Las propuestas económicas que mantienen en vilo al mercado brasileño
Los discursos de los candidatos finalistas a la presidencia de Brasil no se han centrado mayormente en los temas que preocupan a los inversionistas. Pero esto pareciera cambiar. Estos son los planes en materia de pensiones, impuestos y privatizaciones.
La celebración ha sido en grande. En apenas dos días, las empresas que cotizan en la bolsa brasileña han sumado US$ 2 billones (millones de millones) en valor bursátil. Todo, por las expectativas que ha generado entre los inversionistas la llegada del derechista Jair Bolsonaro (Partido Liberal Social) a la presidencia y la derrota de candidato de izquierda Fernando Haddad (Partido de los Trabajadores).
Los planes económicos no han sido parte central del discurso de Bolsonaro, pero sí ha dejado entrever algunos de los aspectos más relevantes. Aquellos que justamente preocupan al mundo de los negocios. Y pareciera que ahora, comenzará a explotar más un perfil técnico: en su primera entrevista tras las elecciones, adelantó que incluiría a su asesor económico Paulo Guedes en sus futuras apariciones.
En el caso de Haddad, desde un comienzo se ha mostrado como un político más moderado que su compañero de partido y ex presidente Lula da Silva.
¿Resultarán las estrategias? Las dudas quedarán despejadas recién el 28 de octubre, en la segunda vuelta presidencial. Por ahora, sólo es posible vislumbrar los discursos que han seducido o preocupado al mercado.
Reforma previsional: lo más urgente
El sistema de pensiones en Brasil funciona con un modelo de reparto en el que se puede acceder al monto de pensión completa tras 35 años de cotización en el caso de los hombres y de 30 años en el de las mujeres. Es decir, una persona podría -en teoría- jubilarse a los 55 años.
Aquello pareciera ser cada vez menos sustentable. En 2010 la población de más de 65 años representaba el 7,6% del total, según cifras de la OCDE. En 2050 equivaldría al 38%. Por lo mismo, el actual presidente Michel Temer intentó impulsar una reforma fijando una edad de retiro mínima de 60 para los hombres y de 65 para las mujeres. La medida fue impopular y no logró el apoyo necesario en el Congreso.
Pero los cambios parecen cada vez más urgentes, considerando -además- que el sistema previsional representa uno de los mayores gastos del estado. Uno que no tiene cuentas muy holgadas. El déficit fiscal del país se encuentra actualmente en torno al 7%, es decir, poco más de tres veces el chileno (-1,9%). De acuerdo a cifras de la OCDE, si el modelo se mantiene, el gasto previsional equivaldrá al 17% del PIB en 2060.
En este contexto, Bolsonaro ha propuesto establecer un sistema de cuentas individuales similar al chileno. El parecido entre su propuesta y el sistema local tiene una explicación simple. Paulo Guedes, con estudios en la universidad de Chicago, mantiene lazos con políticos y técnicos que participaron en la creación del modelo local. El mismo ha dicho que este es justamente su objetivo. “En los ochenta, participé de todos los debates económicos de Brasil a favor del trípode macroeconómico y de hacer en el país las reformas que se llevaron a cabo en Chile”, comentó en una entrevista con el diario El País en agosto.
Fernando Haddad, en tanto, ha declarado que intentará dar pie atrás en las reformas impulsadas por la administración de Temer. Sin embargo, últimamente ha declarado que es necesario establecer una edad mínima de retiro. “Nada es tabú”, ha asegurado cuando se le ha preguntado por las reformas que buscará impulsar en una eventual administración. Además, Haddad tiene experiencia en impulsar medidas que pueden parecer impopulares. Cuando fue alcalde de Sao Paulo, por ejemplo, elevó el valor del pasaje de los autobuses.
Privatizaciones: las grandes diferencias
El gobierno brasileño es responsable de la administración de alrededor de 150 empresas estatales. Entre ellas, la mayor compañía del país: Petrobras.
En el caso de Bolsonaro, el candidato ha comentado de manera reiterada su intención de privatizar gran parte de estas firmas. El lunes, reiteró sus intenciones a través de su cuenta de Twitter. “(Busco) reducir el número de ministerios, extinguir y privatizar empresas estatales y combatir fraudes en el programa social Bolsa Famila”, escribió el candidato. No obstante, ha dicho también que dejaría de lado al Banco do Brasil y a Caixa Economica.
Aquello explica el salto que han registrado algunas de las empresas estatales abiertas en bolsa tras las elecciones. Entre lunes y martes, Electrobras ha subido 18%, mientras Petrobras ha rentado 11,2%.
Haddad, en tanto, ha asegurado que las empresas estatales son un elemento clave para el desarrollo del país, por lo que limitaría las privatizaciones.
Reforma tributaria: diversidad de propuestas
Tanto Haddad como Bolsonaro han hablado de modificaciones en el ámbito de los impuestos. Sin embargo, los cambios propuestos son absolutamente distintos.
En el caso del candidato de izquierda, se ha centrado en los impuestos sobre los ingresos, planeando reducir los tributos para las personas más pobres y elevar el de los más ricos. En términos de impuestos corporativos, su foco ha sido principalmente en la industria bancaria. Su propuesta es elevar los tributos a las entidades para forzarlos a reducir sus márgenes. Por lo mismo, la holagada votación que obtuvo Bolsonaro impulsó a las acciones de la banca brasileña. Itaú ha rentado 5,4% entre lunes y martes, mientras que Bradesco ha saltado 6,9% en el mismo período.
Bolsonaro, en cambio, ha prometido recortar y simplificar el sistema tributario. Pablo Guedes había propuesto, además, aplicar un impuesto para las transacciones financieras, pero aquello fue después negado por el candidato. Este episodio había sido justamente la razón para el alejamiento de Guedes de las actividades de Bolsonaro. Pero ahora, podría estar más activo que nunca.