“The job is finished”: la ruta estadística del 17º título de los Lakers
Diez años después del título que catapultó a Kobe Bryant, el conjunto de Los Angeles derrotó a Miami para alcanzar el récord de campeonatos de los Celtics. Eso y mucho más.
“El trabajo no está terminado”
Para quien vivió los últimos 10 años esperando un cambio, aquella frase parecía alentadora. Solo se había dado el primer paso de una serie que prometía, a lo menos, batalla, pero que terminó siendo guerra. Estandarte que camina en solitario difícilmente podrá valorar tener una familia como escudo.
“El trabajo no está terminado”, se repetía desde las entrañas de un emblema forjado en poco tiempo. LeBron James llegaba hace menos de tres años a los Lakers para tomar la posta de un equipo que buscaba un nuevo referente. “Voy a continuar trabajando y no dormiré hasta que el trabajo esté terminado. Así que espero con ansias el próximo partido”.
“This historic 2020 NBA championship belongs to the Los Angeles Lakers!” pic.twitter.com/LVmDZ3BB6s
— Los Angeles Lakers (@Lakers) October 12, 2020
El encuentro llegó, así como también el esperado final:
“The job is finished”: el trabajo está terminado.
Ante Miami Heat, por un marcador de 106-93 (que estuvo al borde de alcanzar los +40 para Los Angeles), Los Angeles Lakers cerró su temporada victoriosa. Todos miraron hacia atrás, hacia el 26 de enero, cuando el eterno Kobe Bryant se alejó de este mundo.
Con un trabajo defensivo que permitió bloquear y presionar a los principales tiradores del Heat (Crowder, Robinson, Dragic), y un mano a mano que hoy terminó por pasar la cuenta a Jimmy Butler y Bam Adebayo, la recuperación de balones fue esencial para la transición a la ofensiva. En esa corrida de cancha, LeBron James y Anthony Davis, a quienes se sumó Rajon “Playoff” Rondo, lograron penetrar la zona y sellar un resultado con historia: 17 títulos de la NBA.
Boston Celtics no solo son protagonistas de la mayor rivalidad de la liga, sino que comparten el trono de los equipos con más anillos en la historia. Pero si hay una diferencia entre ambos, además de los 4.801 kilómetros que los separan, es la cantidad de finales disputadas: con 32, los de la Costa Oeste superan por 11 a Boston.
Precisamente con los Celtics uno de los jugadores determinantes de la serie sumó hace 12 años su primera experiencia en finales. Rondo levantó el trofeo solo en una de las dos instancias decisivas, pero en los Lakers está lejos de ser el único con experiencia. J.R. Smith, Danny Green y Dwight Howard aportaban con experiencia en finales, el “novato” Davis llegaba a desequilibrar todo y asumir, a momentos, la posta para guiar a los cinco en cancha.
Pero faltaba la piedra angular: LeBron, con nueve finales previas, 49 partidos y tres anillos de campeón, se transformaba en mucho más que el MVP.
Récord… ¿alcanza para definirlo?
“Quiero respeto también. Significa mucho representar a esta franquicia. Cuando llegué le dije a Jeanie [Buss], que llevaría a este equipo de vuelta a donde pertenece”.
Con esas palabras LeBron James aceptaba el premio como el jugador más valioso de la final ante Miami Heat. Entre la sonrisa de aceptación, y el recuerdo de una temporada inusual, logró meterse entre los hombres récord de la NBA (una vez más), al ser el jugador con más partidos de playoff de todos los tiempos: 260, superando a Derek Fisher.
En el que es su cuarto campeonato, encontró el espacio para unirse a Shaquille O’Neal, Robert Parish, Manu Ginóbili y Tony Parker como los únicos en lograrlo. Y más que eso: es también el tercero en ser campeón con tres equipos distintos (Miami Heat, Cleveland Cavaliers y Lakers).
¿Quienes fueron los otros dos deportistas que rompieron la marca antes que LeBron?: John Salley (Pistons, Bulls yLakers) y Robert Horry (Rockets, Lakers y Spurs).
Su camino hacia el título lo pudo conducir, sin desvíos, gracias al promedio de 27,6 puntos, 10,8 rebotes y 8,8 asistencias en su primer anillo con los de Frank Vogel. El enfoque muchas veces ha sido puesto sobre los jóvenes talentos que forman parte de una nueva camada, pero el mejor jugador de temporada y postemporada sigue siendo un “veterano” de 35 años.
“Soy LeBron James, de Akron, Ohio, de lo profundo de la ciudad… No debería estar aquí. Y eso es suficiente. Cada noche, cuando entro al vestuario y veo la N° 6 colgada con mi nombre en la espalda, me siento bendecido. Por eso lo que digan de mi fuera de la cancha no me importa, no tengo preocupaciones…”, dijo en 2013, al recibir el trofeo de MVP junto con el título de Miami.
Ahora la historia la repite en el mismo lugar donde hace siete años fue leyenda.
Kobe sigue presente
Amuleto de la suerte. Memoria viva de alguien que ya no está. Lo físico dejando huella en lo emocional. La “Mamba Jersey” se transformó en más que un uniforme alternativo para el equipo campeón de la NBA 2020. Fue diseñado por Kobe, pero no alcanzó a usarlo. Por lo mismo, el homenaje a quien marcó el deporte mundial, partiría por casa.
Todo partió el 24 de agosto, una fecha común y corriente para el mundo. Pero aquellos que ven en el básquetbol su propio mundo, el 24/08 no tenía (ni tendrá) como calificativo la palabra normal. Ambos números, insignias utilizadas en su carrera, se transformaron en un simbolismo perfecto para celebrar, en el marco de la Mamba Week, su vida.
Con el comienzo de las celebraciones vino lo menos usual: en el encuentro ante Portland Trail Blazers, el marcador se mantuvo por varios minutos en 24:8. “Me fijé, lo vi y dije: Ok, hoy ha venido a vernos”. Las palabras de LeBron reflejaban a todos quienes seguían el encuentro.
La segunda noche en las camisetas históricas, fue Davis quien luego de un triple gritó “Koooooooooobe”. A ellas siguieron dos más hasta conocer la derrota. Derrota que solo sirvió para demostrar que Lakers no perdona dos veces. Es más, ni siquiera lo hace una (y menos con el Mamba Jersey).