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Columna de Víctor Maldonado: “Pasar de año electoral a año político”

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Pauta
POR Equipo Radio Pauta |

“Mientras el gobierno intentó interpretar las dos perspectivas discrepantes en su interior, se condenó a la inacción. Mientras Chile Vamos condicione sus definiciones a contentar a republicanos, será tan dubitativo como Matthei”.

Seguimos jugando a las cambiaditas

Si se sigue el año electoral paso a paso, con sus hitos y fechas bien conocidas, el resultado final de la competencia puede ser predicho desde ya. La Moneda seguirá cambiando de bando cada cuatro años. Si la política de calidad se impone, lo primero que sucede es que se instala una beneficiosa incerteza.

Para que una elección sea interesante, debe haber a lo menos dos participantes que tengan la intención de ganar. El que se acostumbra al sistema de turnos que se ha instalado, hace una imitación de competencia cuando no le toca, pero en realidad está preocupado de la ocasión posterior.

Esto puede disfrazarse de realismo, pero termina con una dosis de cinismo importante. Es un comportamiento que no hay que seguir por autorespeto. Además, dejar que los acontecimientos nos arrastren, hace que la lógica electoral no se detenga en una sola competencia, sino que se fragmente.

Puede que este año elijamos Presidente, pero escogemos también todo tipo de autoridades, desde parlamentarias a partidarias, y eso está provocando muchos efectos. El caso más sorprendente es el del PC.

Hay comunistas más rojos que otros

La elección interna del PC se está jugando de manera inédita a través de la prensa, exhibiendo diferencias sin recato e intentando imponerse caiga quien caiga. El caso es que es que tenemos comunistas en el partido oponiéndose a lo que otros comunistas están haciendo en el gobierno.

Este es un hecho inédito que cambia la naturaleza de un partido porque de leninista pasó a exhibicionista y esa no es una sutil diferencia. No lo hacen por gusto, sino porque deben escoger entre estrategias que difieren mucho entre sí. Esta es una circunstancia que muchos están experimentando.

Dejar las cosas sin resolver es todavía peor. Han pasado 11 días desde que Evelyn Matthei alertara que la reforma de pensiones podía tener “consecuencias graves no buscadas” que aún no especifica. Esto no es un olvido o un procedimiento intencional, es un estilo caracterizado por una duda no metódica.

¿Qué es lo que tienen en común situaciones tan distintas como la elección partidaria del PC con las reflexiones tipo Hamlet de la candidata UDI? Que la búsqueda de acuerdos amplios en una coalición para llegar a consensos mayoritarios transversales está dividiendo las aguas de manera profunda.

Llegar a acuerdos limitados, pero efectivos, requiere tomar decisiones completamente diferentes a rechazarlos porque no satisfacen nuestros anhelos. Es lo que vemos en el caso de las pensiones y esto no tiene punto intermedio.

Si se quiere concretar avances, se necesita reunir una mayoría en cada coalición, aceptar la diferencia con un sector interno importante y pactar un entendimiento con la coalición del frente, igualmente atravesada por diferencias.

Mientras el gobierno intentó interpretar las dos perspectivas discrepantes en su interior, se condenó a la inacción. Mientras Chile Vamos condicione sus definiciones a contentar a republicanos, será tan dubitativo como Matthei.

Si el acuerdo es entre dialogantes de bandos distintos, entonces es la gobernabilidad la que avanza, los socios se buscan donde sea que se encuentren, la política prima y la competencia por quien lo hace mejor es real.