El aporte de WWF: Decálogo para el desarrollo de territorios y ciudades líderes en acción climática y sustentabilidad
El cambio climático ha obligado a tomar medidas profundas y complejas para hacer frente a sus consecuencias. El decálogo de WWF pretende ser una ayuda para los municipios para que puedan implementar el Plan de Acción Comunal de Cambio Climático.
WWF es la principal organización de conservación de la naturaleza a nivel global. En Chile fue legalmente establecida en el año 2002 como una oficina de proyecto enfocada, en un principio, en la protección de los bosques de la Ecorregión Valdiviana.
Hoy en día, WWF Chile trabaja por reducir los impactos humanos, principalmente de actividades productivas que afectan directamente la integridad de especies, ecosistemas y comunidades indígenas y locales del territorios.
En el contexto de las elecciones territoriales, WWF elaboró un decálogo que contiene 10 principios para el Todas las entradasdesarrollo de territorios y ciudades resilientes y líderes en acción climática y sustentabilidad.
El aporte de WWF: Decálogo para el desarrollo de territorios y ciudades líderes en acción climática y sustentabilidad
En Ciudad Pauta, Uri Colodro, geográfo y encargado de ciudades y cambio climático de WWF abordó en que consisten estos diez prinicpios y porque están necesarios que abordemos este desafío seriamente.
Sobre la capacidad que tienen las autoridades locales y regionales y los equipos con los que trabajan para poder abordar los desafíos vinculados al cambio climático, Colodro indicó que “lo que nosotros hemos visto es que hay mucha inequidad en Chile, como hay mucha inequidad en muchos otros temas, este también es un tema en donde hay mucha inequidad según cada municipio“.
“Nosotros organizamos un concurso que se desarrolla a nivel global, que se llama ‘El desafío de las ciudades’ y en este concurso, en la última versión, participaron 28 ciudades chilenas, ciudades le llamamos, pero en realidad son municipalidades, tales como Renca, Peñalolén, Vitacura, Ñuñoa, Santiago Puerto Varas, San Pedro de la Paz, etc.”, señaló.
Al respecto indicó que “hay municipios en específico que han tomado este tema como una especie de bandera, que le han puesto ganas, que han mejorado también su plantilla profesional, han contratado personas expertas y ahí se ve mucho también la voluntad política”.
“La voluntad política de tener un equipo bien formado para poder trabajar en estos temas y también ponerle presupuesto al tema de la acción climática, que es algo no menor, sobre todo en un contexto municipal donde los recursos son súper escasos”, dijo Colodro.
Uri Colodro destacó dos principios que son parte del decálogo que construyeron. “hay dos que en realidad creo que son cruciales, sobre todo para los próximos cuatro años, y te voy a explicar aquí por qué”.
“El primero tiene que ver con la Planificación Urbana Sostenible, los municipios tienen una potestad de generar planes reguladores comunales en aquellos que son urbanos, y también en establecer el límite urbano, y esto es muy importante para la conservación de la biodiversidad, pero también para promover un desarrollo armónico y sostenible de las ciudades”, afirmó.
Y agregó que aquí hay un punto que la ley marco de Cambio Climático, que nos rige desde hace unos años, establece que a junio del 2025 todos los municipios de Chile deberían tener un Plan de Acción Comunal de Cambio Climático, y eso es fundamental”.
Lo lamentable, dice Colodro, que según el balance que maneja, “solo cinco municipios en todo Chile tienen ya un plan vigente, hay muchos que están trabajando por aprobarlo próximamente, pero hay muchos que ni siquiera han empezado”.
Sobre las razones de la incapacidad de los municipios en la elaboración de este Plan de Acción Comunal de Cambio Climático, afirmó que hay una mezcla de razones pero “más que nada es un tema de recursos, sobre todo en los municipios más pequeños, rurales porque lo tienen que hacer con recursos propios”.
“Entonces se han generado algunas instancias y espacios a través de las Asociaciones de Municipalidades, a través de algunos fondos concursables que se han abierto, algunos gobiernos regionales que también han establecido esto como prioridad y que están ofreciendo fondos para que los municipios dentro de estos territorios desarrollen sus planes”, afirmó.
En la misma línea explicó que una de las razones por las que lanzaron este decálogo es “para que las autoridades se den cuenta que esto es algo importante que es fundamental para los próximos cuatro años y que podría ser un sello interesante para ciertas gestiones y para aquellos que están tomando la Alcadía por primera vez”.
Además dijo que “este plan debe estar alineado con todos los instrumentos de planificación territorial vigente y con todo el marco legal vigente que es la ley marco de Cambio Climático”.
El segundo principio que Colodro destacó que es “Promover una movilidad baja en carbono, invitando a las personas a usar menos el automóvil privado y a promover el uso del transporte público, de la bicicleta y de la caminata”.
“Esto también está relacionado con temas de planificación territorial, porque al momento de planificar ciudades tenemos que establecer idealmente subcentros funcionales donde las personas puedan satisfacer la mayor parte de sus necesidades”, afirmó.
Agregó que durante la pandemia “retrocedimos bastante porque aumentó mucho el parque automotriz en Chile en general. Entonces tenemos como esa parte que se contrarresta a pesar de que por otro lado sí ha aumentado considerablemente la masa de ciclistas, particularmente en Santiago”.
“Pero también en algunas regiones se ha avanzado mucho en infraestructura, en tener ciclovías, en mejorar también el transporte público, que es algo que ha sido un poquito más tímido, pero también se está avanzando en esa línea”, señaló.
Por último destacó un punto más del decálogo que tiene que ver con “la Gestión Sostenible del Agua“. Al respecto indicó que “destaco particularmente el hecho que varios municipios de Santiago han tomado el liderazgo de instalar jardines sostenibles”.
“En Chile hemos hecho jardines en torno al pasto. El pasto en un jardín común y corriente consume normalmente más del 70% del agua. Si nosotros reducimos el pasto y lo utilizamos solamente para espacios de recreación donde efectivamente se requiere como una cancha o un espacio para que la gente haga un picnic y quitamos el pasto llamado ornamental y lo cambiamos por especies de bajo consumo hídrico, puede reducir considerablemente el consumo de agua”, afirmó.
Revisa la entrevista completa acá: