Columna de Fernando Tapia: “La guerra de las apuestas”
“El fútbol chileno decidió parapetarse en nuevos recursos de apelación, apostando esta vez a prolongar en tribunales el debate, con el objetivo de ganar tiempo”, dice Fernando Tapia.
Se podría decir que en el edificio de Quilín 5635, donde se encuentra la ANFP, dos fallos judiciales han dejado un enorme socavón que amenaza con el derrumbe de la sede. Primero fue la contundente resolución de la Corte Suprema que, al revisar una demanda de Polla Chilena de Beneficencia, una empresa de juego de azar habilitada por ley para operar en Chile, resolvió poner fin a la operación de 23 casas de apuestas en línea, las que consideró ilegales y que desde hace un buen rato se han transformado en una fuente importante de financiamiento de una mayoría de clubes, y también de medios de comunicación, sitios de noticias e “influencers” de redes sociales.
Esta semana se sumó el dictamen de la primera sala de la Corte de Apelaciones de Santiago, que rechazó un recurso de protección interpuesto por la ANFP ante la instrucción recibida por el Ministerio de Justicia para que el fútbol chileno ponga fin al contrato con una casa de apuesta, con la amenaza de quitarle la personalidad jurídica. La dirigencia está en un serio problema.
A la nefasta gestión administrativa, que ya tiene a la corporación al borde de la quiebra, se suman estas resoluciones que podrían significar la pérdida de un importante auspicio que hoy aporta al menos US$ 2,5 millones anuales a las alicaídas arcas de la ANFP. El riesgo se extiende, por cierto, a la casi totalidad de instituciones que componen el Consejo de Presidentes, y que mantienen acuerdos económicos con una actividad ilícita, según la resolución del máximo tribunal de justicia.
El fútbol chileno decidió parapetarse en nuevos recursos de apelación, apostando esta vez a prolongar en tribunales el debate, con el objetivo de ganar tiempo. En una de esas, el feroz lobby en el Congreso les permite un salvavidas, como sería un trámite exprés de la ley que se discute para la regulación de las casas de apuestas. Hoy la casta directiva del fútbol chileno se victimiza. Cree ser injustamente perseguida o al menos eso dice públicamente.
La verdad es que siempre supieron que jugaban con fuego, y que había un riesgo de quemarse. Con seguridad apelarán ahora al rol social que cumple la actividad, y al serio daño que significaría dejar al fútbol chileno en la miseria, de ser obligados a terminar estos contratos de la noche a la mañana. Nada dicen de los miles de millones de pesos que el estado ha dejado de cobrar por el no pago de impuestos, y que bien podrían financiar una buena parte de la seguridad que Carabineros le brinda todos los fines de semana a la actividad privada que administran.
El tema ha estado en discusión durante los últimos meses, y mientras cerraban millonarios acuerdos con las casas de apuestas en línea, en el fútbol chileno hicieron oídos sordos a la propia recomendación de la FIFA, que ha calificado estos vínculos como un serio riesgo a la integridad del deporte. La ANFP cosecha lo que sembró. Como dice la frase, eligió vientos y obtuvo tempestades.