Columna de Fernando Tapia: “Fútbol en re(tro)ceso”
“El campeonato de la Primera División está detenido. Y permanecerá así hasta la segunda semana de julio”, dice Fernando Tapia: “Hay un evidente desinterés e indolencia con los hinchas”.
El campeonato de la Primera División está detenido. Y permanecerá así hasta la segunda semana de julio, es decir, más de 40 días. Salvo en la época de pandemia, que por razones lógicas y de fuerza mayor, la actividad estuvo parada por varios meses, cuesta encontrar en la historia de los torneos del fútbol chileno un receso tan largo sin una razón verdaderamente poderosa. Las cabezas pensantes en la ANFP, que diseñaron el calendario, argumentan que el objetivo de esta insólita medida fue dar espacio al trabajo de la selección mayor, de tal manera de preparar los últimos partidos amistosos antes del inicio de las clasificatorias, además de brindar fechas para la disputa de dos fases de la Copa Chile.
De esta forma, dicen en Quilín, el campeonato podrá alargarse hasta diciembre, porque hay que considerar también la interrupción que habrá que hacer cuando en Santiago se disputen los juegos Panamericanos entre los meses de octubre y noviembre. Razones más, razones menos, lo cierto es que el torneo de la Primera División recibe azotes desde todos lados.
Ya no sólo se trata del nivel futbolístico, por lo visto hasta ahora mediocre desde donde se le mire, además de la campante crisis de seguridad en los estadios. También está el poco cariño hacia una competencia que, da la impresión, se esmera, desde adentro, en alejar al público. Si ya ha sido difícil entusiasmar hasta los más fanáticos, imaginen la titánica tarea que será la de reenganchar el interés de esos pocos cuando se reanude el campeonato. Hay un evidente desinterés e indolencia con los hinchas, los que además no ven compensación alguna por los abonos comprados a comienzo de temporada, siempre pensando en una actividad con regularidad en el tiempo, o a los que pagan una suscripción mes a mes para seguir del torneo a través de la televisión por cable. Peor aún, a la flamante directiva de la ANFP no se le ocurrió mejor idea que desafiar a su principal socio comercial, la cadena TNT, planteando en el último Consejo de presidentes la posibilidad de comercializar los derechos internacionales del fútbol de la Primera División, cuestión que fue rápidamente rechazada por la estación televisiva la que, a través de un comunicado, advirtió que el contrato firmado le otorga la exclusividad en el negocio.
La incompetencia directiva llega a niveles dramáticos con ideas como ésta, que lo único que hacen es amenazar con un conflicto a la principal fuente de financiamiento del fútbol. Es como querer matar la gallina de los huevos de oro. Quizás sea un acto fallido de lo que realmente interesa y mueve a los dueños de la pelota, que no es otra cosa que el dinero. Da lo mismo el campeonato, da lo mismo pelearse con el socio más relevante, porque en una de esas meten una cuchufleta y se obtienen más recursos con algún ingenuo medio extranjero al que se le puede pillar volando bajo con nuestro triste campeonato de “Primera”. Sin embargo, hay algo mucho peor. Por primera vez los clubes podrán incorporar refuerzos para la segunda rueda, aun cuando esos futbolistas hayan defendido otra camiseta durante toda la primera parte del año.
Hasta el año pasado, un jugador que disputaba más de 360 minutos con un equipo quedaba imposibilitado de actuar en otro en la segunda rueda. Una medida prudente que evitaba las especulaciones y los conflictos de interés. Pero eso fue borrado de las bases para esta temporada. En otras palabras, se decretó el libertinaje total que podría perfectamente terminar en el desmantelamiento de los equipos que hoy encabezan la tabla, o en el debilitamiento de un rival directo en la lucha por entrar a una Copa internacional o en la batalla por el descenso.
Un guiño para los equipos más poderosos y, también, para los que son controlados por representantes, a los que les viene muy bien este cambio de las bases para explotar más y mejor su negocio. Los mismos que por estos días agradecen la larga pausa para trabajar con más tiempo, sin que la competencia los distraiga. Está más que claro, el fútbol chileno no sólo está en receso, sino también en retroceso.