Ver para creer
“Todo suena muy bonito, pero me temo que una vez más estemos en presencia de una acción que no pasará de ser cosmética”, escribe Fernando A. Tapia sobre los cambios que prepara Milad en la ANFP.
El autor italiano Giuseppe Tomasi Di Lampedusa instaló en su novela Gatopardo la paradoja de que a veces es necesario cambiar para que todo siga igual. Concepto adaptado por la ciencia política que califica de “gatopardismo” la máxima de cambiar todo para que nada cambie.
Hace una semana trascendió en la prensa el plan de una “profunda” reforma a los estatutos de la ANFP. Un nuevo marco jurídico que, supuestamente, marcará una revolución en las formas en las que se desenvuelven las sociedades anónimas deportivas en Chile, fuertemente cuestionadas por la creciente influencia de los representantes de futbolistas, que al instalarse en posiciones de poder dentro de ellas, están tergiversando el rol de las instituciones, transformándolas en meras vitrinas para la compra y venta de pases de jugadores y abandonando el rol social y de formación que históricamente han tenido los clubes de fútbol.
El plan que prepara la directiva de Pablo Milad pretende dejar por escrito en una nueva constitución reglamentaria la prohibición para que agentes o representantes participen de la propiedad o administración de las entidades deportivas. Según el proyecto de reforma, que sería presentado en las próximas semanas ante el Consejo de Presidentes, se incluiría además la obligación para la presencia femenina dentro del directorio del organismo rector, además de la necesaria presencia de mujeres en otras instancias del organigrama de la ANFP, como el tribunal de disciplina. Según una publicación del diario La Tercera, Milad se jugará su capital político –escaso, digámoslo- promoviendo estos cambios “profundos” ante un consejo donde ya el poder de los representantes está instalado.
Todo suena muy bonito, pero me temo que una vez más estemos en presencia de una acción que no pasará de ser cosmética. Una forma de maquillaje ante la opinión pública, de miles de hinchas que cada vez son más conscientes de que los problemas del fútbol chileno y su estancamiento están precisamente relacionados con el actuar de los dirigentes y los dueños de clubes.
La carreta no puede ir antes que los bueyes, señala correctamente el dicho popular. En Quilín nada dicen aún respecto de la necesaria separación de la Federación con la ANFP. Y es obvio, las sociedades anónimas se resisten a dejar de recibir la subvención económica que significan los millonarios ingresos que provienen de las selecciones nacionales (derechos televisivos, comerciales, acuerdo por la venta de la camiseta, etc.).
Antes que cualquier reforma es urgente que la directiva de Pablo Milad se pronuncie claramente respecto de este tema, que es además una exigencia de la FIFA para todas sus federaciones asociadas. En el caso de Chile la ANFP ha seguido pateando este tema, eludiéndolo, retrasándolo, postergándolo hasta que al menos se firmen nuevos acuerdos y se vuelva a asegurar la torta económica a los clubes, que son los que eligen al presidente de turno y que en nuestro país ostenta la doble militancia (presidente de la ANFP y de la Federación). La independencia de la Federación de los intereses de las instituciones que conformar el Consejo de Presidentes es en rigor la primera y más importante reforma. El resto es pirotecnia pura.
Ahora bien, supongamos que Milad logre la aprobación en el Consejo de Presidentes de estos cambios “revolucionarios”. La prohibición para que representantes de futbolistas sean dueños de clubes o formen parte de su administración no será más que letra muerta. Porque la ANFP no tiene herramientas para transparentar las mallas societarias de las sociedades anónimas deportivas. Ni tampoco ha mostrado mucho interés en averiguar la actual conformación de las propiedades de los clubes.
Hay aquí una tarea pendiente para nuestros parlamentarios, que también se han mostrado lentos en las promesas de cambios sustanciales a la Ley de Sociedades Anónimas Deportivas. La prohibición para que representantes sean dueños de equipos de fútbol debe ser ley, con mecanismos de fiscalización establecidos y duras sanciones. Que quede en un estatuto dentro del fútbol, sabemos, no garantiza su cumplimiento.
Se instala además el tema de la necesaria presencia femenina en el poder del fútbol. En buena hora, por supuesto. Pero déjenme dudar. En la comisión reformista están presentes, por ejemplo, representantes de Palestino, Huachipato y San Felipe, que al igual que Curicó Unido, el club del presidente, rechazaron la inclusión de Lorena Medel en enero de 2021 como integrante del directorio de la ANFP. Ver para creer.
Fernando A. Tapia participa en Pauta de Juego, de Radio PAUTA, de lunes a viernes a partir de las 12:30 horas. Escúchelo por la 100.5 en Santiago, 99.1 en Antofagasta, y por la 96.7 en Valparaíso, Viña del Mar y Temuco, y véalo por el streaming en PAUTA.cl.