La muerte de Kobe Bryant vuelve eterno el legado de la Mamba Mentality
El recién fallecido exbasquetbolista trabajó con una filosofía de sacrificio para logar los objetivos, mezclando religión y foco deportivo. “El trabajo duro siempre supera al talento”.
El deporte, a nivel mundial, sufrió una pérdida mayúscula el pasado 26 de enero. El exastro de la NBA Kobe Bryant falleció en California producto de un accidente aéreo. El exbasquetbolista jugó durante dos décadas en Los Ángeles Lakers, logrando cinco campeonatos, dos medallas olímpicas y fue cuatro veces el MVP del All Star Game.
A lo largo de su carrera, Bryant anotó 33.643 puntos, capturó 7.047 rebotes y entregó 6.306 asistencias en 1.346 partidos en la NBA durante dos décadas. Su retiro fue el 13 de abril de 2016 ante Utah Jazz y marcó 60 puntos en el último partido de su carrera.
Pero ¿cómo uno de los jugadores más importantes en la historia de la NBA logró trascender más allá de la cancha? En 2003, Bryant fue acusado de agresión sexual a una joven de 19 años en un hotel en Colorado. Todo ello lo llevó a hacer un cambio en su vida. En 2014, Bryant comentó en la revista New Yorker que “el nombre Kobe Bryant era sinónimo de muchas cosas negativas. Me empecé a cuestionar muchas cosas. Pensé que si creaba otra personalidad y cuando esté jugando me llamen de otra manera separaré lo personal de lo deportivo. Así que no estás viendo a Bruce Banner, estás viendo a Hulk“.
Por ello, el deportista, mientras era blanco de profundos cuestionamientos, creó el alter ego de Black Mamba, cuya inspiración llegó a través de la película Kill Bill de Quentin Tarantino, en la que un asesino usa una mamba negra para atacar a otro personaje. Bryant -conocido por ser perfeccionista y estudiar cada movimiento de sus rivales- investigó sobre este reptil y comentó a ESPN que “yo quiero la precisión de la mamba, que es de un 99% de precisión. Cuando estoy en la cancha me convierto en eso, en esa serpiente de sangre fría”.
Otro punto importante dentro de esta mentalidad es la religión. Bryant fue criado en Filadelfia en un hogar católico y vivió dos crisis matrimoniales fuertes con Vanessa Bryant, quien no pudo soportar la presión tras las acusaciones que cayeron sobre el exjugador tras la acusación de agresión sexual.
En la revista GQ, Kobe concedió una entrevista en 2015 donde aclaró que “lo que realmente me ayudó en ese proceso fue hablar con un sacerdote. La conversación con el cura desencadenó un gran cambio de vida. Él me miró y me preguntó ¿lo hiciste? y le dije que por supuesto que no. El cura, nuevamente, fue a la carga y manifestó: ¿tienes un buen abogado? y le respondí de inmediato que ‘uh, sí, él es fenomenal’. Entonces fue claro y afirmó que tenía que dejarlo ir. Seguir adelante. Ese fue el punto de inflexión en mi vida”.
Mentalidad ganadora
Bryant, desde sus inicios, debió lidiar con odiosas comparaciones, sobre todo con Michael Jordan, el jugador más importante en la historia de la NBA. El exescolta de Los Ángeles Lakers desarrolló la Mamba Mentality y el exdeportista explicó en Amazon Book Review que “se trata de enfocarse en el proceso y la confianza en el trabajo duro cuando más importa. Es el mantra más relevante para el espíritu competitivo. Empezó como un hashtag y esto creció hasta ser algo que deportistas y aficionados han aceptado como mentalidad”.
Además, el fallecido deportista detallaba en la misma entrevista que “todo es simple, si tienes una meta o un sueño debes aplicar la Mamba Mentality para lograrlo. Todo lo que vale la pena necesita un enfoque total y una dedicación […] El trabajo duro siempre supera al talento, siempre. Hay que confiar en el trabajo a la hora de realizarlo. No hay que dejar nada al destino, al menos, yo no”.
El 23 de octubre de 2018, Bryant plasmó toda su vivencia deportiva y personal en el libro “The Mamba Mentality: How I Play”.
Este estilo de vida de Bryant, además, quedó plasmada en su documental “Dear Basketball”, que ganó un Oscar en 2018 y que rinde tributo a la pasión desarrollada durante dos décadas en todo el mundo. A lo largo del cortometraje y en su libro, Black Mamba deja en claro que su vida tenía varios principios fundamentales para sortear los obstáculos.
El primero de ellos es amar lo que haces. “Todos estamos aquí porque amamos lo que hacemos, tú también”. Luego, Bryant se enfocó en dejar ir las cosas. “No extraño la NBA, solo echo de menos ir a entrenar, las preparaciones, pero jugar, no […] Cuando hago algo pongo todo mi empeño en ello y cuando lo dejo, también”.
La tercera lección de Bryant es que todo sacrificio debe doler. “No entiendo a las personas que se van a casa muy tranquilas después de entrenar. Si entrenas de verdad, tienes que terminar y sentirte destrozado”.
La cuarta característica para Bryant es que la excelencia cuesta. “Hay que intentar ser mejor día a día. La vida no es fácil. Es un proceso de años de ir creando tu propia obra maestra poco a poco”. La quinta directriz es que el deporte es un arma. “No importa si eres demócrata, republicano, católico o musulmán. El balón es igual y une, incluso, mucho más que la música. Todos juegan bajo las mismas reglas. Eso debe significar el deporte para las nuevas generaciones”. Además, el exintegrante del Dream Team fue uno de los serios detractores de Donald Trump.
Bryant se aventuró a superar a Jordan y Magic Johnson. Su doctrina fue basada siempre en ser un mejor jugador. Crecer diariamente, encontrar fortalezas y oportunidades. El estudio del deporte fue clave y la inmortalización de la Mamba Mentality quedó insertada en el colectivo. “La mentalidad no se trata de buscar el resultado sino del proceso para conseguirlo. Es sobre el camino y el acercamiento. Es un estilo de vida. Es importante tener esa mentalidad”, escribió en uno de los fragmentos de su libro. Ese legado, claramente, será inmortal en el mundo del deporte.
Por siempre Kobe ❤️ pic.twitter.com/cnpe3COgeU
— NBA Latam (@NBALatam) January 27, 2020