La redonda impunidad
“La impunidad es parte ya de la naturaleza de lo que se observa a menudo en esta industria que parece regirse con leyes paralelas”, reflexiona Fernando A. Tapia tras los “apoyos” al presidente de Wanderers por un atentado.
Ocurrió el pasado domingo, y salvo una fugaz referencia en los medios y una que otra condena pública a través de comunicados, la noticia desapareció rápidamente de la agenda en apenas 48 horas. Hablo del gravísimo atentado sufrido por el presidente de Santiago Wanderers, Rafael González, cuya casa en el cerro Mesilla de Valparaíso fue objeto de un atentando explosivo al día siguiente del empate sin goles entre el equipo porteño y O’Higgins en el estadio Elías Figueroa.
Con bombas de estruendo y fuegos artificiales de alta potencia, los delincuentes provocaron daños en la puerta del hogar del dirigente, lugar donde además residen sus padres, ambos de la tercera edad. La sospecha recae en integrantes de la barra brava “Los Panzers”, quienes antes de la explosión se manifestaron en el lugar de residencia del presidente del club en protesta por la paupérrima campaña que tiene a la institución en el último lugar del campeonato.
En un comunicado de tres párrafos la ANFP condenó los hechos y manifestó su solidaridad con el presidente wanderino. Y el ministro del Interior, Rodrigo Delgado, calificó la acción como “inaceptable”. Palabras, muchas palabras y gestos. Pero poco como para dejar tranquilo al dirigente que seguramente desde ahora actuará desde el miedo. Porque en el fútbol chileno nos hemos acostumbrado malamente a que este tipo de acciones ya son pan de cada día.
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— Santiago Wanderers (desde 🏠) (@swanderers) May 24, 2021
Cuando suceden, llueven las manifestaciones de solidaridad con las víctimas, y se anuncian las más severas sanciones, incluyendo sendas acciones judiciales “para identificar y castigar a los responsables”. Le pasó al exgerente general de Azul Azul, Felipe de Pablo, en agosto de 2019. La casa de sus padres en Puente Alto fue atacada a pedradas y el vehículo del funcionario también sufrió daños. En el lugar le dejaron una corona de flores, en una abierta amenaza de muerte, con una tarjeta en la que supuestos integrantes de la barra “Los de Abajo” se adjudicaron la acción. Entonces desde la ANFP hubo una escueta condena de los hechos, también a través de un comunicado.
Situaciones similares han tenido que enfrentar, por ejemplo, los expresidentes de Colo Colo y la Universidad de Chile. Aníbal Mosa fue amenazado de muerte al menos en dos ocasiones, la última en febrero de este año luego de decidir el fin del contrato de Esteban Paredes en el equipo. Supuestos barristas dejaron una corona de flores en las afueras del Estadio Monumental, donde además colgaron un lienzo que decía “Muerte a Mosa”. Fue una situación que le tocó vivir también a Carlos Heller, quien en marzo de 2019 decidió finalmente apartarse del máximo cargo de la “U” argumentado amenazas de muerte para él y su familia.
Entrenadores y jugadores han sido también blanco de este tipo de acciones. Le pasó al arquero de la selección chilena Gabriel Arias, quien luego de la derrota de Chile ante Perú en las semifinales de la Copa América de Brasil de 2019, tuvo que cerrar sus redes sociales tras leer allí durísimos comentarios que advertían posibles ataques para él y su hijo.
Como en todos los casos, la respuesta no ha pasado de declaraciones públicas de apoyo. Los delincuentes están notificados que nada les pasará, que difícilmente serán condenados, porque en el fútbol esta batalla la han dado por perdida. Por temor y desidia, se asume intrínsecamente que es parte de la actividad. El costo que hay que pagar. Porque la impunidad es parte ya de la naturaleza de lo que se observa a menudo en esta industria que parece regirse con leyes paralelas. De esa impunidad también se han beneficiados dirigentes que, pese a ser parte de oscuras administraciones, no les ha salido —en buen chileno— “ni por curados”.
Quizás la mejor demostración de esto ha sido el archivo del caso Jadue: si, pese a todo el escándalo y a las acusaciones de haber estado en presencia de una organización criminal para delinquir y estafar, el caso fue archivado el pasado 15 de febrero en el 13º Juzgado de Garantía de Santiago. Ni la Fiscalía, ni el SII, ni menos la ANFP —la principal víctima—, mostraron mucho interés en seguir adelante, y no solicitaron nuevas diligencias. El abogado de la Asociación de Fútbol, Jean Pierre Matus, renunció al patrocinio y poder para continuar la batalla judicial.
Por eso las declaraciones del presidente Pablo Milad, tras 19 días de silencio desde la audiencia de formalización en el caso suplantación en Unión La Calera, resultaron vacías. “No voy a tolerar ningún acto de corrupción en el fútbol chileno”, declaró Milad a La Tercera, mientras su administración demostró nulo interés en llegar al fondo de la oscura gestión de su examigo Sergio Jadue.
Lo mismo pasó con el caso Concepción, y las investigaciones sobre la corrupta administración que los llevó al colapso económico y posterior desafiliación. Ninguno de los responsables respondió ante la Justicia, y solo el exaccionista de la concesionaria Fuerza Garra Corazón y exsecretario ejecutivo de la ANFP, Nibaldo Jaque, fue procesado, aunque en un caso de una estafa inmobiliaria; nada que ver con el fútbol.
Eso pasa cuando no persigues responsabilidades: siguen actuando. ¿Se acuerdan del caso Wiemberg? Un alto funcionario de la ANFP amenazó al club Valdivia por hacer valer sus derechos sobre el pase del jugador. El dirigente pertenecía a la mesa directiva del fútbol chileno en representación de Unión La Calera. Tras una investigación interna se comprobó su responsabilidad. El dirigente renunció a su cargo y fue contratado de vuelta como gerente general del equipo calerano. Ese dirigente es Martín Iribarne, el mismo cuyo nombre está asociado al caso suplantación, el amigo de Nicolás Ambrosio, el mismo que según la denuncia se hizo pasar por el arquero Alexis Martin Arias en los exámenes PCR. ¿Le pasará algo? Me parece que nada, porque en el fútbol chileno abunda la impunidad, la redonda impunidad.
Fernando A. Tapia participa en Pauta de Juego, de Radio PAUTA, de lunes a viernes a partir de las 12:30 horas. Escúchelo por la 100.5 en Santiago, 99.1 en Antofagasta, y por la 96.7 en Valparaíso, Viña del Mar y Temuco, y véalo por el streaming en PAUTA.cl.