Columna de Víctor Maldonado: “Me ha llegado una carta”
“Bachelet ha empleado unas palabras mágicas que hace mucho han estado desterradas del horizonte de la centroizquierda: “podemos vencer”. Es un llamado a la movilización y, posiblemente, tendrá eco en esa misma dimensión”.
Un autopase
Michelle Bachelet ha publicado un artículo, “Primero ideas y unidad”, en el diario El País de España. En ella dice que en un año electoral se necesita una “gran unidad para el progresismo”, más aún tomando en cuenta el avance de la extrema derecha a nivel global.
Para Bachelet se requieren respuestas colectivas ante estos desafíos del presente, dentro del marco donde son muchos quienes están desilusionados de la política. Se requiere recuperar confianza y poner a las personas en el centro, como es característico del progresismo, sintonizar con sus necesidades y proponer políticas públicas acordes.
En opinión de la exmandataria, el acuerdo alcanzado en la reforma previsional es “la única forma de avanzar en las políticas que las chilenas y chilenos necesitan hoy” porque “la ciudadanía quiere promesas realistas”.
Se trata de una unidad “en torno a los principios y valores que compartimos” y a “las demandas mayoritarias de las ciudadanas y ciudadanos”. Es a este camino al que los partidos políticos han de darle continuidad.
Lo que propone Bachelet es que el progresismo social y político diseñe un conjunto de propuestas en base “al diálogo y la colaboración entre los distintos actores”. Este esfuerzo “debe traducirse en un pacto político lo más amplio posible”. La expresidenta cierra con una afirmación: “Tengo la convicción de que unidos como progresismo podemos vencer”.
Cuando se termina de leer queda claro que se trata de una primera parte que tendrá continuidad porque se llama a acciones transversales que muy posiblemente tendrán respuestas y habrá que hacerse cargo de ello. No se puede proponer el camino y esconder la mano, podría decirse.
Solo una persona podía hacer esta convocatoria
Bachelet ha empleado unas palabras mágicas que hace mucho han estado desterradas del horizonte de la centroizquierda: “podemos vencer”. Es un llamado a la movilización y, posiblemente, tendrá eco en esa misma dimensión. No es un simple aporte para que otros hagan algo.
El caso es que la única líder de la centroizquierda que puede hacer este tipo de convocatorias, a la vez social y política, es Bachelet. Si resulta, aquello que despierte difícilmente volverá a quedarse dormido.
Es interesante lo que podría empezar a suceder. La carta en cuestión es de tan estudiada inocencia que no puede ser objeto de crítica, mucho menos por parte de quienes reciben un emplazamiento que, no por indirecto, deja de serlo.
Bachelet señala las principales tareas a las que hay que dedicarse y que en la derecha se encuentran en plena ejecución. Los desafíos que propone parecen sencillos de decir, pero cuando se pronuncian con autoridad suenan bien distintos y se convierten en movilizadores.
El artículo de la exmandataria la pone como receptora de su propia propuesta. Es un autopase que tendrá muchas consecuencias. Al mismo tiempo, saca a la centroizquierda de una modorra de la que apenas es consciente. Siempre es bueno recuperar la ambición fundada de que es posible competir con la oposición en presentar “propuestas realistas”. Por eso es un aporte necesario.