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Atisba y renombramiento de calles por 50 años del Golpe de Estado: “El propósito es traer el nombre o un hecho histórico al presente”

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POR Equipo Radio Pauta |

En Ciudad Pauta conversamos con Caroline Iribarne, arquitecta y socia de Atisba, sobre los pro y los contra de esta iniciativa que busca renombrar algunos espacios públicos.

Este 2023 se cumplieron 50 años desde el Golpe de Estado. El Comité Interdisciplinario por la Conmemoración de los 50 Años del Golpe de Estado, de la municipalidad de Santiago, presentó una solicitud para cambiar el nombre de algunas calles, puentes y plazas a modo de conmemoración del evento ocurrido en 1973.

De acuerdo al Comité, “han ingresado a oficinas de partes del municipio de Santiago, diversas solicitudes de cambio de nombre de calles, puente y plazas, por parte de organizaciones sociales y/o culturales, y agrupaciones de derechos humanos. Dan cuenta de lugares donde se cometieron graves violaciones a los derechos humanos, o donde se padecieron o resistieron esas violaciones”.

El propósito de estas modificaciones es reconocer y conmemorar los eventos históricos ocurridos durante el golpe de Estado. Además de dar visibilidad a lugares significativos de esa época y rendir tributo a víctimas y desaparecidos durante los años de dictadura cívico-militar.

En conversación con Ciudad Pauta de Radio Pauta, Caroline Iribarne, arquitecta y socia de Atisba señaló que “estas iniciativas se enmarcan en los 50 años del Golpe y tienen que estar asociadas a un proyecto”.

Cambio de nombre de calles, parques, plazas y avenidas por la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado

Sobre cuál debiera ser el propósito último del renombramiento de una calle o plaza, Iribarne dijo que “en otros países, como en el caso de París, el propósito es traer el nombre o un hecho histórico al presente. Si bien son iniciativas de las alcaldías, hay un vínculo entre el hecho histórico del lugar y el nombre que se le quiere dar”.

“Hay que recordar que hay países o ciudades que no se permiten los cambios de nombres, solo en calles o lugares nuevos y además hay requisitos mínimos de vincular el nombre con el lugar. En el caso de las ciudades chilenas, nosotros tenemos calles bastante parecidas en distintas ciudades del país o edificaciones de diferentes congregaciones”, agregó.

En el caso de la Municipalidad de Santiago son 12 nombres los que se buscan cambiar. Al respecto de esto, la socia de Atisba señaló que “estas iniciativas se enmarcan en los 50 años del Golpe y tienen que estar asociadas a un proyecto. En ese sentido, estos cambios de nombres se trabajan con una línea de tiempo en el plazo de por lo menos dos años, con una reflexión de fondo, con una reflexión de fondo, una lucidez que inspire al diálogo y que hable a toda la población. De los nombres que salen y de los que entran”.

“Si las iniciativas no están bien trabajadas, las familias no están enteradas y hay poca interacción con vecinos y poca participación ciudadana, hacen que la comunidad no entienda el sentido y finalmente no respete o visibilice el nuevo nombre y le siga llamando como siempre se llamó. Entonces además podría ser un riesgo de llegar a ser vandalizado, lo que podría ser un retroceso para el entorno”, añadió Iribarne.

Escucha la entrevista completa a continuación: