Columna de Fernando Tapia: “Mucho ojo con Perú”
“La Fiscalía acusa al Presidente del Fútbol Peruano de liderar una organización criminal, la que bautizó como “Los Galácticos”, cuyos integrantes habrían cometido varios delitos como fraude administrativo, corrupción y lavado de dinero”, afirmó Fernando Agustín Tapia.
Hay que poner mucha atención a lo que está pasando en Perú. Y no me refiero al partido por las clasificatorias que se debe disputar esta semana en Lima, que desde luego concentra la atención del hincha por la trascendencia de los puntos, con nuestra Selección al borde de la eliminación.
En medio de la vorágine de la definición del campeonato entre Colo Colo y Universidad de Chile, quedó en segundo plano la cinematográfica detención del Presidente de la Federación Peruana de Fútbol, Agustín Lozano.
La televisión exhibió al dirigente esposado, así como la irrupción de la policía en la VIDENA, la Villa Deportiva Nacional, lugar donde entrena y concentra la Selección del Rímac y donde están las oficinas de la Federación.
En el operativo policial, junto a Lozano, fueron detenidas simultáneamente otras doce personas, entre ellas el Presidente del Club Sporting Cristal, Joel Raffo.
La Fiscalía acusa al Presidente del Fútbol Peruano de liderar una organización criminal, la que bautizó como “Los Galácticos”, cuyos integrantes habrían cometido varios delitos como fraude administrativo, corrupción y lavado de dinero.
El punto central de la investigación está relacionado con las negociaciones que terminaron con la cesión de los derechos televisivos del fútbol profesional peruano a favor de la empresa chilena 1190.
El fiscal a cargo de la investigación ha denunciado que esas tratativas se llevaron a cabo pese a un evidente conflicto de interés, ya que para cerrar el negocio se contrató a otra empresa externa, PRISMA, también chilena, cuyo representante es nada menos que el primo hermano del encargado de la comisión para aprobar la venta de los derechos televisivos, precisamente el máximo dirigente de Sporting Cristal, detenido el mismo día que el Presidente de la Federación.
La justicia peruana cuestiona la transparencia del proceso, y diversas investigaciones periodísticas señalan que pudo haber “favores” económicos para llevar adelante el millonario acuerdo de manera directa, y sellado precisamente en Santiago, con viajes secretos incluidos por parte del máximo dirigente del fútbol del Perú a Chile.
Hasta ahora no han surgido empresarios chilenos mencionados en la investigación, pero ésta recién comienza.
El caso debe ser seguido con muchísima atención en nuestro país, porque la empresa 1190 es también la propietaria de los derechos comerciales y de imagen de la Selección Chilena, en sociedad con Mediapro, acuerdo anunciado por la directiva de Pablo Milad en Enero de 2022 y válido hasta el 2026.
El modus operandi con el que la justicia peruana acusa a los dirigentes de ese país, es calcado a los métodos utilizados en el denominado Fifagate, donde los sobornos, coimas y prebendas eran pan de cada día, con millonarios pagos a directivos a cambio precisamente de los derechos asociados a la industria.
Tras el escándalo de corrupción que vivió el fútbol mundial, en Chile se prometió que todos los negocios y acuerdos con proveedores sería a través de licitaciones abiertas y transparentes.
Sería sano que la Federación de Fútbol de Chile aclare cómo se ejecutó el negocio con 1190, y qué otras empresas tomaron parte del concurso, si es que hubo. Mientras, hay que seguir muy atentos a los detalles de la investigación en el país vecino. Mucho ojo con lo que pasa en Perú.