Columna de Fernando Tapia: “Verdades a medias”

“El dirigente deslindó su responsabilidad como principal autoridad de la actividad, y dijo que los resultados de hoy son consecuencia de lo que no se hizo en el pasado, atribuyéndole la culpa a las directivas anteriores”, afirmó Fernando Agustín Tapia.

El Presidente de la ANFP por fin se animó a reconocer que estamos en crisis. Lo hizo en el marco del tercer Congreso Internacional de Fútbol organizado por la Federación, y en la que se dio a conocer un interesante estudio del estado general de las divisiones formativas en Chile.

Últimos en la tabla de las clasificatorias, a Pablo Milad no le quedó otra que reconocer lo evidente, aunque sólo lo circunscribió al aspecto deportivo. El dirigente deslindó su responsabilidad como principal autoridad de la actividad, y dijo que los resultados de hoy son consecuencia de lo que no se hizo en el pasado, atribuyéndole la culpa a las directivas anteriores que, según él, no supieron brindar las condiciones para renovar a la exitosa generación dorada.

Curiosa la reflexión del Presidente, que olvida que ostenta el cargo desde 2020 y tampoco, hasta ahora, se ha avanzado en el desarrollo de una política de largo plazo para el fomento del fútbol formativo. Entre los datos dados a conocer por el estudio presentado en el Congreso, se señala que el 85% de los clubes del país carecen de una política deportiva para las divisiones inferiores, es decir, carentes de directrices. Lapidario, estamos cada vez peor.

Resulta curioso que Milad limite la crisis sólo a los resultados deportivos, cuando es evidente que la actividad enfrenta además severos problemas estructurales, como la multipropiedad o la peligrosa penetración de los representantes de jugadores en el control de los clubes.

No hubo reflexión sobre esto. Nada. Tampoco reconoce la crisis económica, pese a que en tribunales, los abogados de la ANFP que presentaron una orden de no innovar para dejar sin efecto la multa de casi 40 millones de dólares por el conflicto con TNT, argumentaron que con el inminente cobro de esa cifra “el desarrollo del fútbol profesional se vería amenazado gravemente, al punto de comprometerse su continuidad”.

Si eso no es estar en crisis, entonces ¿en qué quedamos?. En el Congreso organizado por la Federación también expuso Nicolás Córdova, Jefe Técnico de las Selecciones Juveniles y que estará a cargo del equipo Sub 20 que participará en el Mundial del próximo año en Chile.

El entrenador disertó sobre su idea de desarrollo de las divisiones menores, atacando duramente la norma que obliga a incorporar a jugadores Sub 21 en los partidos de la competencia de Primera División. “Los buenos jugadores juegan sin regla” dijo Córdova, criticando además la falta de coraje de los entrenadores que no se atreven a confiar en los más jóvenes.

En términos generales tiene razón, pero también es curioso que el máximo responsable del fútbol formativo no haya aludido en el Congreso al cupo de extranjeros que el Consejo de Presidentes de la ANFP se negó a reducir, como era el acuerdo con el SIFUP, y que según la observación de los mismos jugadores agremiados, limitan las opciones de los juveniles.

Tampoco se refirió al nefasto impacto de los agentes de futbolistas y el poder que un grupo de ellos ha logrado tener por sobre los entrenadores y dirigentes. ¿Realmente juegan siempre los mejores o para ello antes hay que firmar por alguno de los que domina el mercado?.

Siempre son bienvenidas las instancias de estudio y reflexión. Pero el fútbol chileno necesita algo más que un análisis selectivo. Basta de verdades a medias.