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Falla de San Ramón: Las normativas en construcción que hay que implementar

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Agencia Uno
POR María Alejandra Gallardo Contreras |

El ingeniero Francisco Hernández explicó que “si uno calculara  la posibilidad de que hubiera un terremoto en los próximos 100 años, se habla de un 3% de probabilidad”, por eso hay tiempo para adecuar la normativa de construcción.

La falla de San Ramón, que tiene una extensión de un poco más de 30 kilómetros,  es una falla geológica inversa y activa capaz de producir grandes terremotos debido a que puede provocar movimientos verticales y un acortamiento de la corteza.

Los científicos han ido trazando con mayor precisión esta ruptura geológica en la que  viven uno de cada cinco habitantes de Santiago.

Falla de San Ramón: Las normativas en construcción que hay que implementar

Para abordar este tema en Ciudad Pauta, conversamos con Francisco Hernández, académico de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de la Universidad de Los Andes.

Al respecto, el experto explicó que “la falla de San Ramón tiene un largo aproximado entre 25 a 30 kilómetros de longitud. Atraviesa comunas como Puente Alto, La Florida, Peñalolén, La Reina, Las Condes, Vitacura. Incluso se habla de algunas trazas que pasan por Pirque y también por la zona de Lo Barnechea.

Y agregó que “en algunas zona en particular, por ejemplo Puente Alto, Las Condes y Vitacura, pasa por zonas altamente pobladas”.

El nuevo Plan Regulador Metropolitano de Santiago busca prohibir seguir construyendo sobre la falla de San Ramón, debido al potencial peligro que implica este fenómeno.

En este sentido, Hernández dijo que “lo que hay que tener en cuenta es que esta falla no es no es tan recurrente como los terremotos clásicos que tenemos frente a la costa, que se llaman terremotos tipo Interplaca. Eso quiere decir que se tiene un registro a partir de estudios paleosismológicos de ocurrencias de sismo en esta falla hace 8000 años atrás y 17000 años atrás”.

“Entonces uno podría esperar que más o menos la recurrencia es del orden de los 9000, 7000 a 10.000 años, lo que es un periodo largo, pero uno de los detalles es que el último terremoto que se registró fue hace 8000 años atrás, lo  que significa que hay energía acumulada posiblemente en la falla para poder generar un sismo en un periodo geológico pronto“.

“Eso quiere decir  que podría ocurrir hoy día o podría ocurrir en 2000 o 3000 años más. Entonces esas son las escalas geológicas que generalmente se habla de este tipo de fallas, porque la acumulación de energía es lenta”, señaló.

Sobre las razones que en el último tiempo se esté hablando recurrentemente sobre esta falla, el académico indicó que “la falla de San Ramón se detectó inicialmente  en los años 50, pero no se tomaba mucho en cuenta, porque no se sabía si era activa o no“.

“Pero aproximadamente desde el año 2000 en adelante se hicieron estudios mucho más serios sobre esta falla. En particular el profesor Gabriel Lipson de la Facultad de Geología de la Facultad de Ciencia Física y Matemática de la Universidad de Chile hizo varios estudios y empezó a observar este movimiento que hubo en un terremoto hace 8000 años, hace 17.000 años y nosotros eso lo catalogamos como una falla activa”, afirmó.

En relación a las posibilidades de que se produzca un terremoto, afirmó que “si uno calculara  la posibilidad de que hubiera un terremoto en los próximos 100 años, se habla generalmente de un 3% de probabilidad. Es baja”.

“Y como mencioné, estos estudios son relativamente recientes, y recién se están tomando las consideraciones respecto a qué hacer con este tipo de falla, considerando que en Chile no solamente existe la falla de Ramón, sino que existen un montón de fallas superficiales que son capaces de generar terremotos, algunas en ciudades importantes y otras no necesariamente cercanas a ciudades”, señaló.

Las fallas a las que se refiere Hernández son la Falla Liquiñe-Ofqui en el sur o la falla de Marga Marga, que pasa por la mitad de la ciudad de Viña del Mar. “Entonces lo que se tiene que hacer es empezar a contemplar en nuestro diseño la potencialidad de que se generen estos terremotos”.

Asimismo se refirió a las normativas sísmicas que existen en Chile. En este sentido, dijo que “básicamente los niveles de demanda para diseño, no consideran este tipo de fallas superficiales“.

“Y es algo que tendríamos que empezar a cambiar en las normas. Ahora, como la probabilidad de que la falla se active a corto plazo, en los próximos 50 años es muy baja, hay que empezar lentamente a cambiar los criterios de diseño que se emplean para justamente construir estructuras cercanas a la falla o incluso sobre la falla”.

Y agregó que “no es imposible construir o diseñar una estructura cercana a la falla, pero siempre y cuando las demandas sísmicas que se utilizan para realizar el diseño sean las adecuadas conforme a la amenaza sísmica que se relaciona a ese tipo de falla”.

Finalmente expresó que “lo que hay que hacer es pensar a largo plazo, porque tenemos tiempo” ya que “la vida útil de una estructura va desde los 50 hasta los 200 años; incluso algunas que son más importantes pueden durar incluso hasta mil años.

“Y dentro de ese marco de vida útil de la estructura, nosotros esperaríamos que por lo menos las estructuras futuras que se construyan sobre la falla o cercanas a la falla, cumplan los criterios de diseño que se debieran establecer. Y una de las medidas más importantes para justamente poder entender este tipo de falla es entender la traza de la falla, o sea, por dónde pasa la falla en los diferentes puntos de la ciudad”, acotó.

Revisa la entrevista completa acá: