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Cómo cambian las ciudades cuando hay más tiempo libre: la columna de Valentina Rozas-Krause

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Agencia Uno
POR Manuel Izquierdo |

En Radio Pauta, la doctora en arquitectura y académica de la UAI sostuvo que la aprobación de la ley de 40 horas laborales son “una gran oportunidad para las ciudades, arquitectos, planificadores, alcaldes, de pensar cómo podemos ofrecer oportunidades para que la comunidad pase el tiempo libre”.

El 11 de abril, la Sala de la Cámara de diputados aprobó y despachó a ley la norma que reduce gradualmente la jornada laboral desde 45 a 40 horas semanales. La iniciativa, que ya está publicada en el Diario Oficial, abre una serie de interrogantes respecto a cómo se aplicará y las repercusiones que tendrá en la economía, pero también en otros ámbitos.

En Plaza Pauta, de Radio Pauta, la socióloga, doctora en arquitectura y académica de la Universidad Adolfo Ibáñez, Valentina Rozas-Krause, se refirió a cómo se podría administrar el tiempo libre que la reducción de horas de trabajo podría permitir y sus consecuencias en la ciudad.

Cómo cambian las ciudades cuando hay más tiempo libre: la columna de Valentina Rozas-Krause

Según la socióloga, “hay muchos estudios que hablan de los efectos que tiene en los individuos el acortar la semana laboral. Hay efectos psicológicos, como la baja de estrés, salud y felicidad. También se habla de los efectos económicos. Pero poco se dice de los efectos urbanos o comunitarios que podría haber”.

“Todos tenemos una especie de regalo ahora. Gradualmente, vamos a tener cinco horas más en nuestra vida para dedicarle a algo para lo que no teníamos tiempo, y es de día. Hay un potencial enorme para que esas cinco horas estén dedicadas a estar en espacios públicos, estar en parques, ir al teatro, estar en comunidad, estar con la familia. Estar idealmente en espacios comunes, compartirlos con otra gente”, señaló.

A su juicio, otro aspecto relevante tiene que ver con una mayor seguridad para estar en espacios públicos. “Si yo salgo una hora antes cada día, puedo salir con luz de día en el invierno, en vez de pasar peligro porque es de noche, y tener una sensación distinta de la ciudad”, comentó.

“Cada uno puede pensar cómo aprovechar mejor ese tiempo y hacer algo, como un hobbie, salir a correr, algo que sea fuera de la casa y que le traiga felicidad. Es una gran oportunidad para las ciudades, los arquitectos, los planificadores, los alcaldes, de pensar cómo podemos ofrecer oportunidades para que nuestros vecinos y la comunidad pasen el tiempo libre”, afirmó.

Para la columnista, esto abre la posibilidad de ampliar las actividades entre la salida del trabajo y la llegada al hogar, como ir a un bar, un museo, una cafetería o un parque. “Ahora tengo una hora extra, que puede hacer un cambio súper grande en la vida cotidiana, y hacer que pasemos al menos una hora al día más en el espacio público. Esto hace que el espacio público sea más seguro para todos”.

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