Columna de Fernando Tapia: “Super vergüenza”
“La suspensión de la final de la Supercopa es el fracaso total y absoluto de la ANFP y del Estado, y todas sus instancias. No hay peor ciego que el que no quiere ver”, afirmó Fernando Agustín Tapia.
En cualquier otro país más o menos normal, una final entre los dos equipos más populares era una instancia ideal para dar el puntapié de una nueva temporada futbolística.
Pero en Chile, en donde la actividad hace agua por todos lados, el duelo en el que se debían enfrentar Colo Colo y la Universidad de Chile terminó siendo un “cacho” de proporciones.
La violencia en el fútbol, protagonizada por un grupo minoritario pero altamente organizado, ha vuelto a poner de rodillas a las autoridades.
A las del fútbol y a las de la política, que en 30 años han sido incapaces de enfrentarla con decisión y valentía. Más allá de quién tiene la culpa en este último capítulo, es una vergüenza que no se pueda jugar un partido de estas características.
La suspensión de la final de la Supercopa es el fracaso total y absoluto de la ANFP y del Estado, y todas sus instancias. No hay peor ciego que el que no quiere ver.
Lo ocurrido con el frustrado encuentro en La Serena es una demostración más de una crisis profunda por la que atraviesa el fútbol chileno, cuya descomposición se ha profundizado con la actual directiva, que encabeza Pablo Milad, que ha mantenido una postura de no reconocer el estado de ruina hacia donde se dirige la actividad.
Desde hace un buen tiempo su falta de liderazgo concluyó en un cortocircuito con las autoridades políticas y administrativas. El fútbol hoy no tiene un diálogo fluido con el poder, y el propio Milad se ha encargado de ahondar esas diferencias desestimando todas y cada una de las instancias de diálogo y consulta a las que ha sido invitado en el Parlamento.
De hecho, horas antes de la suspensión de la Supercopa, la ANFP emitió la programación de la Copa Chile y entregó el fixture del campeonato de la Primera División, sin consulta a la mesa que componen junto con Estadio Seguro y Carabineros. Eso es patear la mesa.
Para el fútbol, la continuidad de Milad en el cargo atrae más problemas que soluciones, y por algo ya han surgido en el seno del Consejo de Presidentes voces que se inclinan por una censura y un llamado de anticipar elecciones para reemplazarlo.
Ahora bien, no es lo único. El gobierno debiera contribuir con algo básico: es urgente unificar los criterios de los Delegados Presidenciales, la autoridad administrativa que tiene la potestad de autorizar o no un evento de estas características.
La final de la Supercopa se paseó por Chile, desde Concepción a Temuco y desde allá a La Serena, para finalmente ser suspendida por la ANFP a partir de una decisión del Delegado de la Región de Coquimbo, que solicitó verificar la base de datos con la cual se iban a vender las entradas.
La amenaza de la Garra Blanca le puso la lápida al partido. Desplegó un lienzo en el Monumental en pleno duelo con Racing. Es inaceptable que la extorsión pública acometida por el crimen organizado, porque en eso se han transformado las barras bravas, a la larga haya sido útil para sus intereses.
Eso es la peor de las derrotas, porque significa que seguimos atados a la voluntad de los que proponen la violencia.
¿Quiénes están detrás de estos grupos? ¿Podemos confiar que no hay nexos con dirigentes y otras autoridades? Llevamos tres décadas haciendo las mismas preguntas, sin respuestas ni soluciones. Una super vergüenza.