Olímpicos con historia: las leyendas chilenas que disputarán sus últimos Juegos
Tomás González, Kristel Kobrich y Bárbara Riveros vivirán su última experiencia en la cita de los cinco anillos.
Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 serán históricos por tres motivos para Chile. Por un lado, se realizarán en el marco de una pandemia que ya ha dejado incluso a una deportista del Team Chile fuera por ser covid positivo. Por otro, porque la delegación nacional llevará 58 exponentes en 24 disciplinas.
Sin embargo es un último punto el que vuelve aún más relevantes estos Juegos para la historia del país: por primera vez la Selección Chilena de Fútbol Femenino está presente.
Los representantes, cuyo número iguala a los que estuvieron en los Juegos de Helsinki en 1952, comenzaron a competir el 21 de julio, con la derrota de la Roja femenina ante Gran Bretaña. El próximo chileno en competencia será Andrés Aguilar en Tiro con Arco el viernes 23.
Pero al margen de quienes clasificaron y buscan estampar su nombre en la historia, hay algunos que hace años lo hicieron y que esperan en la edición 2020, lograrlo de una manera especial: dejar en alto su especialidad, en sus últimos JJ. OO.
“La constancia en el agua”
Con esas palabras la página oficial de los Juegos Olímpicos definió en 2020 a Kristel Kobrich, la mejor nadadadora en la historia de Chile. Con jornadas que comenzaban cerca de las 05:00 am y que completaban el día con varias horas y kilómetros de nado, comenzaba a trazar a comienzos de este siglo lo que sería una carrera que la dejaría como la mejor en su disciplina.
Con su debut en Atenas 2004 ya marcaba su historia y la del país en el deporte, consiguiendo un decimoquinto lugar en las series clasificatorias de 800 metros libre, algo inédito. Fueron ocho minutos, 40 segundos y 41 centésimas que la ayudaron a batir el récord nacional y sudamericano, pero que no le permitieron luchar por una medalla.
Cuatro años más tarde el balance fue distinto. Compitió en las categorías de 800 metros libres y 10 km aguas abiertas, quedando eliminada en primera ronda de los 800 metros (puesto 20º). En la segunda especialidad, a pesar de estar a momentos en el grupo de avanzada, debió abandonar producto de un desmayo en plena competencia.
Londres 2012 no fue mucho mejor para la deportista nacional. En los 400 metros libres no pudo estar entre las ocho mejores para clasificar a la final y en los 800 metros terminó 14º, sin opciones de disputar la medalla.
En los JJ.OO. de Brasil 2016 la tarea automáticamente se convertía en mejorar sus tiempos. No obstante, quedó 17º en la clasificación de los 800, y no pudo pelear por la medalla (en los 400 metros tampoco alcanzó el objetivo).
Tokio 2020 serán su gran oportunidad de ir por lo deseado. Y también la última. Quien tiene palmarés un segundo lugar en la Copa del Mundo de piscina corta de 2017 en 800 metros, tercera en la fecha de Países Bajos de la misma competencia, oro en 1.500 metros en el TYR Pro Swim Series de Texas en 2018, entre otros, se prepara para su última entrada a la piscina olímpica.
De último minuto, para agrandar la leyenda
Tomás González. Un nombre y un apellido que en Chile son sinónimo de medallas y de crecimiento del atletismo en las nuevas generaciones. Bronces y platas en copas mundiales y panamericanos daban luces de cómo sería su carrera en los años siguientes, pero no serían suficientes para llevarlo a los Juegos Olímpicos de Beijing 2008.
El sueño de unos Juegos recién se cumplió el 10 de enero de 2012, cuando clasificó a Londres tras quedar en el sexto lugar del Olympic Test Event. En la instancia obtuvo un puntaje de 16.183 en la prueba de salto, lo que le permitió terminar cuarto, mientras que en suelo, alcanzó los 15.366 puntos terminando también en la cuarta posición.
Ya en Río 2016 los resultados fueron distintos. Con un 14º puesto en la clasificación de suelo y sin la chance de llegar a la final, salto era la única esperanza de obtener medalla. Y si bien con 15.137 puntos no le alcanzó para obtener una presea, de igual forma quedó como el 7º mejor en la disciplina.
Para Tokio, en la que será su última presentación en unos Juegos Olímpicos, la llegada fue un tanto distinta y poco convencional. Al ser el primer reserva en caso de lesión o contagio por covid de algún atleta, la lista corrió permitiéndole tener la opción de disputar sus terceros Juegos consecutivos.
La mejor triatleta latinoamericana…de la historia
En 2018 la carrera de Bárbara Riveros, “la chica” como la llaman en su círculo cercano, quedaba marcada para siempre. En el marco del Ironman de Hawaii, una votación del sitio Ironman.com la coronaba como la mejor exponente de su deporte de todos los tiempos a nivel latinoamericano.
“Estoy sorprendida y honrada de ser votada como la mejor triatleta latinoamericana de todos los tiempos. Solo estoy haciendo lo que amo y me esfuerzo por ser lo mejor que puedo ser”, dijo luego del reconocimiento, uno que se daba tras el histórico quinto puesto en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. Sin embargo, el camino comenzó muchísimo antes.
En Beijing 2008 fue su debut en la cita, finalizando en el puesto 25º. Si bien en su primer evento no culminó entre las mejores, su participación en la competencia fue solo mejorando. En el periodo entre Juegos se consagró como la deportista chilena con más medallas en los Sudamericanos de 2010 con oros en distancia olímpica individual y plata en grupal, triatlón de velocidad y bronce en triatlón de velocidad por equipos.
Ver esta publicación en InstagramUna publicación compartida por Barbara Catalina Riveros (@bcriveros)
Y ya en Londres 2012 el objetivo estuvo más cerca. Riveros terminó como la 16º mejor triatleta, después de remontar varias posiciones en el trote. Pero lo más relevante y tal vez el quiebre se produjo en los Juegos Panamericanos de 2015 en Toronto. Al lograr la medalla de oro en la prueba individual con un tiempo de 1:57:18, logró el paso a los JJ. OO. de Río 2016: su mejor presentación en una cita olímpica. Con un tiempo de una hora 57 minutos y 29 segundos terminó 5º, nuevamente rematando en trote.
Pero años después de aquello vendría lo épico, lo doloroso. Con una costilla rota y tras varios días de reposo la triatleta de 34 años lograba oficialmente la clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 luego de acumular el puntaje necesario en la Copa del Mundo en Arzachena y en el torneo de Leeds. El 16 de mayo de este año, una caída la dejó con una costilla fracturada. Sin embargo, Riveros no se dio por vencida hasta amarrar su clasificación.
Esta será su última participación de la mejor triatleta latinoamericana de la historia en unos Juegos Olímpicos.