuando la opción asumida fue la moderación y se pudo exhibir una conducta y un discurso coherentes, se ganó.

En varias regiones lo que definió la elección fue una disparidad de fuerzas inicial que no pudo ser remontada. En los casos que comentamos, el resultado final no estaba predicho y fue un mejor trabajo de campaña lo que se impuso por constancia y sistematicidad del esfuerzo. Nadie ganó dudando.

Equivocar el foco de la crítica al adversario se pagó caro, lo mismo que no poder exhibir logros. En resumen, la derecha entró imbatible y salió alcanzable.