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(Des)consuelo Monumental

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Felipe Rojas/PAUTA
POR Matias Bobadilla |

“Colo Colo fue desprolijo, pecó de relajo, y a todas luces fue uno de los equipos más irresponsables”, escribe Fernando A. Tapia. “Pero cuando pase la tristeza de un campeonato que se escapa sobre el final, habrá razones para ser optimistas”.

De seguro que no hay párrafos, frases ni palabras que en estos días ayude mucho a mitigar la desazón de los hinchas de Colo Colo que en apenas un mes han sido testigos, como todos, de la forma en que un nuevo título literalmente se les escapa de las manos.

Queda aún una fecha, y a pesar de que todavía existe una posibilidad matemática para un nueva vuelta olímpica, lo cierto es que eso sería más bien un milagro considerando la solidez que exhibe hoy el principal favorito, la Universidad Católica, que quedó a un paso de un histórico tetracampeonato.

Después del triunfo albo ante la UC el pasado 24 de octubre, parecía carrera estaba corrida a favor del equipo de Gustavo Quinteros, hasta entonces el cuadro más sólido y de mejor funcionamiento, con altísimos rendimientos individuales y una confianza a tope. Le había sacado cinco puntos de ventaja al sublíder, y quienes llevan décadas viendo fútbol intuían que una diferencia así para un grande como Colo Colo difícilmente se iba a despilfarrar. Pero ocurrió.

El análisis fácil es atribuirle toda la responsabilidad del bajón a los contagios de covid y los contactos estrechos, que privaron a los albos de poder jugar con su equipo estelar ante Audax Italiano, precisamente, justo después del partido con la Católica. Fue una situación que antes, en la primera rueda, también vivió contra Ñublense y que se volvió a repetir, aunque con bajas acotadas, previo al último duelo con Unión Española. Tres episodios que han servido de argumento para su entrenador que en más de una ocasión habló de un torneo “tergiversado” producto de la pandemia.

Según este razonamiento, Colo Colo bien podría tener 6 puntos más de haber jugado con plantel completo aquellos duelos que debió enfrentar con juveniles ante itálicos y chillanejos. Lo cierto es que eso es muy relativo, ya que a ninguno de los dos pudo superar cuando sí tuvo a disposición a todo el equipo: empató con Audax Italiano y perdió con Ñublense, ambos encuentros jugados en el Estadio Monumental. 

Sin duda, siempre será más fácil atribuir la responsabilidad del descalabro a otros que asumir las culpas propias. Desde que irrumpió la pandemia, todas las instituciones debieron ser conscientes de que el torneo también se jugaría fuera de la cancha, y que del manejo y responsabilidad en la implementación de los protocolos sanitarios también dependería el resultado deportivo.

Colo Colo fue desprolijo, pecó de relajo, y a todas luces fue uno de los equipos más irresponsables en hacer todo lo posible en acotar las consecuencias de los contagios, que tarde o temprano se iban a presentar, porque ante una situación como esta, efectivamente, todos seguimos expuestos. Pero lo que pasó en el último mes supera al efecto pandemia porque el equipo bajó su nivel, especialmente algunos rendimientos individuales que habían sido clave en la campaña.

Muchos apuntan a lo notorio que fue el declive futbolístico de Leonardo Gil, uno que marcó diferencias especialmente en toda la primera parte del campeonato. El volante perdió la intensidad en el tramo final producto de una lesión de la cual no se ha podido recuperar del todo. La ausencia de Gabriel Costa fue otro factor. El peruano, gracias a su campaña en Colo Colo, se ganó la oportunidad de ser convocado por su selección, y cada vez que no estuvo, quedó demostrado lo decisivo que ha sido en el funcionamiento del cuadro albo. Iván Morales se diluyó, y la llegada del venezolano Christian Santos, lejos de gatillar un alza en su nivel, pareció afectarlo en la confianza con la que había estado en la primera parte del año.

Es probable que un plantel más generoso le habría permitido enfrentar la última parte con más armas para no dejar escabullirse el título como parece que será. Pero la decepción del momento no debe hacer olvidar el milagro que Gustavo Quinteros y la nueva directiva de Blanco y Negro lograron en apenas meses luego de haber transitado por el peor momento deportivo de la historia del club, y que los tuvo a un paso de perder la categoría.

Con o sin título, lo de Colo Colo este año ha sido espectacular. Lo hecho hasta ahora supera todas las expectativas iniciales luego del drama vivido el campeonato anterior. Y es muy probable que una situación dolorosa como la de hoy sea el preámbulo de una nueva etapa de alegrías y éxitos. Eso, siempre y cuando, se aprendan las lecciones que están dejando estas semanas. Que en vez de culpar a razones externas, o alimentar supuestas teorías conspirativas, se haga la autocrítica necesaria por el relajo y la displicencia que todos los estamentos mostraron en la parte más decisiva de la temporada.

Cuando pase la tristeza de un campeonato que se escapa sobre el final, habrá razones para ser optimistas. Para despejar lo transitorio de lo trascendente, que no es otra cosa que la base que construyó este año y que debería consolidar en el futuro próximo. Los defensas Bruno Gutiérrez (19) y Daniel Gutiérrez (18), los volantes Bryan Soto (20), Vicente Pizarro (19) Joan Cruz (18) y Carlo Villanueva (22), y los delanteros Luciano Arriagada (19) y Pablo Solari (20), todos con varios partidos en Primera, permiten augurar un buen futuro para Colo Colo. A ellos se suman los experimentados y los refuerzos que sin duda buscará con lupa experta el técnico Quinteros para un año donde el desafío seguirá siendo el campeonato local y, también, una nueva participación en Copa Libertadores de América.

El año 2021 deberá también ser recordado por la paz interna en su directiva, que dejó de ser la bolsa de gatos en la que se había convertido. Edmundo Valladares, el presidente, mostró su pragmatismo para hacerse cargo de la empresa concesionaria de la que, como hincha, rehusó. El explosivo aumento de los socios del Club Social y Deportivo, además del interesante proceso de “arellanización” ya es parte de su legado. Si asume con seriedad y sin victimización las razones por las cuales Colo Colo dejó se ser el principal candidato al título, habrá dado otro paso adelante en la reconstrucción de una institución que sucumbió deportiva y económicamente por los egos, el caudillismo y el populismo de jugadores y dirigentes.

Fernando A. Tapia participa en Pauta de Juego, de Radio PAUTA, de lunes a viernes a partir de las 12:30 horas. Escúchelo por la 100.5 en Santiago, 99.1 en Antofagasta, y por la 96.7 en Valparaíso, Viña del Mar y Temuco, y véalo por el streaming en PAUTA.cl.