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Columna de Fernando Tapia: “El cartel del silencio”

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Agencia Uno
POR Andres Sepúlveda |

“No se pierdan en la pirotecnia. No es coincidencia que esta misma semana jugadores representados por Felicevich hayan levantado una polémica con un comentarista deportivo, acaparando las portadas”, sostuvo.

A veces el silencio dice mucho de las cosas. Es como el dicho: “el que calla, otorga”. Han pasado más de 72 horas desde la emisión de una segunda entrega del reportaje de TVN, “El Cartel del Gol”, y aún esperamos algún pronunciamiento de la ANFP, o el anuncio de alguna investigación interna por parte del oficial de cumplimiento, ante la evidencia que, en el fútbol chileno, más allá de lo que digan los livianos informes internos, hay clubes bajo el control de representantes de futbolistas y, peor aún, multipropiedad en algunos casos.

Quizás el silencio sea otra prueba más de la influencia de los verdaderos dueños de la pelota, que inhiben cualquier acción de organismos, supuestamente independientes. Hace una semana, ante la primera entrega de la investigación de Informe Especial, el gerente de desarrollo y nuevos proyectos de la ANFP, Diego Karmy, declaró que según sus informes Fernando Felicevich no es dueño de ningún club, y descartó de plano la posibilidad de que dos o más instituciones estén bajo el control de una sola mano.

En el fútbol chileno todo está en orden nos dijo quien ha sido bautizado en la prensa como el comisario financiero de la actividad. Es sumamente preocupante que en apenas semanas de una revisión de memorias, directorios, constitución de empresas en los registros del conservador de bienes raíces y publicaciones en el diario oficial, el periodismo haya encontrado evidencias de que esto no es tan así, y una gerencia con funcionarios supuestamente especializados en la materia, no hayan puesto alguna alerta de nombres que se cruzan una y otra vez en diferentes empresas que están vinculadas a sociedades anónimas deportivas en el fútbol.

Me cuesta creer que sea sólo desprolijidad en el análisis de los datos. Tiendo a creer que es más bien un acto consciente de hacer vista gorda ante empresarios poderosos, que finalmente están decidiendo todo en el fútbol chileno, sentados a ambos lados del mostrador, ratificados los constantes conflictos de intereses y, como dijo el periodista Danilo Díaz, alterando el sistema económico. Me temo que Diego Karmy, a quien la ANFP mandó al frente la semana pasada para mostrar algún tipo de reacción, pase a la historia como el Jaime Estévez de la administración Milad.

Hace ocho años, Estévez fue el que dijo que las cuentas de Jadue estaban ordenadas y eran claras, en medio del escándalo del FifaGate y las sospechas instaladas sobre la participación del dirigente en el escándalo de corrupción en el fútbol. Karmy y la ANFP aún están a tiempo de corregir y evitar el descrédito mayor.

El silencio de los apuntados en el reportaje ha sido el denominador común. Fernando Felicevich sólo se pronunció a través de Twitter para responder a la querella presentada por el exfutbolista Matías Campos Toro, que lo acusa de apropiación indebida y sugiere extraños pagos en efectivo.

Sin duda que el Servicio de Impuestos Internos (SII) algo tendrá que decir al respecto, al existir también señales en el caso de La Serena de pagos en negro y contratos ficticios. No se pierdan en la pirotecnia. No es coincidencia que esta misma semana jugadores representados por Felicevich hayan levantado una polémica con un comentarista deportivo, acaparando las portadas. Tampoco que justo esta semana, el honorable tribunal de disciplina, organismo que de independiente tiene poco, haya evacuado una dura sanción contra las juezas Cindy Nahuelcoy y Loreto Toloza. Ojo con el cartel del silencio.