Cómo y en qué han cambiado los programas de MBA en Chile
El director de MBA de la Universidad Adolfo Ibáñez explica que hoy se potencian más las habilidades blandas y la formación de redes, por sobre las áreas tradicionales de marketing o finanzas.
Ya no basta sólo con impartir clases de finanzas, márketing y operaciones. Los MBA en Chile han debido evolucionar para mantenerse vigentes y competitivos respecto de los máster de especialidad. Así lo cree Horacio Arredondo, director del MBA de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI). “Es un producto que tiene que estar cambiando permanentemente”, comenta el académico, quien agrega que los MBA actuales no son los mismos que existían hace cinco o diez años. “Un MBA que hoy simplemente pasa finanzas, márketing y operaciones no es un MBA, es ingeniería comercial 2.0, pero no un MBA”, comenta.
Según explica, a estos programas se les ha agregado un mayor interés por las habilidades blandas. “Cuando uno mira a los ejecutivos, éstas son las más difíciles de encontrar”, plantea. “Nosotros siempre hablamos que el programa tiene que trabajar sobre dos ámbitos: uno son las habilidades que al final son las herramientas que tienes para tomar decisiones y las otras son las competencias”, reflexiona Arredondo.
Más allá de ese cambio en el enfoque, existen quienes consideran que los MBA son hoy en día una especie de commodity entre los ejecutivos; que todos lo tienen, por lo que habrían dejado de ser un elemento diferenciador. “Depende del MBA que tomes”, comenta entre risas Arredondo. Más en serio, el académico se hace cargo de esa afirmación.
Otra de las tendencias que se perciben entre estos programas de posgrado es una preferencia cada vez más creciente por los MBA executive, los cuales permiten combinar los estudios con el trabajo, versus la modalidad full time que exige una disponibilidad de tiempo mucho mayor. Según comenta Arredondo, entre quienes hoy cursan el MBA full time en la UAI, la edad promedio es en torno a los 28 años, mientras que en los programas ejecutivos ésta sube a cerca de 37 años.
“Son programas muy diferentes. El full time trata de desarrollar las herramientas (…) mientras que en el executive tienes profesionales que ya tienen un recorrido y lo que están buscando es cómo yo movilizo mi organización”, afirma. “No quiere decir que la gente deje de hacer los MBA, sino que los están postergando, están agarrando más rodaje profesional y luego toman el executive“, asegura Arredondo.
Una de las preocupaciones tradicionales que existen antes de cursar estos programas es si al egresar los nuevos aprendizajes se verán reflejados en mayores ingresos. Esa inquietud, dice Arrendondo, es algo que los alumnos siguen preguntando antes de empezar un curso y la respuesta es que sí hay un incremento, aunque éste se da de forma diferenciada según el tipo de programa.
Otra de las inquietudes de los potenciales estudiantes están relacionadas con las redes que se pueden obtener al inscribirse en estos programas. En este asunto, dice Arrendondo, también se han percibido cambios. “Claramente el network es un tema importante. Pero no estoy buscando estar sentado al lado de fulanito, sino sentarme al lado de gente que me puede aportar en el futuro, porque hoy el futuro es de redes”, comenta.
“Ya no se trata del pituto, sino de cómo tener una red potente”, agrega.
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