Manotazo de ahogado
“La denuncia ante la FIFA por el caso de Byron Castillo más parecen manotazos de ahogado, por si en una de esas se salva el desastre financiero con una presencia en el mundial”, dice Fernando A. Tapia.
A esta altura no es fácil creer en las coincidencias, menos en una actividad como el fútbol cuya dirigencia ha caído en el total descrédito. Bastó que el Presidente Gabriel Boric esbozara la posibilidad de arremeter desde el Gobierno para una necesaria intervención de la industria para que desde la ANFP se desencadenaran una serie de hechos que, vistos en contexto, tienen toda la forma de una gran cortina de humo que busca desviar la atención de la opinión pública. Y para eso nada como apelar a la ilusión de los hinchas con una impensada y alambicada clasificación al Mundial de Qatar, aprovechándose de una discusión legal que desde hace años afecta al futbolista de la selección de Ecuador, Byron Castillo.
La denuncia de la Federación de Fútbol de Chile ante la FIFA, que busca la sanción de Ecuador por alinear a un jugador supuestamente nacido en Colombia, ha tenido a los medios chilenos e internacionales debatiendo sobre la posibilidad de eliminar de la copa del mundo a un equipo que hizo los méritos en cancha para estar en la cita planetaria, y beneficiar por contrapartida a nuestro representativo que, objetivamente, no justificó deportivamente su presencia en el mundial.
La ANFP pretende clasificar en el escritorio, precisamente el método que en nuestro país se ha hecho ya una triste tradición, y que los propios dirigentes se comprometieron recién en diciembre pasado a desterrar con modificaciones reglamentarias, apelando a la justicia deportiva.
No más fútbol de pasillos fue el compromiso de la directiva de Pablo Milad, tras los escándalos administrativos que tergiversaron el último torneo con el descenso de un equipo como Melipilla, que obtuvo los puntos para salvarse, y la salvación de otro como Huachipato, que había descendido en cancha. Se suman a los casos de San Marcos de Arica y Lautaro de Buin, también sancionados en el escritorio y, mucho antes, la escandalosa expulsión de Deportes Concepción, institución que fue apartada del profesionalismo y obligada a partir de cero en el fútbol amateur pese a que la propia ANFP había sido cómplice de su desastre económico.
Sin embargo, ahora, tras el fracaso de la selección en las clasificatorias, y cuando ya estábamos pensando en un nuevo proceso donde se concretara el necesario recambio en la roja, apareció mágicamente la posibilidad de recurrir al escritorio, esta vez de la FIFA, para revivir una opción ya sepultada de estar en el mundial. Desde hace diez años que en Ecuador se discute respecto de la nacionalidad del futbolista Byron Castillo.
El caso no es nuevo, pero ahora la ANFP pretende que la FIFA cuestione un fallo de una corte ecuatoriana, que el año pasado habilitó al jugador para ser considerado por su selección. Si bien parecen haber serias sospechas de que Castillo nació en Colombia, Chile está pidiendo algo inédito: que la FIFA elimine a una selección ya clasificada al mundial, desconociendo de paso una decisión de un tribunal autónomo de Ecuador. Y esto a partir de un jugador cuya carrera futbolística, íntegramente, la ha desarrollado en ese país.
La reclamación de la federación chilena es llevada por el abogado brasileño Eduardo Carlezzo, un viejo conocido en pleitos legales deportivos, y cuyo estilo de profundo convencimiento para expresarse e inflar las expectativas de un triunfo por la vía administrativa es absolutamente funcional para las necesidades de la actual casta directiva chilena, que justo precisaba, vaya coincidencia, algo con qué ilusionar a los hinchas y desviar la atención de buena parte del medio justo en momentos de variadas crisis que han desbordado a la ANFP.
Allí está el escándalo del arbitraje, con acusaciones de montaje y la utilización de boletas ideológicamente falsas. También la investigación de la fiscalía oriente de Santiago por denuncias de arreglos de partidos. Está sobre la mesa la encuesta de la Asociación Nacional de la Prensa, que calificó al organismo que rige al fútbol chileno como la institución de menos transparencia del país y justo esta semana la directiva de Milad abrió el consejo de presidentes a la luz pública después de años de debate a puertas cerradas – otra “coincidencia”- y que sirvió por ejemplo para constatar la crisis económica (más de 7 mil millones de pesos en pérdidas en la asociación). Ni hablar de la crisis de seguridad en los estadios, con hechos lamentables y consecutivos en el torneo local y competencias internacionales. Y fundamentalmente la madre de todas la batallas: la discusión en el congreso de la modificación de la ley de sociedades anónimas deportivas y la exigencia desde el gobierno de la separación de la ANFP con la Federación, que tuvo como respuesta un intenso lobby del presidente del fútbol chileno, que en la misma semana de la denuncia contra Ecuador, asistió a la comisión de deportes de la cámara de diputados y concretó encuentros con la ministra del deporte y el senador Matías Walker, uno de los autores de la reforma a la ley de SADP.
La denuncia ante la FIFA por el caso de Byron Castillo más parecen manotazos de ahogado, por si en una de esas se salva el desastre financiero con una presencia en el mundial en base a una leguleyada, y que de paso sirve como una enorme cortina de humo para ocultar la crisis y postergar la urgente intervención del fútbol.
Fernando A. Tapia participa en Pauta de Juego, de Radio PAUTA, de lunes a viernes a partir de las 12:30 horas. Escúchelo por la 100.5 en Santiago, 99.1 en Antofagasta, y por la 96.7 en Valparaíso, Viña del Mar y Temuco, y véalo por el streaming en PAUTA.cl.