Economía

La sorpresa que traerá el desempleo

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Agencia Uno
POR voz |

En el mercado prevén que el mejor desempeño que tendrá la economía este 2018 no se traducirá en una baja importante de la desocupación.

No hay dos miradas: al fin todos los analistas, locales e internacionales, están de acuerdo en que en 2018 la economía dejará atrás la desaceleración, impulsada por un repunte de la inversión que sintoniza con la mayor confianza empresarial. Se prevé que el crecimiento de la economía chilena este año podría duplicar el modesto 1,5% de 2017 y llegar incluso a 3,7%, según la recopilación de proyecciones de economistas que realiza Consensus Forecast. En un ciclo normal, esa recuperación económica debiera conducir a un alza en la contratación. Pero hay una sorpresa: en el mercado prevén que el mejor ciclo productivo no se traducirá en una baja importante de la desocupación.

El economista jefe de BCI Estudios, Sergio Lehmann, proyecta que la tasa de desempleo se mantendrá en torno a 6,5%-7% en 2018, debido a que las mejores perspectivas en el ámbito empresarial y el mayor apetito por invertir van a motivar a las empresas a contratar. No obstante, advierte que ese impulso no será tan intenso “como en otros ciclos, producto de las restricciones y rigideces del mercado laboral tras la reforma”. Según Lehmann, habrá una suerte de migración desde el empleo por cuenta propia al asalariado, sin que en el neto se aprecie una baja en el desempleo. Agrega que el  empleo asalariado, por su mayor calidad y por incorporar seguridad social, “tiene efectos más significativos sobre el consumo”, y, por ende, empuja a la actividad.

Serán los sectores donde se destruyó mucho empleo asalariado privado en los años recientes los que debieran comenzar a contratar, dice el economista senior de BBVA Research, Waldo Riveras, quien agrega eso será “una buena opción para quienes hoy se desempeñan en el empleo informal y por cuenta propia”.

¿De la cuneta a la oficina?

El economista de Clapes UC Juan Bravo recuerda que en los últimos años “muchas personas pasaron a trabajar en formatos de desempleo parcial o encubierto, pero al haber trabajado al menos una hora a la semana y recibir un pago por ello, en la estadística quedan clasificados como ocupados”. Ellos son parte de quienes esperan mejores oportunidades.

¿Hacia dónde irá la migración hacia puestos de mejor calidad? Una industria donde podría verse la reactivación que crea empleo es la construcción, que en enero registró un aumento anual de 4,4%, lo que constituye la tercera variación positiva tras catorce meses consecutivos de disminuciones, aunque la creación de empleo no ha mostrado tan buenas cifras.  Según Riveras, el mayor dinamismo en la construcción debería consolidarse con la reactivación de proyectos de inversión en infraestructura. Otros sectores que el economista ve con mayor apetito por contratar son manufactura, minería, agricultura y eventualmente algunos servicios financieros que han sido golpeados durante el ciclo reciente.

Advierte que el comercio, y en menor medida el transporte, están enfrentando “un cambio más bien estructural, ya que están creando menos empleo asalariado”. En esos casos se mantienen ocupaciones por cuenta propia, con “más emprendimiento y distintas formas de hacer negocios”. Es decir, se abrirá espacio para nuevos contratos, pero no tanto como ha sido históricamente.

Aunque el empleo informal es una categoría que ha ido cobrando relevancia en los últimos años, no se le había medido. En el Informe de Política Monetaria de junio de 2017, el Banco Central estimó que en los últimos siete años la economía nacional creó del orden de un millón 300 mil empleos, de los cuales en torno al 60% correspondía a empleos asalariados formales y algo menos de 40% a empleos por cuenta propia y asalariados informales.

Más preciso fue el reporte sobre ocupación del trimestre móvil octubre-diciembre 2017 del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), que incluyó por primera vez la medición de la informalidad laboral. La categoría alcanzó en ese período al 30% del total de los ocupados; es decir, casi una de cada tres personas empleadas en ese lapso (más de 2 millones 520 mil personas).

Del total registrado en octubre-diciembre 2017, la informalidad es más elevada entre los más jóvenes y los mayores de 55 años, en la región de la Araucanía y en trabajos catalogados como otras actividades de servicios, actividades de los hogares como empleadores y el sector agricultura, ganadería y pesca (ver infografía). En estas cifras es donde, según señalan los economistas, debiera notarse la mejoría económica en los próximos meses. Pero no se debe olvidar que un obstáculo transversal para ello es la educación, ya que no es casualidad que el 51% de quienes tienen un empleo informal no hayan alcanzado la enseñanza media.

Fuente: INE, Banco Central, BCI Estudios.

Freno en el empleo público

Bravo agrega que los efectos de la mejora en la economía también debieran notarse en la creación de empleo asalariado público, “que llegó a una cifra récord y debiera reducirse si las próximas autoridades buscan volver a una senda fiscal sostenible”. Coincide Riveras, que recuerda que en el trimestre octubre-diciembre se crearon cerca de 100 mil empleos asalariados, de los cuales cerca de 135 mil fueron públicos y se destruyeron 35 mil empleos privados. “Este ritmo de creación de empleo público debe comenzar a ceder en los próximos meses, por el alto déficit que ya existe”, comenta.

Ambos economistas aclaran que si bien en épocas de debilidad económica esta estrategia también contribuyó a evitar un deterioro mayor en el mercado laboral, no es sostenible a largo plazo.

¿Qué es el empleo informal?

Un tercio de los ocupados: Según el INE, el 30% de los trabajadores se desempeñan en el empleo informal. En el trimestre octubre-diciembre estaban en esta categoría más de 2 millones 520 mil personas.

Sin protección: El empleo informal incluye a trabajadores que no reciben pagos por previsión, salud, licencias médicas o vacaciones; a quienes se desempeñan por cuenta propia o en emprendimientos familiares sin recibir remuneración; servicio doméstico y dueños de negocios sin reconocimiento tributario y que no separan gastos con los del hogar.

Vulnerables: En general, se trata de empleos más vulnerables, con salarios más bajos, sin protección social, desempeñados por personas con menor escolaridad mientras esperan por un trabajo formal y como última instancia antes de estar desempleados.

En la calle: Habitualmente son trabajos que se realizan en la calle (especialmente venta), en la casa del cliente (diversos servicios como jardinería y peluquería, entre otros) o el propio hogar (para compatibilizar con responsabilidades familiares). No obstante, personas de mayor escolaridad trabajan de este modo al iniciar iniciativas propias o crear un negocio.