Columna de Víctor Maldonado: “El gobierno no debiera hacerle el trabajo a la oposición”
“La campaña en contra del gobierno no puede operar si no es con la participación del propio gobierno retroalimentando las especulaciones a las que siempre responde, sin necesidad y sin concierto”.
Cualquier anzuelo sirve
Tenemos a personeros de La Moneda muy ocupados en sus defensas y en dar explicaciones. Si esto continua, no podrán desempeñar sus funciones propias y eso los dejará plenamente expuesto a nuevas críticas en un ciclo perverso.
Para que los mecanismos de defensa no terminen por enfermar al paciente, hay que dejarlos ubicados en un repositorio que los contenga. El resto del tiempo ha de ser ocupado visiblemente en las funciones que la comunidad más aprecia.
Eso requiere del desarrollo de una disciplina personal y colectiva que no ha sido la especialidad de la casa en estos años. El corto futuro de este gobierno no está dependiendo de cuantas respuestas son capaces de emitir sus personeros, sino de cuanto dejar de hablar de más o de puro espontáneos que les gusta verse.
Esta debilidad ha sido percibida certeramente por la prensa opositora y se ha especializado en poner titulares que nada informan, pero que les permite preguntar después sobre una duda que ellos mismos levantaron. Con este sencillo procedimiento acumulan diferentes respuestas que no calzan y después dan mucha publicidad a lo que presentan como contradicciones.
Con todo, hay salida. Ya se puede ver que, en la medida que el Presidente ha dejado de hablar, su imagen pública deja también de deteriorarse y aun repunta. Ese ejemplo deben seguirlo los demás, por mucho que su orgullo se recienta.
Mientras más tratan de disculpar los errores cometidos, más material ofrecen para que la orquesta comunicacional opositora interprete “variaciones sobre el mismo tema”. Lo que permite salir del laberinto es el cultivo del silencio.
El problema de contestarlo todo
Hay temas sobre los que ya se ha dicho todo y lo que no se ha entendido no podrá entenderse por mucho que se repita el mismo guion. De esto nadie sale de a uno. Lo que se tiene al frente es un esfuerzo sistemático y a eso no se hace frente con estrategias individuales.
Además, es obvio que el objetivo principal de las críticas varía cada semana, según se vea una u otra figura como la más debilitada. Por ejemplo, la semana pasada ese puesto de honor lo tenía Camila Vallejo y ahora lo ocupa la ministra Antonia Orellana. Al frente sí se tiene capacidad de maniobrar, detenerse y hacer giros. Vallejo está próxima al prenatal y atacarla más sería penalizado.
Pero la ministra de la Mujer permite atacar el corazón ideológico del gobierno y, por lo mismo, es fácil que Orellana entre en el juego porque entenderá que en su defensa se está dirimiendo algo más que su destino personal.
La campaña en contra del gobierno no puede operar si no es con la participación del propio gobierno retroalimentando las especulaciones a las que siempre responde, sin necesidad y sin concierto.
Convengamos en que si esta situación de cerco auto consentido se termina con el inicio de la temporada de incendios, el oficialismo no habrá tenido ningún mérito y lo habrá rescatado algo tan amplio como el cambio climático. Sin embargo, hay que agregar méritos políticos al simple transcurso del tiempo.
Alguien tendría que recordar en La Moneda que en política no está ganando el que contenta más, sino el que pone los temas y el gobierno ha dejado de hacerlo. Dime de qué hablas y te diré si has retomado la iniciativa.