La solidaridad en las nuevas pensiones se resolvería con un seguro
El Ejecutivo trabaja en una propuesta para llevar la cotización adicional sobre el 4%. Con esos nuevos recursos, hay un destino favorito: un seguro para cubrir el riesgo de longevidad.
A toda máquina trabaja el Gobierno para cumplir los compromisos de cambio a la Reforma Rrevisional contraidos con la DC y el PR para lograr votos opositores que permitieran aprobar la idea de legislar. Junto a un ente público que gestione la cotización adicional y adelantar el alza de las pensiones del pilar solidario, el Ejecutivo comprometió también mayor solidaridad en el sistema. Concretar esa promesa sin controversia desde ya se anticipa como imposible.
En simple, hay tres visiones que chocan. Primero, la oposición, alineada con el proyecto del gobierno anterior, espera una “solidaridad”entendida como transferencias para aumentar las pensiones de actuales y futuros jubilados usando parte del alza de la cotización. Segundo, el oficialismo ha cerrado filas en torno a la idea de que la cotización es del trabajador y que destinarla a un componente de reparto es inequitativo. Tercero, en su Cuenta Pública el Presidente Sebastián Piñera fue claro en afirmar que “el ahorro previsional les pertenece a los trabajadores, nadie puede meter la mano y utilizarlo para otros propósitos”.
¿Cómo se resolverá el puzle? Fuentes del oficialismo confirmaron que la clave está en que para las autoridades la mayor solidaridad implica un seguro. Y que eso exige subir aun más la cotización adicional.
La actual reforma de pensiones incluye un seguro de longevidad, pero solo apunta a que las pensiones de quienes contratan un retiro programado. También un seguro de dependencia para adultos mayores no autovalentes. Lo que se está pensando ahora es más ambicioso ya que deberia cubrir al total de los cotizantes, como lo hace el seguro de invalidez y sobrevivencia.
Señales de acuerdo
El día de la votación de la reforma en la Sala de la Cámara Baja, el ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg, deslizó que se incrementará el alza de cotización actual (hoy suma 4% de aporte del empleador y 0,2% para el seguro de dependencia) para aumentar la solidaridad intergeneracional. Esto en la idea de un nuevo seguro que beneficie a la clase media.
La fórmula está en línea de lo que ha venido planteando el asesor presidencial previsional, Augusto Iglesias, quien si bien se ha declarado completamente contrario a los sistemas de reparto para financiar pensiones, los valida como mecanismo para asegurar riesgos sociales.
Ahora, tras las declaraciones del ministro Secretario General de la Presidencia, Gonzalo Blumel, el diputado Patricio Melero (UDI) confirmó que en la apertura para aumentar la cotización adicional sobre 4% está la idea de financiar un seguro. El parlamentario sostuvo que entre las indicaciones que el Ejecutivo esta elaborando se evalúa destinar “un porcentaje inferior al 1% para complementar el financiamiento de algunos seguros adicionales como podría ser el de longevidad u otros, con la idea de aumentar un poco más el componente de solidaridad” de la reforma.
Desde la DC, el diputado Gabriel Silber reafirmó que su partido (que llegó a acuerdo con el Gobierno para aprobar la idea de legislar de ese proyecto) aspira a que “buena parte del 4% vaya al ahorro de las personas, otra parte a la solidaridad o de reparto ya sea inter o intra generacional y otra parte a incorporar un seguro de sobrevida, que haría una diferencia sustantiva en términos de mejores pensiones, sobre todo para personas de ingresos medios”. Añadió que se está trabajando una propuesta con los asesores técnicos, que implicaría un aporte adicional de 1% de la cotización, la que debe ser sancionada por los organismos políticos del partido.
Cubriendo el riesgo de longevidad
La idea de un seguro de longevidad no es reciente: figura en un documento elaborado en 2017 por el economista y exsuperintendente de AFP y de Valores, Guillermo Larraín, junto con otros autores. Formó parte de las propuestas de la DC para la reforma previsional del gobierno anterior, pero no fue recogida en el proyecto.
Recientemente, el economista la reflotó en una columna donde emplaza al Gobierno a enfocarse más en el problema de fondo del sistema, que a su juicio está en quienes ya jubilaron o jubilarán la próxima década lo harán con pensiones demasiado bajas, a quienes el efecto del 4% adicional no llega.
“Cualquier sistema de pensiones sano requiere ser financieramente solvente, ya sea en forma de ahorro en la AFP o en forma de seguros. Evaluamos que parte de los compromisos del sistema de pensiones podrían estar respaldados por reservas técnicas de compañías de seguro. Pueden ser varios seguros, el que he estado discutiendo es el de longevidad, que es un riesgo que está afectando a todo el mundo”, afirma.
La propuesta apunta a centralizar todo el riesgo de longevidad, que hoy en la forma de rentas vitalicias cubren diversas compañías de seguros, para dar ese servicio a la totalidad del sistema. “Las compañías de seguros tienen reservas técnicas de sus rentas vitalicias que cubren el riesgo que una persona viva mucho. Con un seguro centralizado, la compañía se hace cargo sólo de una parte de ese riesgo, puede liberar reservas técnicas y eso se puede utilizar para recalcular las pensiones al alza”, explica. De este modo, se indica en el documento, podría verificarse un alza de 24% en las pensiones con una cotización adicional (o prima) calculada en un 2%. El seguro se podría fijar en 4% con otros beneficios, dependiendo de la estructura seleccionada.
“Hoy nuestro sistema de pensiones es demasiado de contribución definida y poco de seguridad. Con esto vamos contrapesando esa carencia”, afirma Guillermo Larraín, quien añade que esto también ayuda a descargar al Fisco de futuras presiones de gasto. “Y además, le damos un apoyo a quienes sufrieron la dictadura y el quiebre estructural de la economía, con tasas de desempleo para esa generación que se traducen en pensiones muy bajas”, concluye.
El aval técnico
Desde el Centro de Estudios de Seguridad Social (Ciedess) comentaron que un seguro de longevidad es una buena alternativa para hacerse cargo del riesgo derivado del aumento en la esperanza de vida de las personas. “Podría contribuir a aumentar las pensiones de aquellos que llegan a la cuarta edad (80 y más años), independiente de la modalidad de pensión, ya sea retiro programado o renta vitalicia”, afirma el gerente general de la entidad, Rodrigo Gutiérrez.
Explica que este seguro de longevidad podría financiarse con una cotización adicional “cuya cifra deberá estudiarse en detalle, pero que podría ser complementaria al 4% propuesto en la reforma del gobierno”. De esta manera, agrega, “se mantendría la propuesta inicial del gobierno, al mismo tiempo que incorpora una mayor cotización que a la larga involucra mayores recursos para financiar pensiones con nuevos componentes de solidaridad”.
Advierte que es necesario cautelar cierta gradualidad en el aumento de la cotización “para acotar los efectos negativos en el empleo”. Además, estima indispensable determinar “si se aplicará un periodo de carencia para permitir la acumulación de un stock inicial, o bien podrán concurrir recursos fiscales con dicho propósito”.