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Felipe Arteaga: “La vivienda es un tema de vida o muerte”

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Agencia Uno
POR Rita Cox |

El arquitecto y exdirector de la Fundación Vivienda analiza el hacinamiento y el allegamiento, bombas de tiempo que, a su juicio, no supimos ver.

Felipe Arteaga –arquitecto, director de la Fundación Vivienda hasta marzo pasado, consejero del Consejo Nacional de Desarrollo Urbano (CNDU), y con larga experiencia en temas de vulnerabilidad, pobreza y segregación urbana– no le sorprende la magnitud del hacinamiento que ha salido a la luz, con toda su crudeza, a raíz del Covid-19

“Como en ninguna otra crisis anterior, la vivienda toma tanta relevancia”, señaló en entrevista en Plaza Pauta, de Radio PAUTA. “Ya lo veníamos viendo con una de sus expresiones más visibles que son los campamentos –más visibles en términos de desigualdad, precariedad, pobreza y falta de oportunidades–, pero hay una cuestión que esta pandemia ha desnudado: el allegamiento”. 

Felipe Arteaga, arquitecto y consejero del CNDU.
Felipe Arteaga, arquitecto y consejero del CNDU

Para Arteaga, el allegamiento es una cara del hacinamiento, fenómeno que durante las últimas semanas incluso ha sorprendido a los alcaldes que, al momento de entrar a las casas para entregar ayuda, se han encontrado con hasta tres familias bajo el mismo techo. “Esto se debe a que este es un fenómeno invisible. Y así como es invisible a la ciudadanía, ha sido también invisible a las políticas públicas”, explica. 

Añade que aunque aún no hay cifras exactas respecto del allegamiento, ya se sabía, por la Casen y por el Censo, que tanto éste como el déficit de viviendas venían subiendo. Así también las viviendas ‘subestándar’, es decir, las que tienen algún problema de materialidad, de metros cuadrados o de acceso a los servicios básicos. 

“La suma de las 500 mil viviendas que se requieren, y el millón 300 mil que son subestándar, da como resultado que más de cinco millones de personas en Chile tienen entonces un problema de vivienda. Es brutal”, dice Arteaga.

A su juicio, también era absolutamente previsible que el hacinamiento era una bomba de tiempo. “Según la Casen, afectaba a más de 300 mil hogares, esto es, un millón de personas”.

Allegamiento: estrategia económica

Aunque el fenómeno de los allegados se da en condiciones de pobreza y entorno vulnerable, Arteaga considera que “en muchos casos es una estrategia, incluso económica, que resulta muy positiva en términos del apoyo que se da entre las familias. Esta red es muy importante y sirve de mucho para paliar problemas como la precariedad y la falta de recursos”. 

Felipe Arteaga considera que las políticas públicas en materia habitacional han tenido logros importantes: la mejoría en el estándar de la vivienda, la construcción de proyectos de integración y la ley de integración social que se tramita en el Congreso. 

Pero sin duda, a su juicio, la mayor tasa de allegamiento tiene que ver también con la política pública. Dice que antes del estallido social, desde el CNDU, desde la Fundación Vivienda y desde otras organizaciones venían alertando sobre la crisis en el acceso a la vivienda y los altos precios. “Lamentablemente la política pública no generó con fuerza los cambios necesarios para romper la tendencia y aquí enganchamos con el hacinamiento. Porque cuando uno mira la ciudad de Santiago, se da cuenta que al menos un 50% del déficit habitacional se encuentra en comunas pericentrales, aquellas que están a cinco o 10 minutos del centro. Eso revela que las personas ya entienden que vivir bien localizado, cercanos a servicios, a la educación, al comercio, tiene beneficios. Y, por el contrario, que vivir en la periferia tiene impactos muy difíciles de revertir porque hipotecan tu capacidad de desarrollo. Entonces, lo que estaban diciéndonos los allegados cuando muchos de ellos rechazaban subsidios de vivienda en la periferia y preferían vivir más hacinados pero más centrales, es clave”. 

Arteaga considera que hoy Chile, como sociedad, debe ponerle urgencia a este tema para saldar lo que él llama “un gran pecado” con el desarrollo habitacional. No puede ser una solución parche, dice, porque ya durante mucho tiempo como país el foco estuvo en construir viviendas sin cuidar lo que él denomina “construir ciudad”. 

“Como nunca, y esto hay que tomárselo bien en serio, la vivienda es un tema de vida o muerte. Esta es una oportunidad histórica para que el Estado haga cambios estructurales para poder construir una ciudad equitativa. Porque también es cierto que durante mucho tiempo las familias de campamentos y las familias allegadas vivían en su propia pandemia. No podían salir porque afuera hay delincuencia; el contexto en que viven, que hoy nosotros lo percibimos con cierto grado de empatía, ellos lo viven hace mucho tiempo”.

Para Felipe Arteaga romper los niveles de segregación actuales traerá además un beneficio asociado respecto de los bajos niveles de confianza que existen hoy en la sociedad. “La cohesión social puede ser nuestro gran capital. Cuando uno mira los países más desarrollados, destacan siempre en cohesión social. Ese es el mayor capital que podemos defender, pero para eso, la ciudad que tenemos hoy ayuda poco. La autoridad, pero también la academia y la empresa privada, debemos ponernos de acuerdo en sacar políticas que rápidamente resuelvan de una vez por todas estos problemas, que se han evidenciado de manera tan cruda en esta crisis”.

 Revise la entrevista completa con Felipe Arteaga