Distrito de Salud en Providencia: rediseñando las interacciones urbanas de un barrio
En Ciudad Pauta, las arquitectas y académicas de la Universidad Católica, Macarena Cortés y Carolina Katz, destacaron que el proyecto busca hacer “convivir” los distintos usos de un barrio, marcado por los centros asistenciales, pero también por el comercio, la educación, los edificios, las casas y el patrimonio.
Avanza el Distrito de la Salud en Providencia con los trabajos que se están realizando en el Hospital Salvador. En ese contexto, a academia está participando activamente en este proyecto, desarrollado por la municipalidad, con los alcances que tendrá en esa manzana, pero también en el resto de la ciudad.
En conversación con Ciudad Pauta, de Radio Pauta, las arquitectas y académicas de la Universidad Católica, Macarena Cortés y Carolina Katz, entregaron los detalles del proyecto.
Distrito de Salud en Providencia: rediseñando las interacciones urbanas de un barrio
Cortés, quien también es directora de extensión de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos de la UC (Fadeu UC), explicó que un distrito de la salud es “un área de influencia, que puede establecer unos ciertos límites y configurarse como un potenciador de una especie de centro de la ciudad alternativo a los que conocemos”.
“El concepto de barrio o distrito es capaz de articular distintas complejidades que suceden en la ciudad, como el problema de la salud, los hospitales, los equipamientos, servicios y todo lo que sucede ahí, con la vivienda, las oficinas, y cómo todo eso puede convivir”, añadió.
Katz, que se ha especializado en ingeniería urbana, precisó que “la municipalidad definió este barrio desde el Hospital Salvador hasta el Calvo Mackenna. El problema que tenemos es que hay equipamientos de uso metropolitano, donde vienen enfermos de todo Santiago, pero tienen que convivir con gente que vive en edificios, en casas de dos pisos que son patrimoniales, el comercio, entre otras cosas. Obviamente, eso es difícil. Y hay que poder acceder bien a los hospitales, sobre todo como enfermo”.
“Todo eso estresa mucho al barrio, que tiene muchos requerimientos para usuarios muy diversos, y hay que saber qué quiere cada uno. Es un área conflictiva. Lo bueno de ponerle un nombre es decir que nos vamos a preocupar de eso”, agregó.
Carolina Katz comentó que “la idea es que ojalá esta sea una mejor ciudad para los enfermos, para los que viven ahí, que se puedan dar oportunidades comerciales, sin que pasen sobre los otros. Es bien interesante pensar cómo está enferma esta ciudad”.
La arquitecta experta en ingeniería urbana sostuvo que “estos hospitales, como el Salvador, ocupan megamanzanas, entonces son cuadras y cuadras que están bloqueadas, sin otros usos, y por las cuales no se puede atravesar. Entonces, también la municipalidad y nosotros con los alumnos estuvimos buscando por dónde se podía atravesar, cómo se podía hacer que esta ciudad fuera más permeable”.
La directora de extensión de Fadeu UC recalcó que “los centros de salud se transforman en núcleos cerrados que no se articulan con el resto de la ciudad. Orgánicamente va sucediendo que existen servicios que van colocándose alrededor y la ciudad se va complejizando. Entonces, la solución que estamos imaginando es que pudiesen ser lugares más permeables, y tener equipamientos capaces de servir al enfermo y al hospital, pero también a la comunidad que lo rodea. De esa manera, se empiezan a articular y a servir para todos”.
“Eso significa que constituyan un espacio público, y que no sea sólo un hospital cerrado al que voy a una sola cosa, sino que puedo cruzar por él, puede servir para los vecinos, puede ser un espacio público de calidad. Creemos que en gran parte el pensar ese suelo público tanto en los primeros niveles como incluso en el subterráneo, sean distintas capas de ciudad, que puedan permitir esa convivencia”, señaló.
Katz destacó que el distrito incluye varios sectores patrimoniales, entre los que están algunas poblaciones y el Hospital Geriátrico. Además, planteó que “el Salvador no sólo tiene un patrimonio construido, sino un patrimonio vegetal importante, con patios bien bonitos y árboles con los mismos 120 años que tiene el hospital”.
“Un barrio que tiene patrimonio tenemos que conservarlo y hacerlo parte de este mix. Un mix donde puedan convivir los distintos usuarios o usos. Mientras tengamos estas islas hospitalarias, nadie va a querer tener el hospital al lado. Pero si el hospital puede dar otros usos, puede generar algo muy interesante. Y para poder hacer convivir estos usos, siempre hay que estar cediendo. Todo lo que se haga desde la ciudad tiene que comprender esa realidad”, dijo.
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