El futuro del patrimonio vandalizado
“Los fondos para la recuperación del patrimonio dañado están asegurados”, asegura el subsecretario del Patrimonio, Emilio de la Cerda.
El catastro es del orden de 940 inmuebles dañados en todo Chile, de los cuales cerca de 413 son monumentos públicos. Son el otro impacto tras el estallido social.
“Los números son bastante altos, pero hay que distinguir entre tipos de daños. Están los rayados, que son preocupantes aunque más fáciles de restaurar y que no comprometen tanto la integridad de los monumentos, y hay otros más puntuales y más serios, más difíciles de recuperar, como los incendios de templos y la botadura o defenestración de monumentos históricos”, señala de entrada el subsecretario del Patrimonio Cultural, Emilio De la Cerda, en entrevista con Plaza Pauta, de Radio PAUTA.
Sin embargo, añade De la Cerda, “los fondos para los trabajos de recuperación están asegurados pese a la crisis sanitaria. Son recursos de este ministerio (las Culturas, las Artes y el Patrimonio) y de otras carteras. Como parte del plan Recuperemos Chile, que anunció el Presidente Piñera y que suma a Transportes, Minvu, MOP, entre otros”.
La autoridad detalla que “estamos poniendo la mirada en cuatro ejes prioritarios: el eje Brasil, en Valparaíso; la Alameda, en Santiago; la avenida Francisco de Aguirre, en La Serena, y la Plaza Colón, en Antofagasta. Esos cuatro ejes han concentrado gran parte de los daños y las alteraciones al patrimonio”.
También hay acciones de apoyo a los privados que han resultado dañados, para poder suscitar donaciones culturales o incluso postulaciones a fondos públicos. “Nosotros como ministerio no podemos invertir directamente en espacios privados, salvo por vía de concursabilidad”, explica el subsecretario.
Debate complejo
Para el subsecretario Emilio de la Cerda, uno de los aspectos más complejos del debate derivado de los ataques al patrimonio y a hitos simbólicos es cómo, sin dejar de condenar esa violencia, poder encauzar la demanda subyacente. Considera que debiera haber diálogos y trabajo con los gobiernos locales y con los municipios para evaluar la recuperación. Especialmente, explica, en el caso de aquellos que tienen vínculo con reivindicaciones indígenas y cuya presencia en el espacio público puede suscitar un conflicto de carácter simbólico.
“Como ministerio no buscamos una justificación, ya que en una sociedad democrática es siempre condenable la destrucción del patrimonio”, argumenta: “Pero no nos podemos quedar solo en la condena. Detrás de esos hechos hay ciertos fenómenos que nos obligan a tratar de entenderlos, justamente para que la recuperación sea permanente”.
El subsecretario De la Cerda dice que tras los objetivos dañados durante el estallido social se pueden observar algunos patrones. “En el caso de Chile, frente a la construcción de nuestra República o del Estado, hay un grupo que, en la última década, ha visto la presencia de ciertos elementos en el espacio público no como aglutinantes o dignos de orgullo, sino de conflicto. Esto abarca el período de la Colonia con sus conquistadores españoles, la fase republicana y la industrial, y lo vimos en Santiago y en La Araucanía”.
Otro patrón, añade el subsecretario, lo revelan los daños a la Iglesia, que se vieron en la Iglesia de la Veracruz, San Francisco de Borja y San Francisco en la Alameda. “A nivel local e internacional ha tenido momentos muy complejos en las últimas décadas, y por lo tanto, eventualmente, hay un ensañamiento contra la institución y no contra la condición de inmueble patrimonial”.
Emilio de la Cerda dice que el patrimonio no es un concepto estático y que a lo largo de la historia ha sido siempre un espacio de debate, de negociaciones y de conflictos en las sociedades, de reemplazo de figuras simbólicas por otras miradas.
En cuanto a su valor presente y próximo, explica que el patrimonio enlaza pasado, presente y futuro. “Creer que el patrimonio es un lastre, que no tiene nada que ver con el desarrollo, es una visión equivocada”, apunta.
Plantea que hay ciclos en la historia que minusvaloran el pasado. Ocurrió con las vanguardias en el siglo XX, dice, cuando “el valor de novedad estaba por sobre cualquier otro valor. Había una suerte de corte con el pasado como si este fuese un lastre burgués. Yo creo que eso está bastante superado. El desarrollo integral de las sociedades no se genera solo con lógicas de valoración económica, con valor de cambio. Se generan con valores complejos, simbólicos y culturales. Y ahí el patrimonio tiene mucho que decir”.
Revise la entrevista completa con el subsecretario Emilio de la Cerda en el programa de Plaza Pauta dedicado al patrimonio