Planos reguladores y desarrollo urbano: la herramienta clave que no estamos utilizando
En Radio Pauta, Ignacio Aravena denunció que tenemos una serie de desafíos hoy en día: segregación, déficit habitacional, áreas verdes y la regulación podría ser una solución a todo ello, pero no la estamos utilizando”.
En medio de ciudades que crecen y seguirán creciendo, en medio de la escasez de suelo y de la crisis de la vivienda histórica, el doctor en estudios regionales y planificación urbana en la London School of Economics, Ignacio Aravena, sostiene que “en nuestro país la planificación y las políticas urbanas están desactualizadas, desarticuladas y presentan diversas barreras para su gestión”.
Así se lee en el capítulo escrito por él en el libro “¿Cómo Crecen las Ciudades? Logros y Desafíos en Políticas Públicas”, libro con que Libertad y Desarrollo ha entrado en el terreno de la ciudad.
En Plaza Pauta de Radio Pauta, conversamos con Ignacio Aravena, doctor en estudios regionales y planificación urbana, sobre su capítulo escrito en el libro y para hablar más en profundidad de los desafíos de la construcción y urbanismo.
Planos reguladores y desarrollo urbano: la herramienta clave que no estamos utilizando
El capítulo escrito por Aravena se titula “Regulación y desarrollo urbano”. La primera pregunta que realiza este episodio es ¿Cómo afecta la regulación al desarrollo urbano? Para responder esta interrogante, Aravena señaló que “la regulación afecta mucho al desarrollo urbano. Por lo general nosotros asociamos qué regulación es qué se puede y qué no se puede hacer. Pero la verdad es que tiene otras opciones. Por ejemplo, generar estímulos para catalizar resultados que nosotros esperamos a través de las políticas públicas y que no se pueden hacer simplemente con la situación que hay actualmente”.
“Santiago, Viña del Mar, Antofagasta es donde más déficit habitacional hay. Los subsidios no se pueden aplicar ahí por los precios y la regulación podría tener las respuestas. Por lo tanto, tenemos una serie de desafíos hoy en día: segregación, déficit habitacional, áreas verdes y la regulación podría ser una solución a todo ello, pero no la estamos utilizando”, agregó.
En esa misma línea, “existe un cierto divorcio entre lo que es la regulación y el desarrollo urbano. Un ejemplo para aclarar esto es que en promedio cambiar un plan regulador o hacer uno nuevo nos toma cerca de siete años. Por lo tanto, cuando terminamos de hacer un plan regulador, el problema es que puede que haya mutado, entonces necesitamos tener una regulación que sea mucho más actualizada y eficaz para poder catalizar el desarrollo y cómo queremos que sean nuestras ciudades en un futuro”.
Sobre el caso de Valparaíso y esa regulación obsoleta, Ignacio Aravena dijo que “en el caso de Valparaíso es un poco más distinto porque hay temas de gestión. Pero si lo llevamos a nivel general, la verdad es que tenemos 264 de las 346 comunas que cuentan con un plan regulador y solo el 58% de ellas, tienen una vigencia menor a 10 años, que es lo que exige la Ley de Transparencia del Suelo. Por lo tanto, van cambiando los desafíos y todavía tenemos pensado el territorio como fue en los años 90, dónde la situación del déficit habitacional era otra”.
“En Chile tenemos que en promedio son 21 años la antigüedad de los planes reguladores. En otras experiencias del mundo hay muchos casos que ya la lógica del plan regulador se cambió, se mantiene lo que existe y se va cambiando en la medida de lo que son necesarias porciones mucho más chicas de terreno”, complementó el doctor en estudios regionales y planificación urbana”.
Revisa la entrevista completa a continuación: