Columna de Fernando Tapia: “Partimos mal”
“El fútbol chileno se sigue anotando autogoles, y es incapaz de detener su caída libre. El problema es estructural, como queda cada vez más claro”, afirmó Fernando Agustín Tapia.
Año nuevo, vida nueva. Eso dice el refrán. Sin embargo, para el fútbol chileno los primeros días de 2025 no han traído buenas noticias, sino que todo lo contrario. La actividad sigue en caída libre en un pozo que parece no tener fondo.
El inicio de las actividades está en duda luego de la ratificación del paro por parte del Sindicato de Futbolistas (SIFUP) tras la decisión del Consejo de Presidentes de cambiar las reglas del torneo de la Segunda División Profesional.
Los dirigentes aceptaron la propuesta de la mitad de los clubes de esa categoría, para transformar esa liga en un campeonato Sub 23, con el objetivo de abaratar costos. Según cifras del SIFUP, de mantenerse esta decisión, cerca de 300 futbolistas quedarán cesantes, por lo que unánimemente votaron una paralización de todas las competencias profesionales organizadas por la ANFP.
Para el Sindicato esto es una materia intransable, por lo que de no mediar una reconsideración por parte de los dirigentes simplemente no se dará inicio a la temporada oficial. La postura de los jugadores ha sido respaldada por la Dirección del Trabajo, que calificó de ilegal la medida de establecer limitantes de contratos laborales a partir de la edad. La Segunda División Profesional, cuyos representantes no tiene voz ni voto en el Consejo de Presidentes, ni mucho menos respaldo económico, mantiene en ascuas a toda la actividad.
El Campeón del 2024, Deportes Melipilla, fue desafilado por el Tribunal de Disciplina debido a la presentación de documentación falsa ante la Unidad de Control Financiero de la ANFP. El club dice que apelará, si es necesario incluso ante el TAS. Mientras eso no se resuelva, tampoco es posible saber cómo se disputará el Campeonato de la Primera B, que podría jugarse con un equipo menos.
Deportes Concepción, finalista del torneo y denunciante en este entuerto, también anuncia que recurrirá a todas las instancias para hacer valer, según ellos, el derecho de ascender. Todo sucede ante la impávida actitud de la ANFP, cuyo presidente sigue desaparecido en acción.
La final de la Supercopa, que debe enfrentar a Colo Colo con la “U”, no ha podido encontrar una sede. La violencia asociada a las barras bravas aterroriza a las autoridades, y los Alcaldes y Delegados Presidenciales prefieren evitarse el problema negando los permisos.
Sucedió también con la “Noche Caturra”, el que debía ser el primer partido de pretemporada del Campeón Colo Colo, visitando a Santiago Wanderers en Valparaíso. Según la autoridad regional, los dirigentes del equipo porteño no cumplieron con los requisitos administrativos luego de tres informes de factibilidad negativos por parte de Carabineros.
Es decir, no sólo se trata del miedo a los posibles incidentes; también, y muy especialmente, a la falta de prolijidad, planificación y gestión de los dirigentes para organizar un evento de carácter masivo.
El fútbol chileno se sigue anotando autogoles, y es incapaz de detener su caída libre. El problema es estructural, como queda cada vez más claro. La salida no está en el Consejo de Presidentes, en donde de hecho está el origen del caos. Por eso se hace más necesario que sean otros los que deban actuar. Por ahora, partimos mal. Y seguimos peor.