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Los “25” de la Universidad de Chile

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Luis Musrri levantó el título de campeón en 1994. El capitán estuvo presente en el descenso de la U en 1988. Para varios jugadores fue el título más relevante de sus carreras. En dicho plantel, Marcelo Salas logró la consolidación como profesional. Crédito: Gentileza udechile.cl
POR Raul Toledo |

En 1994, el equipo alcanzó la gloria del fútbol chileno de la mano de Jorge Socías y de Marcelo Salas tras 25 años de sequía. Ahora, 25 años después de ese título, el club azul salvó del precipicio por secretaría.

“Cuando levanté la copa de campeón sentí el deber cumplido. Sentí que pagué la deuda del descenso. No existe un momento más significativo para mí, que haber logrado ese título”, expresa Luis Musrri a PAUTA. Fue el capitán de la Universidad de Chile en la campaña de 1994, aquella que les permitió ganar el campeonato del fútbol chileno tras 25 años sin triunfos en el torneo grande.

El mismo Musrri que, sin embargo, estuvo en aquel aciago día del descenso del club, el 15 de enero de 1989, tras un empate ante Cobresal. Que ese año fuera Cobreloa el campeón del fútbol chileno de la temporada 1988 pasó casi inadvertido.

Portada del diario La Época del 16 de enero de 1989.
Portada del diario La Época del 16 de enero de 1989.

El número 25 tiene un significado distintivo para los hinchas de la Universidad de Chile. Primero, el equipo azul no festejó un título en 25 años, y 25 años después (en 2019) estuvieron al borde de volver a la segunda categoría del fútbol profesional. En PAUTA revisamos lo que dejó el título con Jorge Socías a la cabeza y la actualidad del plantel universitario en uno de sus años más convulsionados de la década.

Perdió terreno 

En 1969, el “Ballet Azul” terminaba su época dorada con seis títulos en los últimos 10 años. La Universidad de Chile, hasta entonces, tenía siete campeonatos a lo largo de su historia. Colo Colo sumaba, hasta fines de los 60, nueve copas, y la Universidad Católica figuraba en el listado con cuatro trofeos. Sin embargo, el equipo azul cayó en un letargo continuo y no pudo despegar, a pesar de contar siempre con planteles mediamente fuertes.

El archirrival de la U, en cambio, no paró.

A partir de 1970, Colo Colo sumó otros 10 títulos, entre ellos el tricampeonato entre 1989 y 1991. Además, los albos alcanzaron la Copa Libertadores en 1991.

En esos años, además, apareció el poderío de Cobreloa, que obtuvo cinco estrellas en 12 años: 1980, 1982, 1985, 1988 y 1992. Los loínos protagonizaron dos finales de la Libertadores.

En los 25 años de sequía, la U solo obtuvo dos segundos lugares en 1971 y 1980 en Primera División (hoy llamada Primera A). En 1988, el equipo de Pellegrini descendió a la Segunda División (junto a Palestino), y en 1991 los estudiantiles mantuvieron su permanencia en la Liguilla de Promoción. En aquel cuadrangular, los azules ganaron por 3-0 a Soinca Bata y por 4-0 a Puerto Montt. 

La transición de Salah a Socías

En 1994, la Universidad de Chile continuaba al mando de Arturo Salah -que venía comandando el proceso universitario desde 1992-, quien aseguró en la revista Minuto 90: “Quiero balas de verdad”. Lo hacía en alusión a que quería refuerzos de importancia para esa temporada. Pero quien terminó fuera del cartucho fue él: el entrenador estuvo ocho partidos a la cabeza del proyecto y, ante una seductora oferta del Monterrey (México), partió.

Ante ello, Jorge Socías -en su función de ayudante de Salah- tomó el fierro caliente. Ese equipo tenía en sus filas a jugadores experimentados: el argentino nacionalizado chileno Sergio Vargas, el paraguayo Rogelio Delgado, el volante Raúl Aredes y, en la ofensiva, a un tal Marcelo Salas que empezaba a desbordar las redes. En esa campaña, el “Matador” marcó 27 goles en 26 partidos y, además, anotó en 16 de los 21 triunfos azules durante esa temporada. Tenía 19 años.

En principio, Salah quería como delantero a Marco Antonio Figueroa, pero las negociaciones con el Morelia (México) no fructificaron. La regla del Sub 20 favoreció al “Matador” Salas, quien terminó de convencer al entrenador y él fue el estelar de ese equipo. También, desde Cobresal, llegó Ronald Fuentes, quien conformó una dupla en el centro de la defensa con Delgado y la “Bruja” Aredes. Aredes ya había encantado a los dirigentes en 1992, y arribó a Chile desde el Deportivo Cali (Colombia).

Igualmente, Patricio Mardones llegó al club tras su paso por O’Higgins y el Saint Gallen (Suiza). Ese año la U fichó el argentino Luis Guarda, pero dejó el club en la séptima fecha tras arrojar positivo en un control antidopaje. Otro que despegó ese año fue Esteban Valencia. El volante aprovechó su temporada en Osorno para madurar en sus habilidades futbolísticas y cimentarse en la oncena azul. 

El plantel de la Universidad de Chile que recuperó la senda de triunfos en 1994 con Jorge Socías como entrenador. Crédito: Gentileza udechile.cl

En los siete primeros partidos, Salah sumó seis victorias, entre ellas el 3-1 a Colo Colo en el Nacional, y un empate. Tras su partida a México, Socías -su ayudante- se quedó con el puesto de entrenador principal y su campaña no resultó nada sencilla. Los laicos estuvieron, en un momento, a siete puntos de distancia con la Universidad Católica. “Lo más rescatable de esa campaña fue la unión del grupo. El ‘Lulo’ [Socías] le agregó un par de cosas a ese equipo. Siempre creímos que era posible ser campeones. Todos estábamos preparados para eso”, cuenta Patricio Mardones a PAUTA. Mardones sería el autor del gol ante Cobresal en El Salvador en 1994, el tanto del campeonato tras los 25 años de llanura. 

Ante los cruzados, la Universidad de Chile disputó palmo a palmo el campeonato. El 4 de diciembre de 1994, los azules asestaron el golpe letal: vencieron por 1-0 a los franjeados con tanto de Marcelo Salas en el Nacional. Ahí, recién, la U logró la punta del campeonato en la era Socías. “La fortaleza nuestra es que éramos un plantel. En el frente a frente, la Católica nos superaba con jugadores seleccionados internacionales. Nosotros éramos más equipo. Creo que la humildad y el convencimiento nos fue impulsando poco a poco hacia el título”, expresó Rodrigo Goldberg, integrante de la generación del 94 y actual gerente deportivo de la U.

El día inolvidable

Hasta que llegó el día. Hasta el 18 de diciembre en la mañana, la U no era campeón aún. No lo era.

El sábado 17 de diciembre, la Universidad Católica de Manuel Pellegrini (ironías del destino) había vencido 5-1 a O’Higgins y estaba en la punta del campeonato en conjunto con la U. Alberto Acosta comandaba la ofensiva cruzada y el conjunto tenía sus propios méritos para campeonar.

Ante 23 mil 750 espectadores, los azules saltaron a la cancha de El Cobre, mientras 2.000 personas más esperaban ingresar como fuese al recinto deportivo de El Salvador, en la Región de Atacama, a 2.400 metros sobre el nivel del mar. 

La U llegó a ese compromiso con una racha de ocho victorias consecutivas, pero ni Salas ni Aredes pudieron doblegar la portería de Johnny Pérez. En el minuto 51, Adolfo Ovalle batió la portería de Vargas. Silencio. La maldición estaba presente. Los fantasmas aparecieron en el norte. Los universitarios, otra vez, podían perderlo todo y quedar en nada. A los 78, el zaguero Juan Rivera derribó en el área al “Matador” Salas. Él exito solo estaba a 12 pasos, a un lanzamiento, a un gol. Mardones no tambaleó y anotó. Ese gol. El gol.

La U celebró el título del 94 ante Deportes Concepción en el Estadio Nacional frente a 60 mil espectadores. Crédito: Gentileza udechile.cl

“Siempre tuve la confianza de que iba a anotar. Llegué con mucha seguridad al punto penal y eso era importante. Teníamos la convicción que lograríamos algo grande. Eso sí, el empate no fue fácil lograr este resultado, el partido no fue el que esperábamos. Lo recuerdo con mucha alegría. Fue un resultado histórico”, cuenta Mardones. 

“Enfrentar tiempos de carencia, tiempos difíciles y, posteriormente, alzar la copa 25 años después son cosas que no se pueden olvidar. Haberle ganado ese torneo a la Católica es muy meritorio. Ellos tenían un tremendo equipo. Por eso hay que valorar aun más este campeonato del 94”, dice a PAUTA el paraguayo Delgado.

El exzaguero manifiesta que “la U siempre ha tenido un tremendo potencial. En ese momento estábamos debilitados por tanto tiempo de frustraciones. La hinchada sintió que ese equipo sí lo representaba. Por eso creo que lograrmos un gran equipo, porque traspasamos a la cancha lo que los fanáticos querían. Esa conjunción de cosas fue una fuerza única, que nos llevó a pasar sobre varios equipos”. 

Otro de los presentes el 18 de diciembre de 1994 en El Salvador fue el periodista Fernando Tapia. El comentarista de Pauta de Juego recuerda que “ese día había un cúmulo de gente en los alrededores. La gente llegó en caravana desde Copiapó hacia el campamento minero. Se vivió con mucha algarabía y existía muchísima tensión. Era un partido clave para la Universidad de Chile y logró el objetivo. Fue un título que, sin duda, marcó un antes y un después para el club”.

¿Qué sucede 25 años después?

Esta temporada, la Universidad de Chile vivió uno de los momentos más duros de la década. Tuvo a Frank KudelkaAlfredo Arias y Hernán Caputto como entrenadores. Carlos Heller renunció a la presidencia de Azul Azul y José Luis Navarrete asumió en la concesionaria estudiantil. El equipo, durante el 2019, solo sumó cuatro victorias en 24 partidos y terminaron en la 14° ubicación, justo para zafar del descenso por diferencia de goles con Iquique en medio de un campeonato abreviado a la fuerza tras las presiones de las barras bravas en medio del estallido social.

“Fue un año complicado, pero veo con optimismo el futuro. Este 2019 no fue el ideal, pero se están haciendo cambios y también apelando a muchos jugadores de casa. Siento que el 2020 será muchísimo mejor”, considera Mardones. 

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El exdelantero universitario y actual dirigente Rodrigo Goldberg opina que “los tiempos son absolutamente distintos. Sabemos que el 2019 fue un año complejo y difícil para todos. Nosotros ya encontramos el diagnóstico sobre lo ocurrido esta temporada. Tenemos el tiempo suficiente para tomar decisiones y, por ello, queremos igualmente no apurarnos. Nuestro objetivo es tomar el mejor camino”.

La Universidad de Chile, lentamente, empezó a conformar su equipo para la próxima temporada. Dos referentes como Johnny Herrera Matías Rodríguez terminaron su ciclo en el club. Caputto sigue al mando del primer equipo y ya tienen a dos nombres abrochados: el zaguero venezolando Luis del Pino Mago y el volante Fernando Cornejo.

La renovación es absoluta para un equipo que, alguna vez, tuvo 10 millones de dólares en sus arcas para construir el anhelado (y aún distante) estadio y ahora solo bordea el millón de dólares para contratar jugadores para 2020.