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Pega Martín, pega

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Agencia Uno
POR Matias Bobadilla |

Fernando A. Tapia pide un ataque con Alexis, Brereton y Mora: “Si no resulta, pues bien, solo ratificará que no tenemos lo suficiente para ir un nuevo mundial. Pero ¿y si resulta? ¿se quedará con la duda?”.

Martín Vargas Fuentes, hoy de 75 años, es considerado por varios especialistas como uno de los más grandes boxeadores que ha dado Chile. Junto a Antonio “Fernandito” Fernández, Arturo Godoy y, probablemente, Cardenio Ulloa, pelea por estar en el podio de los más trascendentes deportistas del cuadrilátero en toda la historia.

En una de las tantas entrevistas que ha dado, Martín declaró que desde su nacimiento sus padres sabían que su destino le tenía deparado el boxeo. “Cuando el doctor me sacó de la guata de mi mamá y me dio la palmada en el poto, yo le respondí con un puñete”, declaró una vez a un periodista.

Impulsado por su capacidad de dar golpes de nocaut y dejar a sus retadores en la lona, rozó en cuatro oportunidades el título del mundo. No pudo, pero sus combates, transmitidos entonces por la televisión abierta con altísimos niveles de sintonía, lo elevaron a la condición de ídolo nacional. En las veladas en las que era siempre el plato de fondo, a estadio lleno, se hizo popular un grito que surgió desde la galería: “Pega Martín, pega”.

Jornadas memorables de victorias, pero también de dolorosas derrotas, en las que el recordado boxeador jamás transó su estilo: el de salir a buscar el golpe de nocaut y derrotar al contendor de turno. Valga el recuerdo para el gran boxeador chileno justo en días que su homónimo, Martín Lasarte, técnico de la Selección Chilena, debe enfrentar una decisiva fecha triple de las Clasificatorias, que podrían significar o que nos subamos al tren que lleva a Catar, o que simplemente nos quedemos abajo, mirando por segunda vez consecutiva un mundial por televisión.

En términos boxeriles, hoy la Roja está contra las cuerdas, zafando a duras penas de una seguidilla de golpes que la tienen a un paso de caer. Si fuera por los puntos, el combate se está perdiendo, por lo que la posibilidad que queda es cambiar la estrategia. La Selección necesita urgentemente contraatacar, buscar ese golpe que cambie el curso de la pelea. Y que, si hemos de caer, que sea intentando algo distinto.

Los partidos de septiembre nos dejaron un sabor amargo, especialmente el que se jugó en Quito. Porque fue un empate que en otra circunstancia se hubiese celebrado, ya que históricamente a Chile se le ha hecho difícil sumar de visita allí y el punto obtenido en el estadio de la Liga Universitaria fue el primero después de 24 años. Pero Ecuador nos brindó una posibilidad, e incluso con uno más en la cancha, Martín Lasarte no dio señales de querer ir a buscarlo y, por el contario, se conformó con la igualdad. El retador bajó la guardia y no fuimos capaces o, pero aún, no quisimos noquear. Falto osadía, y el temor a perder pudo más que el deseo por el triunfo. Demasiado cálculo.

Hoy la realidad es que no hay espacio para especular. Las frías matemáticas indican que el piso que debe obtener la Selección en los partidos contra Perú en Lima y Paraguay y Venezuela en Santiago es de siete puntos. Algunos más pesimistas creen que solo ganando los tres es posible seguir aspirando a la clasificación. Cálculos estadísticos que se basan en los promedios que arrojan la competencia desde que se juega todos contra todos.

La fortuna, además, parece no estar de nuestro lado. Una seguidilla de lesiones priva a la Selección de jugadores estelares para esta decisiva etapa, a lo que se suma la ausencia de Arturo Vidal por acumulación de tarjetas amarillas para el duelo con Perú.

Más allá de lamentarlo, no queda otro camino que enfrentar lo que viene sabiendo que no queda otra opción que salir a buscar los triunfos en los tres partidos. Es preferible mil veces quedarse con la sensación de que no nos alcanzó a permanecer con la duda de qué hubiese pasado si salíamos a buscar el partido.

Uno de los dilemas que se ha planteado es qué debe hacer Lasarte ahora que no está Eduardo Vargas. Ciertamente no es fácil reemplazar a un futbolista que, con altos y bajos desde su participación en el juego, ha sabido convertirse en uno de los goleadores históricos de la Selección. Alexis Sánchez, cuyo retorno tras una larga ausencia por lesión es más que bienvenido, aparece como fijo. También uno que llega dulce como Ben Brereton.

Hasta antes de la lesión de Vargas parecía seguro que los tres iban a ser titulares. Pero, ¿y ahora? Está claro que en el fútbol cantidad no es calidad, es decir, sumar delanteros no asegura goles. Sin embargo, asumiendo que el gran talón de Aquiles del equipo ha sido precisamente la baja capacidad de conversión, es preferible no quedarse con la duda y arriesgar.

Uno que se convocó solito para esta pasada clasificatoria es Felipe Mora, hoy en el Portland Timbers de la MLS de Estados Unidos. Llamativo fue que Lasarte lo haya nominado para la última Copa América, pero que no lo considerara en ninguno de los partidos. Hasta Luciano Arriagada, el joven delantero de Colo Colo, tuvo su opción en un partido contra Uruguay. Al técnico de Chile algo no le gustó de Mora, está claro, pero la necesidad tiene cara de hereje, y ante la racha goleadora del atacante en Norteamérica, la falta de gol del equipo y del clamor popular, lo volvió a considerar.

Una selección nacional debe aprovechar los momentos de los futbolistas. Y un técnico no debiera hacer concesiones en los llamados –lo que desafortunadamente ha sido la tónica en los últimos procesos–. Y ahora que entramos en la etapa de las definiciones no hay espacio para darse tantas vueltas. Más allá de los gustos de los 17 millones de entrenadores que somos en Chile, la única verdad en el fútbol es que nadie tiene toda la razón. Por eso, humildemente don Martín, juéguesela. Alexis Sánchez, Ben Brereton y Felipe Mora a la cancha. Si no resulta, pues bien, solo ratificará que no tenemos lo suficiente para ir un nuevo mundial. Pero ¿y si resulta? ¿se quedará con la duda? ¡Pega Martín, Pega!

Fernando A. Tapia participa en Pauta de Juego, de Radio PAUTA, de lunes a viernes a partir de las 12:30 horas. Escúchelo por la 100.5 en Santiago, 99.1 en Antofagasta, y por la 96.7 en Valparaíso, Viña del Mar y Temuco, y véalo por el streaming en PAUTA.cl.