Criptomonedas sobreviven al desplome y las críticas
Se les acusó de burbuja y de esquema piramidal, pero parece imposible prohibir una red 100% autónoma, virtual, global y descentralizada.
Después de un 2017 soñado en que su valor llegó a las nubes, en la partida de 2018 el horizonte de las criptomonedas no sólo se ha nublado sino que estuvo azotado por una fuerte tormenta: al desplome de sus valorizaciones en enero (y rebotes parciales al mes siguiente) se sumaron amenazas regulatorias, investigaciones sobre irregularidades y un debate abierto sobre si este mercado es o no una burbuja. Son factores adversos para una inversión que siempre ha sido de alto riesgo y que sigue poniendo en jaque a los reguladores en todo el mundo.
Hoy existen más de 1.300 divisas virtuales a nivel global (en Chile ya hay seis) y su ritmo de creación sigue subiendo, lo que habla del interés que existe por este innovador mercado. Según estudios, los principales inversionistas son hombres entre 25 y 40 años con alta tolerancia al riesgo, factor necesario para invertir dinero en un activo digital que no tiene respaldo físico, cuya oferta no la controla ninguna entidad gubernamental y que emplea una sofisticada red virtual para gestionar las transacciones, el llamado Blockchain.
El boom que vivieron las divisas virtuales en 2017 atrajo más interesados, alentados por promesas de ganancias extraordinarias. A modo de comparación, los índices bursátiles de Estados Unidos terminaron el año pasado con resultados históricos: el S&P 500 cerró con un aumento de 19%, el Dow Jones creció 25% y el Nasdaq avanzó 28% anual. Pero el Bitcoin, la criptomoneda más antigua y por eso emblemática, ganó 1.200% en capitalización el año pasado, un alza extraordinaria pero que está lejos del avance de 9.000% de Ether y de 20.000% en el caso de Ripple.
Pero tan sorprendente como el alza fue el desplome que vivieron en enero de 2018. Según datos de Coinmarketcap, web que sigue las valorizaciones de las principales divisas virtuales, este mercado se derrumbó a menos de la mitad desde sus máximos estimados en US$ 800.000 millones. Sólo Bitcoin perdió un 60% desde su máximo histórico entre enero y febrero.
Fuente: Coindesk.
Problemas en la red
A estas pérdidas gigantescas se suma una serie de malas noticias en este comienzo de año, que también ha contribuido a aumentar las preocupaciones sobre el mercado de las monedas virtuales.
El peor episodio ha sido el hackeo de la plataforma japonesa de intercambio Coincheck, una de las mayores operadoras de Asia, que se tradujo en el robo de criptodivisas por US$ 535 millones en un episodio que aún no ha sido aclarado y que ha motivado la investigación de las autoridades niponas. Otra plataforma, la estadounidense Bitfinex, fue víctima de un hackeo similar en 2016 y ahora sus usuarios denuncian graves problemas con el retiro de fondos. El caso está en manos del regulador norteamericano ya que la firma no ha presentado pruebas concluyentes de sus tenencias ni ha auditado sus cuentas.
A las dudas sobre algunos sitios de transacción de divisas virtuales se suma que a comienzos de febrero, algunos bancos internacionales como el británico Lloyds y los estadounidenses Bank of America-Merril Lynch, Citigroup y J.P. Morgan prohibieron las compras de criptomonedas con las tarjetas de crédito que emiten. ¿La razón? El temor a que las pronunciadas bajas de las últimas semanas puedan afectar la solvencia de sus clientes.
Muchos bancos no han hecho anuncios públicos al respecto y sus clientes se han enterado al intentar operar en plataformas de transacción. Barclays precisó que no tiene una política para bloquear esas compras pero que revisará internamente las operaciones sospechosas y que en último término es Visa, so socio en materia de tarjetas, la que debe autorizar los pagos.
También Google se ha sumado a esta tendencia, anunciando que a partir de junio prohibirá cualquier anuncio relacionado con las criptomonedas en sus plataformas publicitarias.
Los expertos sacan la voz
Si bien la caída de las criptomonedas parece una corrección lógica después de un crecimiento exuberante y una reacción ante noticias negativas, la consecuencia es que hoy se abarataron y comprarlas resulta más atractivo. Sin embargo, el desplome también parece haber abierto espacio para las opiniones críticas. Por primera vez, las autoridades económicas están expresando su visión.
El presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, quien dijo que si bien la entidad mira “con mucho cuidado” la tecnología Blockchain que soporta a las monedas virtuales ya que podría aportar en el combate de la corrupción, el funcionamiento de algunas criptomonedas se asemeja al “esquema Ponzi”, como se conoce al fraude piramidal.
Más tajante fue el economista Nouriel Roubini, famoso por haber pronosticado la crisis subprime de 2008, quien afirmó que Bitcoin es “la mayor burbuja en la historia de la humanidad” y agregó que otras criptomonedas “son, incluso, peores”. Su comentario sobre Blockchain no fue más optimista: “Tiene alrededor de 10 años y su única aplicación son las criptodivisas, que son una estafa”.
Quien fue más lejos fue el gerente general del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés), Agustín Carstens, que pidió a los bancos centrales actuar en forma estricta contra lo que calificó como una “manía especulativa”, evitando que las criptomonedas se interconecten con el sistema financiero y accedan a los servicios bancarios normales. “Eso debería circunscribirse a aquellos mercados y productos que cumplan las estrictas normas establecidas. Las autoridades tienen la obligación de evitar que se utilicen para legitimar las ganancias de actividades ilegales y de educar y proteger a los inversionistas y consumidores”, advirtió.
Con todo, como afirmó el presidente del Banco Central de Inglaterra, Mark Carney, las operaciones en criptomonedas aún “no tienen un tamaño que represente un riesgo macroeconómico para la economía mundial”, pero advirtió que los saltos en los precios deberían ser una señal de alerta.
Prohibido prohibir
Con todos los ojos vueltos hacia la regulación de las divisas virtuales, los máximos reguladores de EEUU – la Comisión de Bolsa y Valores (SEC por su sigla en inglés) y la Comisión de Comercio de Futuros de Materias Primas (CFTC por su sigla en inglés)- asistieron esta semana al Senado para dar su visión sobre este mercado.
Allí, alertaron sobre eventuales pérdidas en que pueden incurrir los inversionistas, especialmente personas naturales, al participar en un mercado que carece de las protecciones y garantías que tienen quienes se apegan a las leyes. También insistieron en que perseguirán las violaciones y seguirán trabajando para que las ofertas de nuevas criptodivisas se apeguen a las normas.
Sin embargo, quienes pensaron que esto se traduciría en un enfoque prohibicionista terminaron defraudados. Los reguladores aclararon que se guiarán por el mismo enfoque adoptado frente al surgimiento de Internet: no dañar su desarrollo e ir aplicando una regulación prudencial.
Como afirmó el presidente de la CFTC en dicha sesión, las criptomonedas están generando un “cambio de paradigma” en cómo el mundo ve los pagos y los procesos financieros, y que ignorar esa innovación “no las hará desaparecer ni es una respuesta regulatoria responsable”. Este enfoque fue valorado por los principales operadores de este mercado, que lo encontraron realista. Claro, parece imposible intentar prohibir una red totalmente virtual, global y descentralizada.
¿Y en Chile?
En Chile el mundo de las criptomonedas es aún naciente, pero va ganando interesados. Así lo estiman las plataformas de transacción más importantes existentes: SurBTC (con 12 mil clientes), ChileBit.net (6 mil), TradeBTC y Yaykuy, con unos mil cada una. Según datos que han recogido, casi un 70% de sus clientes utiliza las criptomonedas como medio de inversión o para ganar dinero, ya que en el país no hay grandes comercios que acepten este medio de pago.
Sobre el marco normativo de este mercado, el Banco Central precisó que carecen de reconocimiento legal o reglamentario específico en nuestro país y que tampoco tiene potestad respecto de su compraventa o intermediación.No obstante, si las plataformas de intermediación de monedas virtuales realizan operaciones de cambios internacionales podrían quedar sujetas a las facultades que le competen al Banco Central de Chile en materia cambiaria. Asimismo, la Unidad de Análisis Financiero (UAF), organismo público que fiscaliza la normativa sobre lavado de activos y financiamiento del terrorismo, puede exigir que estas plataformas les reporten operaciones sospechosas.
En su reunión del pasado 30 de enero, el Consejo de Estabilidad Financiera (CEF; que reúne a los superintendentes financieros, el ministerio de Hacienda y el Banco Central) analizó los potenciales impactos que podrían tener las criptomonedas sobre la estabilidad financiera y los riesgos que estas introducen en términos de evasión tributaria, lavado de activos y financiamiento al terrorismo.