La realidad habitacional de los niños de El Volcán III y Parinacota

Malas condiciones de temperatura, peligro dentro de la casa, poco o nulo espacio personal, problemas de accesibilidad para llegar a áreas verdes y recreativas. Algunas conclusiones del estudio del Codeus ya en manos del Serviu.
El Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (Codeus) realizó el estudio “Diagnóstico urbano habitacional desde una perspectiva de la infancia”. Un estudio explorativo y paticipativo de las condiciones de vida y de los espacios públicos de los barrios El Volcán San José III y Parinacota, en Santiago.
De manera inédita, los resultados de la investigación que considera tanto la voz de los niños como las recomendaciones de diseño del Codeus, fueron recepcionados por el Serviu que, en un proyecto piloto, está trabajando al respecto.
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Como explicó en el programa Plaza Pauta, de Radio PAUTA, la investigadora Alejandra Rasse, doctora en arquitectura y estudios urbanos, y magíster en sociología de la UC, el primer objetivo del estudio fue construir, desde la experiencia y perspectiva de los niños y niñas y sus adultos significativos, un diagnóstico participativo y lineamientos de intervención respecto de las condiciones de vivienda y espacios públicos de los dos barrios mencionados.

Entre las conclusiones, Rasse cuenta que las viviendas estudiadas son de 40 a 50 metros cuadrados, con “baja calidad constructiva en aislamiento térmico, infiltración de aire y estanqueidad al viento. Temperatura fuera del rango de confort tanto en invierno como en verano”.

Espacios “adultocéntricos”
Se trata de viviendas con habitaciones que son compartidas con adultos o con hermanos; con baños pequeños y sin privacidad; comedores con diversos usos por diversas personas, incluso como habitación; y la necesidad de extender el espacio privado hacia las cajas de escaleras y espacios
comunes del conjunto habitacional.
Deterioro de edificios, hacinamiento y asentamientos en zonas de riesgo
A ese escaso espacio se suma la inseguridad puertas adentro que, como cuenta Alejandra Rasse, se produce, por ejemplo, debido a la ausencia de calefont que obliga a calentar agua en la cocina para luego trasladarla a otros lugares para su uso en higiene, con los riesgos que eso implica.

Tan grave es la falta de intimidad constatada en la vida cotidiana de los niños como la imposibilidad de tener un lugar propio. “Son casas en las que muchas veces no se nota que viven niños. Uno podría recriminarle eso a los padres, pero tiene que ver con la mejor estrategia que ellos logran para que todos puedan convivir en esa vivienda, estrecha y que tiene muchos habitantes”, dice Alejandra, quien agrega que eso provoca daño en el desarrollo de todo niño.
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Y aunque ambas poblaciones están cerca de áreas verdes, Alejandra Rasse cuenta que es complejo que una madre pueda llevar a sus hijos a recrearse a esos lugares, ya que en el trayecto se encontrará sin veredas o con tramos que no están aptos para la circulación. “A nosotros a veces nos parece que dos o tres cuadras no es tanto, pero es muchísimo en algunas condiciones y eso hay que mejorarlo”.
Revise la entrevista completa con Alejandra Rasse en Plaza Pauta