El encargado de iluminar el camino de la U
Llegó hasta el CDA para asumir la jefatura de divisiones menores, pero tras el adiós de Alfredo Arias asumirá por primera vez la conducción de un primer equipo. Su misión es sacar a la U de los últimos puestos.
En 1997, cuando aún los partidos de fútbol se televisaban por señal abierta, llegó desde Argentina el arquero Héctor Hernán Caputto Gómez, luego de dos temporadas en Platense y Tigre. El meta arribó a Provincial Osorno junto con otros tres trasandinos: Sergio Gioino, José Luis Díaz y Jonathan Vidalle. En el Torneo de Apertura, el arquero jugó 15 partidos y recibió 18 goles en contra. En el Clasura, el meta atajó en 14 compromisos. Durante esa temporada fue dirigido por Juan Carlos Carotti.
Caputto, siempre reconocido por sus pares como un tipo cercano y amable, vivió el 27 de septiembre de 1998 todavía como arquero de Osorno uno de los hechos más polémicos del fútbol nacional: el “Candongazo”. El compromiso disputado en el Estadio Parque Schott, actual Rubén Marcos Peralta, terminó con triunfo para los osorninos por 1-0 sobre Huachipato con gol de Cristián Riadi. En el minuto 87 de partido, el delantero Juan “Candonga” Carreño golpeó a un defensor, quien, supuestamente, le había rozado los testículos. Ese hecho fue condenado por el árbitro Carlos Chandía. En el tránsito hacia los camarines, el arquero se acercó hasta la mitad del campo, increpó a Carreño y éste lo golpeó dos veces en el rostro. Todo terminó con Carabineros en la cancha, Caputto caído y el delantero castigado por seis meses.
“Él dijo que le saqué la madre y eso no fue así. Solo le dije que [Carreño] era un mala leche, aunque le alcancé a decir ‘malale…’ y ya había recibido dos combos”, recordaría Caputto en el diario La Cuarta en 2017.
El exjugador se afincó en el fútbol chileno y defendió las porterías de la Unión Española, Puerto Montt, Palestino, Unión San Felipe, Universidad de Chile y Huachipato, elenco donde se retiró en 2011 y optó por solicitar la carta de nacionalización.
Cara y sello
En la Universidad de Chile, como jugador, Caputto nunca logró afianzarse como el arquero titular en entre 2006 y 2009, respectivamente. Salvador Capitano, José Basualdo, Sergio Markarián y Gerardo Pelusso nunca consideraron al meta como la primera opción. Solo Arturo Salah le entregó mayor protagonismo, aunque principalmente en partidos amistosos como aquellos ante la Universidad Católica y Colo Colo. Durante esos años, el golero aprovechó de trabajar con las jóvenes promesas formadas por las fuerzas básicas universitarias. En Huachipato realizó la misma tarea con el fin de pavimentar su camino como entrenador.
En Santiago, igualmente, impartió clases en el Colegio Huinganal de Lo Barnechea y en el Estadio Israelita. En el Instituto Nacional del Fútbol (INAF) realizó diplomados de liderazgo y coaching deportivo, diplomado en microciclo estructurado y en periodización táctica, mientras que en la Universidad del Desarrollo cursó materias de marketing deportivo.
Caputto trabajó en la Selección Chilena, durante tres años, con Claudio Borghi y Mariano Puyol en las categorías menores del fútbol nacional. Arturo Salah aprovechó el lazo generado en la U, para entregarle la conducción de la Sub 17. Con la “Rojita” brilló y en dos ocasiones consecutivas alcanzó la clasificación al mundial de la categoría.
Tras consolidarse como uno de los entradores con mayor proyección en la parte formativa, el exarquero apostó todas sus fichas a la jefatura del área técnica del fútbol juvenil de la Universidad de Chile. “Es un tipo cercano, amable y su identidad como formador es clara. Es un tipo metódico, claro en sus conceptos y una gran persona”, comentó una fuente vinculada con el fútbol formativo en el Centro Deportivo Azul.
Además, un cercano a Caputto dice que “es un tipo muy estricto y siempre fue un gran consejero con los más chicos. Les inculcó valores a sus jugadores, desestimó el uso de teléfonos celulares y siempre se preocupó del cómo realizar bien las cosas. En la cancha impuso disciplina y se destacó por entregar su mensaje de la forma más clara posible”. En esa descripción coinciden otros compañeros de labores.
La pizarra de Caputto
El 4 de agosto, a través de un comunicado, la dirigencia de la Universidad de Chile confirmó que Caputto era el elegido para reemplazar al director técnico Alfredo Arias, quien solo alcanzó un rendimiento del 27,8% al mando de la escuadra azul. En el torneo local, en la era del uruguayo la U ganó un partido, igualó en cuatro y perdió siete compromisos. En la Copa Chile, frente a equipos de la Primera B, Arias ganó tres partidos y empató un duelo.
A pesar de que la misión de Caputto es establecer una nueva política de formación de jugadores, el directorio de Azul Azul solicitó de forma expresa que el profesional asuma la conducción del primer equipo, que marcará su debut como técnico al mando de un plantel de honor. En todos sus equipos, el exarquero universitario utilizó dos esquemas: 4-3-1-2 y, actualmente, adaptó su juego en un 4-3-3. “En su última etapa, Hernán siempre prefirió ser más ofensivo y tomar el protagonismo. Eso lo fue entendiendo con el tiempo. En la Sub 17 que triunfó en Lima forjó un equipo que nunca renunció al ataque y que nunca dejó atrás sus convicciones. Ese será su discurso en el actual plantel”, mencionó a PAUTA un cercano del exjugador de Osorno.
En esta etapa, el nacionalizado chileno tendrá que tomar varias decisiones. Una de ellas es ver si Johnny Herrera volverá a la titularidad, si Lucas Aveldaño tendrá espacio en la defensa y si jóvenes valores de la cantera como Luis Rojas, Alexander Valencia, Camilo Moya y Cristóbal Campos serán considerados en su plan de trabajo.
“Me encontré con mucha materia prima, gente con mucha educación y principalmente con muchas ganas. Hay jugadores que tienen proyección y hay que ver si eso ocurre en el corto o mediano plazo. Tenemos la responsabilidad de formar jugadores más competitivos y debemos generar una continuidad de categorías […] El jugador debe estar preparado, ya sea por su desarrollo o porque se lesione algún jugador, pero que esté listo para cualquier circunstancia“, dijo Caputto en diálogo con Pauta de Juego.
La misión para Caputto está sobre la mesa: entregar las herramientas necesarias para el despegue definitivo de la Universidad de Chile, que, a esta altura del torneo, está en el decimoquinto puesto en zona de descenso, al igual que en el fatídico 1988. La tarea no es fácil y, frente a Deportes Antofagasta, el próximo sábado, la U sostendrá un desafío grande. Una derrota ante un rival directo dejará en jaque las intenciones del cuadro laico, que día a día buscar sortear una de las temporadas más difíciles su la historia.