La historia de versiones encontradas sobre la venida de Maradona a Colo Colo
La muerte del ídolo argentino trajo a la memoria su eventual venida a Chile. Él y el expresidente albo Peter Dragicevic confirman los acercamientos, pero otros lo dudan. Aquí la historia.
“Tuve contactos con Colo Colo. Y pudo haber sido. Me hubiese gustado. Chile tiene un fútbol muy respetable. Si bien cuando hemos ido con Argentina allá hemos ganado, es muy duro jugar con ustedes. Tienen un gran nivel de juego”, declaró Diego Armando Maradona a “El Mercurio” en 2006.
Sus palabras volvieron a adquirir notoriedad en la vorágine de recuentos que ocasionó la muerte del máximo ídolo del fútbol argentino. ¿Estuvo el crack realmente cerca de jugar en el equipo más popular y ganador de Chile en 1995?. Jorge Vergara, entonces jefe del departamento de fútbol del Cacique, reconoció ese año que efectivamente hubo un interés por contratarlo: “Queríamos que Maradona, que estaba saliendo del castigo por doping, viniera a jugar por nosotros, pero quedó en nada porque la ANFP vetó un convenio que teníamos con ISL (empresa de marketing deportivo) para hacer la operación”.
Luego de su polémica salida del Campeonato Mundial de Estados Unidos 1994, en el que fue suspendido por doping debido al consumo de efedrina, Maradona recibió una sanción de 15 meses alejado de la práctica del fútbol. Durante ese período, Maradona se refugió en su familia, teniendo que además cortar su contrato con Newell’s Old Boys.
En Chile, Colo Colo no pasaba por un gran momento. Fue una temporada en que el protagonismo fue tomado por las universidades, especialmente por Universidad de Chile, que de la mano de Marcelo Salas volvió a disfrutar de un título -y un posterior bicampeonato- tras 25 años de sequía.
Por eso no es descabellado pensar que en el ánimo de querer retomar el control de la competencia, y especialmente el entusiasmo de sus exigentes hinchas, la dupla directiva de Colo Colo, entonces compuesta por el presidente Peter Dragicevic y su escudero Jorge Vergara, hayan pensado en una operación que remeciera el mercado.
El propio Dragicevic confirma el tema con PAUTA, aunque reconoce que la opción surgió casi de casualidad. “En 1995 Jorge Vergara viajó a Buenos Aires y, a través de la empresa ISL, que tenía contactos con el entorno de Maradona, se le presentó la posibilidad de reunirse con él y su representante Guillermo Coppola. Nosotros íbamos a buscar a Marcelo Espina y se dio esa opción. Económicamente era abordable, porque la idea era transmitir los partidos de Colo Colo para Argentina y entonces la TV pagaría parte del contrato. Le propusimos que viniera por un año. Para el espectáculo hubiese sido un gran golpe, pero al final todo se diluyó”.
Según Dragicevic, finalmente terminaron fichando a quien fueron a buscar, Marcelo Espina, quien a la postre se transformó en gran figura en el equipo albo.
“Un volador de luces”
1994 fue un año considerado como paupérrimo para los hinchas de Colo Colo. Pese a ganar la Copa Chile por penales frente a O’Higgins (sumando su noveno trofeo en esta competencia), el equipo terminó en la cuarta posición del torneo nacional, a 13 puntos del campeón Universidad de Chile.
Una temporada difícil, en la que el cuadro albo comenzó con Eddio Inostroza en el banco y terminó con Ignacio Prieto. Ambos dejaron el club en el mes de diciembre. Para 1995 los dirigentes albos, que entonces eran elegidos por votación popular entre los socios, necesitaban un golpe de timón. Y lo primero que hicieron fue contratar al técnico paraguayo Gustavo Benítez. Si bien el equipo mejoró, no les alcanzó para ponerse a la altura de la U y de Universidad Católica, que volvieron a protagonizar la lucha por el título, nuevamente con los azules como vencedores.
¿Y lo de Maradona fue real?. En conversación con PAUTA, el ex entrenador Eddio Inostroza no tiene dudas en calificarlo como un acto publicitario y hasta propagandístico de una directiva entonces cuestionada. “Eso fue mera especulación. Si bien en esos años Colo Colo era un club potente, quienes trabajábamos en el club sabíamos que era imposible. Una idea de esas que se le ocurrían a algunos genios de esa época. Eso fue un volador de luces que nosotros lo recibimos como lo entendió todo el mundo; es decir, que en realidad no había nada”.
Similar es la opinión del reportero Eduardo Ítalo Mella, entonces periodista de la desaparecida Radio Chilena y estandarte de quienes cubrían las noticias de Colo Colo entre 1988 y 2000. “La verdad es que de haber sido cierto, yo lo recordaría perfectamente. De haber existido la posibilidad de que un crack mundial de la talla de Maradona hubiese estado cerca de venir a Chile, habría sido una noticia difícil de olvidar”, nos dijo.
Visto en perspectiva, la situación parece inaudita. Pero en 1995 jugaban en Chile cuatro integrantes de la selección argentina: tres en la UC (Néstor Raúl Gorosito, Alberto Federico Acosta y Sergio Fabián Vásquez) y uno en la U (Leonardo Adrián Rodríguez). Los dos primeros venían de ser campeones de América con la albiceleste en Ecuador en 1993 y los dos últimos, de ser titulares en la Copa América obtenida por los trasandinos en Chile en 1991. Además, Vásquez y Rodríguez integraban la selección argentina que fue al Mundial de Estado Unidos 1994. El “Leo”, sin ir más lejos, fue el reemplazo de Maradona en octavos de final, en la caída 3-2 con Rumania.
Memorias de Maradona: ni una sola palabra
Cuando Maradona dio aquella declaración a “El Mercurio” en 2006 no entregó más detalles. Sin negar la posibilidad de alguna conversación informal, lo cierto en que el libro “Yo soy el Diego de la gente”, en el que los periodistas argentinos Daniel Arcucci y Ernesto Cherquis Bialo resumen la vida del ídolo hasta el año 2000, no existe mención alguna a la posibilidad de haber venido a Chile en 1995.
Por el contrario, el propio Maradona se encarga de expresar cuál era su único pensamiento mientras cumplía la sanción de la FIFA por su doping en el mundial de Estados Unidos: “Le decía a Claudia (su mujer entonces): tengo ganas de acostarme, dormir, despertarme y ser jugador de Boca, y estar listo para salir a la cancha, sin sanciones, sin nada”.
En el intertanto, mientras cumplía el castigo, Maradona aceptó trabajar como entrenador. Lo hizo en Mandiyú de Corrientes y luego en Racing. En el mismo libro de memorias del 10, reconoce una única oferta a cuatro meses de cumplir con la sanción y poder volver a jugar. Y no fue Colo Colo. “La oferta me llegó del hombre y del lugar menos pensado: de Pelé, para hacerme cargo de todo el fútbol del Santos. Primero como entrenador y luego como jugador”, confesó Maradona en el citado libro.
Finalmente, terminó donde soñó: en Boca Juniors, club en el que disputó sus últimos años como profesional. Y club del cual se declaró hincha.