Mormones S.A.
Desde los años 60 La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días participa en el negocio inmobiliario. En 2010 debutó en el sector agrícola. Las apuestas han rendido sus frutos.
Hombres vestidos de pantalón negro, camisa blanca de manga corta con una pequeña placa en el bolsillo con su nombre. En general caminan por las calles en dupla y sonríen a quienes los miran con curiosidad, ansiosos de compartir las enseñanzas de su religión. Esa debe ser la imagen común con la que se asocia a la iglesia mormona en el mundo. Sin embargo, la presencia del conglomerado va mucho más allá de sus fieles e incluso trasciende el ámbito espiritual. La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es un inversionista activo y exitoso. En Estados Unidos es dueña de grandes predios agrícolas, de propiedades y de uno de los principales centros comerciales de Salt Lake City, Utah, ciudad conocida como su sede global.
La necesidad de inversión es parte de la cultura mormona. De hecho, está consagrado en las enseñanzas de la misma iglesia. En la “Guía para el bienestar de los líderes” existe un párrafo dedicado a las finanzas, en el que se recomienda a los miembros “construir de manera gradual una reserva financiera a través del ahorro”.
En Chile es conocida por sus predios agrícolas. Pero también cuenta con una veta inmobiliaria más de la que poco se sabe.
Cultivarás la tierra
Las preparaciones en una cocina podrán ser un elemento absolutamente terrenal. Pero es probable que en ellas haya rastros de espiritualidad, por lo menos si en el hogar hay aceite de oliva chileno. O naranjas si se vive en Miami. Los cultivos son parte fundamental de las inversiones mormonas y, nuevamente, la explicación del interés agrícola está en las escrituras. “Sentimos que las granjas, en un período prolongado de tiempo, representan una inversión segura y los activos de la iglesia pueden ser preservados y aumentados, mientras que al mismo tiempo se tienen recursos agrícolas disponibles en caso de necesidad”, se lee en la guía “Estado de la Iglesia”.
En Estados Unidos, la iglesia mormona es dueña del 2% de las tierras de Florida, donde cultivan cítricos, a través de la sociedad AgroReserves Inc. Con esto, la comunidad es el principal terrateniente de la zona. Además de estos terrenos, el conglomerado es dueño de predios en Utah -la zona con la mayor concentración de población mormona-, Texas, Nebraska y Oklahoma, entre otros. En total, se calcula que la institución posee 405 mil hectáreas en todo Estados Unidos. Es decir, el equivalente a un tercio de la Región Metropolitana. Una cifra considerable si se tiene en cuenta que solo el 1,4% de la población estadounidense se considera mormona.
Fuera de Estados Unidos, la iglesia posee terrenos agrícolas en Australia, Argentina, México y Chile. Para todos los países ocupa un holding con un nombre similar al de la matriz norteamericana. En el caso local, se trata de AgroReservas de Chile, sociedad que se constituyó en 2011, según se registra en el Conservador de Bienes Raíces de Santiago, y que tiene como representante y gerente general a Jay Murray Payne. Pero, aunque el vehículo de inversión sirve a los intereses de la iglesia, opera como un instrumento separado de la iglesia. De hecho, al ser consultado respecto a las inversiones agrícolas, desde la dirección sudamericana de la institución religiosa respondieron que no podían referirse a estos negocios.
Al año de constituirse, AgroReservas de Chile comenzó a llamar la atención en el sector: en 2011 compró 6.500 hectáreas que estaban en manos de la familia del dirigente gremial Ricardo Ariztía, en la Ruta 66 (Carretera de la Fruta). Las tierras tenían plantaciones de frutales e infraestructura para la producción ganadera. Sin embargo, el holding quiso cambiar el giro y reemplazó lo existente por olivos. Tres años después, en 2014, ingresó un proyecto ante el Servicio de Evaluación Ambiental para la construcción de una planta de aceite de oliva con una capacidad máxima de procesamiento de 640 toneladas diarias de aceite de oliva. Para ello se estimó una inversión de US$10 millones. Desde que comenzó a operar la planta, AgroReservas se ha transformado en el mayor productor de aceite de oliva en Chile.
Mientras tramitaban los permisos para la planta de aceite de oliva, la sociedad selló la compra de 1.600 hectáreas de nogales que estaban en manos del grupo Bethia, diversificando así su cartera.
Apuesta inmobiliaria
Es difícil ver terrenos sin edificios en Pocuro, sobre todo entre Antonio Varas y avenida El Bosque. Por lo mismo, el templo de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días llama la atención. Situado cerca del parque Inés de Suárez, el paño mide cerca de 1.500 metros cuadrados, en una comuna donde cada m2 está valorizado en UF 90, de acuerdo con información de Colliers. Es decir, dicho paño tendría un valor cercano a los $ 3.500 millones (US$ 5,4 millones).
Parte del terreno fue adquirido en 1992 de manos de la Embajada de Cuba, en una venta gestionada por el empresario Max Marambio. La iglesia ya era dueña de un terreno que colindaba con la embajada, pero amplió su espacio con la compra de la casona diplomática por $ 849 millones de la época, según consigna Ciper. Llevando los números a la actualidad, en caso de venta, la plusvalía del terreno sería de cerca de UF 45.000 ($ 1.100 millones).
Aunque fuentes inmobiliarias aseguran que no existe interés de venta para el terreno, la iglesia sí ha protagonizado otros negocios en esta área. En 1962 adquirieron un terreno de cerca de 850 m2 en Alcántara, entre Renato Sánchez y Presidente Errázuriz, el cual vendieron a fines del año pasado a una sociedad inmobiliaria ligada a los arquitectos Izquierdo Lehman. La oficina pagó un total de $ 2.237 millones por el paño y la casona de cerca de 2.000 m2 erigida en él, según consta en los registros del Conservador de Bienes Raíces de Santiago.
Tanto los negocios inmobiliarios como los agrícolas se financian con los diezmos -10% de los ingresos- de los 16 millones de miembros fieles que participan en la iglesia, de acuerdo con cifras de la institución.
Aunque no se sabe a ciencia cierta cuántos de ellos efectivamente colaboran con dinero, se puede inferir que los aportes son cuantiosos, por lo que se opta por la diversificación. “Los fondos son sumados a las reservas de la iglesia, que incluyen acciones, bonos, negocios a los que se aplican tributos, intereses agrícolas, comerciales y residenciales”, se lee en las escrituras. Su objetivo también se encuentra detallado: “Estas inversiones pueden ser utilizadas en tiempos difíciles o para satisfacer las necesidades de una creciente fe global, en la misión de predicar las enseñanzas a todas las naciones en preparación de la segunda llegada de Jesucristo”.
Y según se puede observar de los resultados, las prédicas económicas parecieran rendir frutos.