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El primer cónclave del cardenal Fernando Chomalí

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POR María Alejandra Gallardo Contreras |

Serán 137, de los 252 cardenales en ejercicio, quienes elegirán al nuevo papa, entre los que se encuentra el cardenal Fernando Chomalí.

Esta mañana, el cardenal y arzobispo de Santiago, Fernando Chomalí, la más alta autoridad de la Iglesia Católica se refirió a la muerte del papa Francisco.

Evidentemente emocionado reconoció el legado que deja el sumo pontífice. “Pienso que lo relevante de las últimas apariciones del papa, en la Basílica de Santa María Mayor saludando a la gente, después apareció en Pascua de Resurrección, es que quiso fallecer con las personas, en medio de las personas”, sostuvo en conversación con radio Biobio.

Y agregó que “creo que ese es su legado, él nos dijo a nosotros, a los sacerdotes, a los obispos, a los cardenales, que tuviésemos olor a oveja, eso significa que estuviésemos con la gente, que no nos alejemos de la gente, que no seamos personas distanciadas de la gente”.

El primer Cónclave del cardenal Fernando Chomalí

Chomalí indicó que viajará a Roma y participará de los funerales y del Cónclave, pero que aún no está definida la fecha.

“Debo decirlo con mucha humildad, voy representando a Chile, porque el cónclave es un momento muy importante, de mucha oración, donde vamos a elegir a un Papa que nos va a seguir acompañando en nuestra tarea, que es anunciar el Evangelio, pero sin lugar a duda que el papa Francisco dejó la vara alta”, señaló.

¿En qué consiste el Cónclave para elegir al papa?

Entre 15 y 20 días después de la muerte del papa, se inicia el Cónclave en el que participan los cardenales que cumplen con los requisitos para elegir al nuevo papa, ya que sólo los cardenales menores de 80 años pueden participar en dicha votación.

Es decir, de los 252 cardenales registrados a marzo del 2025, solo 137 son elegibles para votar en el Cónclave, entre los que estará el cardenal Chomalí.

Las votaciones son secretas, a partir del sistema instaurado por el Papa Gregorio XV en 1621, para evitar la existencia de manipulaciones. Cada cardenal debe escribir el nombre de su candidato de manera que no sea posible identificarlo.

Para que un papa sea elegido, debe obtener una mayoría de dos tercios. Si esto no ocurre, las rondas de votación continúan hasta que un solo candidato logre el mínimo necesario.

“Habemus papam”

Una vez que se elige al nuevo papa, las papeletas se queman, generando el reconocido humo blanco, denominada fumata, que señala que se logró un consenso y ya hay nuevo Papa.

Tras su elección, el Papa electo se dirige a la Sala de las Lágrimas para vestirse con su nueva túnica blanca y zapatillas rojas.

Posteriormente, desde el balcón de la Basílica de San Pedro, se presenta al nuevo papa, con las palabras: “Annuntio vobis gaudium magnum: Habemus papam!”. (”Les anuncio una gran alegría: tenemos un Papa!”).

 

 


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