El efecto en las calles argentinas de la nueva limitación para comprar dólares
Se esperaba que el lunes un gran número de personas retiraran sus ahorros, algo que ocurrió, pero de forma ordenada.
Un sorpresivo anuncio hizo el domingo el presidente argentino, Mauricio Macri, en un nuevo intento por evitar más efectos en el mercado de las elecciones primarias del pasado 11 de agosto. En un giro a sus políticas más ortodoxas, el mandatario anunció controles de capital para contener la crisis financiera. Entre otras cosas esto implica, por ejemplo, que los exportadores tendrán un plazo de cinco días para repatriar la moneda extranjera en la venta de sus productos; que las empresas necesitarán la autorización del banco para comprar divisas; y que las personas podrán adquirir hasta US$ 10.000 mensuales como máximo. Al teléfono, Ignacio Olivera, corresponsal de Bloomberg en Argentina, comenta que el impacto de la medida ha generado dos realidades paralelas en el mercado cambiario.
“Obviamente en el mercado oficial –donde hay fuertes limitaciones a la demanda de dólares–, lo que vemos es un tipo de cambio oficial intervenido, planchado, se percibe ahí cierta calma. El tema es el contado con liquidación, que se ve que se encareció un poco, y que es el dólar implícito en las operaciones bursátiles”, sostiene. Olivera explica que aquel es un mecanismo a través del cual las empresas, que a su juicio son las verdaderas afectadas por el control de cambios, acceden a los dólares.
“Lo que se ve es un repunte en la cotización de este tipo de cambio que ya se empieza a separar del tipo de cambio oficial. Ayer [lunes 2] veíamos un dólar de 65 pesos para quienes querían acceder a las divisas en el mercado de capitales, mientras el tipo de cambio oficial estaba en los 56 pesos. Entonces lo que estamos viendo en este momento es que todo lo que tiene que ver con el mercado oficial está calmo, pero obviamente en los otros mercados empieza a haber mayor presión sobre las divisas”, relata Olivera.
Lo anterior, explica, refleja que Argentina sigue siendo un país con una necesidad continua de dólares, la cual cree que incluso podría profundizarse, ya que estas medidas anunciadas por el Gobierno no logran un incentivo para el ingreso de capitales, a pesar de que en el corto plazo sí son muy efectivas.
“Todas estas medidas se toman en un momento en que el Gobierno estaba teniendo serios problemas en la gobernabilidad y con esto logra que todos los problemas que tiene Argentina, que son muy profundos en el mediano y largo plazo, no se trasladen en el corto plazo a la gente. Por ahora el nivel de reservas es holgado, si bien obviamente la tendencia es declinante. Hacia adelante, por los compromisos de deuda que tiene la Argentina, la situación se puede llegar a comprometer mucho. Por ahora, lo que está buscando el Gobierno es tratar de capitalizar esto porque está en medio de una campaña electoral”, afirma el periodista.
Todos los dólares que quisieran
Según Olivera, lo que se percibe en las calles da cuenta del panorama financiero que enfrenta el país. Aunque se esperaba que mucha gente fuese el lunes a buscar sus dólares, la situación se manejó de mejor manera, logrando dar cierta seguridad a los ahorrantes.
“Desde el Gobierno hubo un mensaje apuntando justamente a disipar cualquier temor. La estrategia esta vez fue tratar de fortalecer la comunicación por parte de las entidades financieras, que se comunicaran con los ahorrantes, que mostraran disposición para ofrecer los dólares que quisieran, que incluso ampliaran la jornada cambiaria en dos horas”, detalla Olivera y agrega que la idea fue que no quedaran dudas de que todos los dólares que quisieran los ahorrantes iban a estar disponibles.
Como la situación fue menos tensa que la prevista, incluso se dieron casos en los que los ahorrantes llamaron a los bancos para ver si sus dólares estaban disponibles para ir a buscarlos y que finalmente optaron por no retirarlos de las entidades financieras.
“Acá lo que se trata de hacer es mostrar que los bancos están solventes. Que los bancos incluso, en palabras del presidente del Banco Central, Guido Sandleris, son los más líquidos del mundo, porque toman medidas prudenciales justamente porque los argentinos tienen caracterísiticas muy diferentes al resto de los países. Y lo que se está viendo ahora es un flujo bastante importante, pero que se da más ordenadamente que en los días anteriores. Y en los bancos están esperando que esta tendencia vaya decreciendo”, sostiene Olivera.
Críticas al manejo
En la arena política, las cosas siguen crispadas. Por una parte, el equipo de Alberto Fernández se ha mostrado crítico de cómo el Gobierno de Macri ha manejado la situación. “En su momento los asesores económicos de Alberto Fernández habían pedido control de capitales durante la semana pasada y lo que más critican es el reperfilamiento de deuda que se tomó días atrás, en donde la Argentina decidió postergar el pago de compromisos en pesos. Lo que dicen es que esto generó un efecto dañino en el corto plazo y que compromete también a la Argentina de cara al futuro”, asegura Olivera, quien plantea que desde la oposición habrían preferido que las medidas económicas se hubiesen dado en un orden invertido: primero el control de capitales y luego el anuncio del reperfilamiento de deudas.
Mientras tanto, en el bando contrario, Macri sigue intentado dar la impresión de que continúa en combate. “Hay que ver si lo que buscan es ganar o hacer un papel decoroso, o si simplemente dedicen en algún momento claudicar en su candidatura, que son rumores que siempre corren en el mercado. Pero por ahora parece que estamos lejos de eso”, afirma el periodista. “Lo que sí parece es que estas medidas apuntan a desacoplar un poco todos estos problemas financieros que tiene la Argentina de lo que vive la gente. Y en eso hay una apuesta electoral. Él claramente está buscando todavía recuperar algo de imagen de cara a las elecciones de octubre y lo que se ve es que estas medidas económicas apuntan a eso y lo muestran todavía en la pelea”, comenta el corresponsal.
FMI y la política monetaria
Otra de las preocupaciones que existe en el país es la de incumplir con los compromisos vigentes adquiridos con el Fondo Monetario Internacional. Una de las complicaciones de las necesidades de liquidez fue precisamente que el banco central argentino no logró cumplir durante agosto sus compromisos de base monetaria.
“Lo que pasó esta vez es que fue un mes atípico, por el efecto electoral, entonces se necesitaron más pesos para atender las necesidades de los clientes. Ahora frente a septiembre, se podría repetir la misma dinámica y lo que quieren es tratar de conversar con el Fondo la idea de ir ajustando esa meta”, explica Olivera. “Lo que buscaron dejar en claro es que estos controles cambiarios o esta necesidad de lograr una mayor seguridad y estabilidad para los ahorrantes no iban a cambiar el rumbo de la política monteria, que iban a seguir siendo contractivos”, concluye el periodista.
Escuche la conversación completa en PAUTA Bloomberg acá: