Deportes

La culpa

Imagen principal
Agencia Uno
POR Eduardo Olivares |

“Guillermo Maripán ha sabido de momentos difíciles”, recuerda Fernando A. Tapia en su columna. En el Mónaco “partió de suplente para terminar siendo titular indiscutido… Su presencia en la Selección está más que justificada”.

Imposible no quedar enrabiado y frustrado con el empate con sabor a derrota frente a Bolivia. Como seguramente le pasó a más de alguno de los millones de chilenos que vieron incrédulos por televisión el ingrato partido, estuve a un paso de lanzar contra la pantalla el control remoto. Más que cualquiera de los seis partidos disputados hasta ahora en las clasificatorias, Chile mereció ganar ante los bolivianos. Hubo 16 oportunidades de gol, incluyendo dos remates en el palo y un balón que los altiplánicos despejaron desde la línea. El equipo volvió a mostrar su mejor cara, y por momentos el tiempo pareció retroceder a la época de Sampaoli o del maestro Bielsa.

Aún no entiendo cómo no se pudo ganar. Pero no se dio.

Quizás por eso una vez decretado el fin del partido, apareció ese instinto primario, no reflexivo, de buscar un responsable por el injusto resultado. Porque en el fútbol, un deporte cuya masividad está en su simpleza, los hinchas, y también los periodistas, muchas veces nos dejamos llevar por la pasión, dejando de lado que a veces lo ilógico forma parte del juego.

Y entonces hay que buscar al culpable. A la persona en la que podamos encontrar la respuesta de  aquello que no podemos explicar y que es motivo de nuestra frustración. Alguien tiene que asumir la responsabilidad, porque simplemente así es el juego. Normalmente es el árbitro. Ese personaje de negro que está para impartir justicia, pero al que siempre miramos con sospecha, básicamente porque hay demasiados casos con los que se han ganado esa mala fama. El paraguayo Eber Aquino, el mismo que no quiso cobrar esa clarísima mano del defensa charrúa Sebastián Coates en Montevideo, y que nos privó de un mejor resultado en la primera fecha de las clasificatorias, aparecía como el villano ideal para apuntar con el dedo. Pero no. Esta vez, hay que decirlo, pitó bien. Fue penal muy a nuestro pesar, pese a que esta oportunidad si consultó al VAR como no lo hizo ante los uruguayos. Pero entonces ¿quién?

Guillermo Maripán tendido en el césped de San Carlos de Apoquindo.
Guillermo Maripán tendido en el césped de San Carlos de Apoquindo. Créditos: Agencia Uno

La imagen de un desconsolado Guillermo Maripán tendido sobre el césped de San Carlos surgió de inmediato como la presa de ese instinto que nos hace buscar al responsable del un mal resultado. Su error de ir a la marca con el brazo abierto, más el infortunio del balón rebotado hacia su extremidad, lo condenaron ante muchos. “No puede jugar más en la Selección”, leí a varios en redes sociales, que hacían hincapié en el penal que también cometió ante Argentina tras una falta sobre Lautaro Martínez. Los más  indignados le atribuyen también una máxima responsabilidad en la triste derrota ante Venezuela, a pesar de que ese partido nadie jugó bien.

Guillermo Maripán es el antihéroe del momento. El encargado de asumir la culpa. Así como en el pasado han tenido que hacerlo varios otros. Cómo no mencionar a Carlos Caszely, uno de los máximos ídolos del fútbol chileno, que tras perder un penal ante Austria en el Mundial del 82 debió cargar para siempre con la responsabilidad de una actuación para el olvido en esa copa del mundo. O más recientemente a Junior Fernandes, que al realizar una frustrada bicicleta en la mitad de la cancha en Lima, permitió un contragolpe letal de los peruanos que significó una dolorosa derrota en el camino al mundial de Brasil. El medio futbolístico necesita de héroes pero también de villanos. Que lo diga Marcelo Díaz, el que a pesar de su extraordinaria carrera y brillante paso en la Selección, aún muchos le recuerdan su error en la final de la Copa Confederaciones de 2017, que permitió el gol de los alemanes que a la postre se quedaron con el título gracias a la mínima diferencia. En todos estos casos hay una alta cuota de injusticia, porque la dinámica del momento nos lleva a olvidar todo lo bueno que han aportado. Por eso siempre es conveniente ponderar los hechos y poner la pelota contra el piso.

Maripán no es el primero ni será el último en equivocarse. Lo importante es cómo asumirá este momento en el que es apuntado como el culpable. Recuerdo garrafales errores de futbolistas de renombre mundial que lograron sobreponerse con creces a situaciones más terribles. El extraordinario portero colombiano René Higuita se equivocó en el mundial de Italia, queriendo eludir al camerunés Roger Milla, el que finalmente le arrebató el balón y marcó un gol que provocó la derrota de su selección. En la Copa América 99, el goleador argentino Martín Palermo falló tres penales ante Colombia… ¡Tres! Un récord. O el increíble fallo del capitán del Chelsea John Terry que resbaló al ejecutar el penal decisivo en la final de la Champions League el 2008 ante el Manchester United, lo que le costó al equipo londinense perder el título.

Al lado de estos tres últimos ejemplos, lo de Maripán en la última fecha doble no es nada. Es momento de aceptar la crítica, asumir la responsabilidad, si es necesario con lágrimas y aguantar esa forma moderna de bullying que son los memes, desde donde personajes anónimos agreden con la burla con el afán de conseguir una fama efímera con la que alimentan su frustrada falta de reconocimiento, aprovechándose de las redes sociales y de medios que se alimentan de los “likes”. Guillermo Maripán ha sabido de momentos difíciles. A los 14 años fue marginado al equipo de reserva de la UC, teniendo que entrenar pero no jugar el torneo, vistiéndose en un camarín distinto a los de sus propios compañeros. Pudo dejar el fútbol y dedicarse a estudiar. Pero siguió hasta volver a ser considerado, llegar al primer equipo, ser campeón, saltar a España y luego a Francia, donde esta última temporada en el Mónaco partió de suplente para terminar siendo titular indiscutido y uno de los defensas más goleadores entre las grandes ligas europeas. Su presencia en la Selección está más que justificada.

El fútbol está sobreanalizado. Si no le ganamos a Bolivia fue simplemente porque no la echamos adentro. Nos faltó gol y punto. ¡Aguante, Maripán!

Fernando A. Tapia participa en Pauta de Juego, de Radio PAUTA, de lunes a viernes a partir de las 12:30 horas. Escúchelo por la 100.5 en Santiago, 99.1 en Antofagasta, y por la 96.7 en Valparaíso, Viña del Mar y Temuco, y véalo por el streaming en PAUTA.cl.