Qué hay tras el sistema de protección a la clase media
La definición del concepto de “clase media” es una duda inicial en esta política pública. Autoridades y especialistas de hecho discuten cuál es su profundidad.
Cumpliendo un compromiso de su campaña electoral, el 22 de mayo pasado el Presidente Sebastián Piñera lanzó Clase Media Protegida, un programa mediante el cual el Estado brindará apoyo integral a las familias de ese segmento que enfrentan eventos adversos. Para ello, la iniciativa integra un conjunto de programas sociales que ya llegan a quienes superan los umbrales de pobreza y a futuro se espera sumar nuevas prestaciones, entre ellas las incluidas en la reforma de pensiones y de salud.
Hoy, el programa se enfoca en seis eventos adversos que pueden empobrecer a una familia (aunque no son los únicos): problemas de salud alto costo, pérdida de empleo, dificultad para acceder a vivienda y pagar estudios superiores, ser víctima de delitos violentos y cuidar a adultos mayores en situación de dependencia.
Pero no se trata sólo de un listado de beneficios. Además, se busca simplificar el acceso y brindar respuestas coordinadas cuando se requiera una intervención de distintos organismos públicos, incorporando además el seguimiento a los beneficiarios para garantizar que no queden desprotegidos. Así lo precisó el director ejecutivo del programa Clase Media Protegida del Ministerio de Desarrollo Social (MDS), Francisco Carrillo, en un seminario sobre el tema organizado por el Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES) y el Núcleo Milenio en Desarrollo Social (Desoc).
En el evento, realizado en la facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, el economista detalló por qué es importante “dar respuesta a quienes superan los umbrales establecidos en la política social convencional y proteger sus ingresos ante shocks”. Enfatizó que es una política “que hay que ir construyendo en sucesivos gobiernos”.
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Sin embargo, también admitió una falencia básica: Chile no tiene una definición de qué es clase media y este programa tampoco avanza en una propuesta al respecto. Más bien, dijo, se trata de apoyar “a quienes no están en pobreza, pero tienen probabilidad de retroceder”. Añadió que este no es un riesgo menor: según la OCDE, entre los países miembros del organismo Chile tiene la mayor movilidad social descendente; es decir, el mayor riesgo de pasar del cuarto quintil de ingresos al primer quintil (donde está el 20% más pobre de la población) en un lapso de cuatro años.
¿Qué es clase media?
Un factor que el director del Centro de Microdatos y del Desoc, Fabián Duarte, estimó “preocupante” es que el programa no tenga una definición de qué es clase media. “Antes de discutir cómo se va a prestar esta política, hay que definir quiénes constituyen su público objetivo. O nos ponemos de acuerdo en qué queremos decir y a dónde queremos apuntar, o estaremos disparando al aire”, comentó. Afirmó que despejar este tema es clave, junto con detallar cuál es el costo de los nuevos programas y cómo se financiarán.
Agregó que el término clase media es muy amplio ya que las personas tienden a identificarse con ese grupo socioeconómico “porque no se perciben en los extremos”; es decir, no se perciben ni ricos ni pobres. Esto, añadió, incide en que existe una percepción errónea de los riesgos que pueden enfrentar ante determinadas contingencias, sumado al hecho que “desconcen la oferta pública porque creen que están excluidos y les da vergüenza acercarse al Estado a pedir ayuda”.
Advirtió también que por más que se aumente la oferta, si la gente no la conoce termina con escaso uso e impacto. Puso como ejemplo el Examen Preventivo de Salud de totalemnte gratuito ara afiliados de Fonasa e Isapres, “pero que prácticamente no se usa”.
Inclusión y cupos
¿Qué tan novedoso es el enfoque de Clase Media Protegida? La economista Heidi Berner, exsubsecretaria de Evaluación Social del MDS durante la segunda administración de Michelle Bachelet, sostuvo que “desde hace muchos años que salimos de programas que solo van hacia la pobreza. Es cosa de mirar cómo en la última década se ha aumentado de forma importante la seguridad social”.
Explicó que hay prestaciones de acceso universal, como ocurre en salud con las garantías explícitas (GES) y el fondo para enfermedades catastróficas Ricarte Soto. Otros programas, como el pilar solidario en pensiones, el pago de asignaciones familiares y la gratuidad en la educación universitaria están disponible para el 60% de menores ingresos de la población. “Hay una discusión sobre los montos considerados, pero la clase media no está excluida”, añadió. También citó al el programa Chile Crece Contigo, que beneficia a todas las mujeres que den a luz en el sistema público de salud y a sus hijos hasta cuarto año de educación básica.
La economista estimó incorrecto señalar que la clase media no está incluida cuando el 80% de los chilenos accede a salud a través de Fonasa y el 70% ya es parte del registro de hogares, que es la puerta de acceso a los beneficios sociales que ofrece el Estado.
Por ello, planteó que es necesario reconocer esta lógica de continuidad y avance en la políticas, junto con “pensar en cómo mitigar la volatilidad de ingresos, que afecta no solo a la clase media”. También llamó a sincerar que no basta con ampliar las coberturas de los programas cuando el límite está en los cupos disponibles. Un ejemplo: el 60% más vulnerable de la población puede postular a ingresar a los nuevos Establecimientos de Larga Estadía para Adultos Mayores, pero hay solo 15 centros públicos de este tipo, uno en cada región, con cupos insuficientes respecto de la demanda.