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Columna de Fernando Tapia: “Oxígeno para La Roja”

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Pauta
POR Equipo Radio Pauta |

“Hacía mucha falta un triunfo como el obtenido ante los Venezolanos, que llegaron a Santiago envalentonados y con un gran respaldo en la tribuna sur del Estadio Nacional”, afirmó Fernando Agustín Tapia.

Lo graficó muy bien Claudio Palma junto con el pitazo final. Seguimos en la UCI, pero la Selección encontró un respirador artificial con el triunfo claro y contundente frente a Venezuela.

Todos volvimos a respirar de la mano de los goles de un extraordinario Lucas Cepeda, la figura de la noche, y las sólidas actuaciones de Gabriel Suazo, Vicente Pizarro, Fabián Hormazábal y Guillermo Maripán.

También con el despliegue de Rodrigo Echeverría, la contundencia de Eduardo Vargas, que sigue acrecentando su registro goleador con La Roja, y especialmente con la inyección anímica y futbolística de quien, hasta hace poco, era el principal enemigo del proceso: Arturo Vidal abandonó la cancha en medio de una gran ovación, ratificando que con su presencia en el campo el equipo tiene otra cara, más agresiva, más aguerrida, de mayor personalidad.

Ya con un marcador a favor cómodo, se produjo el debut de Luciano Cabral, el mejor futbolista de la primera rueda en el campeonato chileno. El VAR ahogó su festejo de un quinto gol, pero dejó chispazos de su talento, y en esos pocos minutos rescató la figura del 10, tan escasos en el fútbol moderno.

Por fin puras noticias positivas, para cerrar un año de balance triste, con un fracaso en Copa América y unas clasificatorias que, pese al triunfo, se mantiene cuesta arriba. Seguimos lejos, a cuatro puntos del séptimo lugar, que entrega una opción de repechaje, y el calendario del próximo año nos obliga a ser cautos.

Sin embargo hacía mucha falta un triunfo como el obtenido ante los Venezolanos, que llegaron a Santiago envalentonados y con un gran respaldo en la tribuna sur del Estadio Nacional. Ciertamente la sensación con la que se termina el año alimenta la ilusión.

De paso, la victoria ante Venezuela desactivó el plan de emergencia que tenía preparado la ANFP. Porque el oxígeno que llegó en la noche ñuñoína le brindó vida especialmente al proceso del técnico Ricardo Gareca, quien se jugaba su continuidad ante la Vinotinto.

Las cámaras lo siguieron en primer plano en su tránsito desde la banca hasta el vestuario, esta vez esbozando una sonrisa de alivio mientras era felicitado por sus asistentes y funcionarios de la Federación, en el largo tránsito por los pasillos internos del Nacional.

Hasta allí también llegó Pablo Milad, que lo apuntó frente a las cámaras para luego abrazarlo, como queriendo demostrar su respaldo absoluto, aún cuando en las horas previas trascendieron nombres de posibles reemplazantes del Tigre, en caso de que las cosas no salieran bien.

Pero así es el fútbol. La Selección se aferra a la ilusión de que lo exhibido ante Venezuela, especialmente la actitud competitiva con la que hizo la diferencia, con los nuevos nombres que aparecieron pidiendo cancha, le permita al menos arrimarse al repechaje.

El calendario del próximo año, el decisivo, presenta una tarea titánica: de visita se jugará con Paraguay, Brasil y Bolivia; de local tocará recibir a Ecuador, Argentina y Uruguay. Quedan seis partidos. Podríamos haber finalizado el año completamente eliminados y sin entrenador.

Pero el triunfo con Venezuela, y la forma en que se consiguió, le ha brindado a la Selección un poco más de vida. Tres puntos que son oxígeno puro para La Roja.