La economía no minera retrocedió dos años en solo dos semanas
Los efectos económicos de 13 días de crisis social en octubre fueron mayores a los generados por el terremoto de 2010; las estimaciones de crecimiento se ajustaron.
Se esperaba un retroceso, pero no tan profundo: el -3,4% en 12 meses que arrojó el Imacec de octubre reveló que la proyectada baja en la actividad en los primeros 13 días tras el estallido de la crisis fue mucho mayor a lo previsto, lo que adiciona mayor pesimismo sobre una ansiada recuperación que aún no figura con nitidez en el horizonte.
Se trata del registro más bajo en una década, luego que en plena crisis subprime el Imacec de junio de 2009 marcara -3,5% anual. La diferencia es que ese registro fue precedido de seis meses con cifras negativas producto de un shock externo, mientras que ahora el desplome es un cambio violento desde el alza de 3% de septiembre y responde íntegramente a razones internas.
El informe del Banco Central es claro en detallar que el principal efecto de la crisis dio en los sectores no mineros, que marcaron -4%, mientras la minería avanzó 2%. El reporte de Scotiabank sintetiza este efecto precisando que, ajustando por efectos calendario, “la actividad no minera se contrajo un 6,1% mes contra mes, la mayor caída desde que existe registro para el indicador (año 1996)”. Explica que este descenso en el nivel de actividad (desestacionalizada) retrotrae el nivel de PIB al que se registró el agosto de 2017. “Es decir, la economía habría perdido dos años de crecimiento en tan solo dos semanas”, precisó el economista jefe de Scotiabank, Jorge Selaive.
Actividad no minera ajustada por efectos calendario: volviendo al nivel de PIB de mediados del 2017 en octubre recién pasado. pic.twitter.com/7pkuYBYNEW
— Jorge Selaive (@jselaive) December 2, 2019
Las cifras también revelan que este efecto económico de la crisis social es mayor que el terremoto y tsunami de febrero de 2010, cuando la actividad cayó de 3,7% en febrero a -0,1% en marzo, pero subió con fuerza en abril marcando 6%.
Ese rebote es lo que algunos analistas esperan. De hecho, Santander ve una “recuperación en el margen” para noviembre con un Imacec entre -1,5% y -2%, que se basa en contracciones levemente menores aunque igualmente de signo negativo en generación eléctrica y comercio exterior. Se suma el “rebote en servicios que se vieron especialmente afectados durante las primeras semanas del estallido social, como transporte y actividades de esparcimiento”, detallaron desde el equipo que lidera Claudio Soto.
Caen expectativas
A la espera del Informe de Política Monetaria (IPoM) del 5 de diciembre, este escenario está llevando a que el mercado ajuste a la baja sus estimaciones de crecimiento para 2019, que según la última Encuesta de Expectativas Económicas se situaba en 1,9%.
En un informe, Inversiones Security estimó que el crecimiento del PIB del año en curso estaría bajo 1%, mientras que Bice Inversiones ve niveles cercanos a 0,5%. Scotiabank rebajó su proyección a un rango entre 0,5%-1,5%; Santander prevé una cifra entre 1%-1,5%.
Banchile estima que el año cerrará entre 1%-1,3% y añade que “mientras más se tarde en volver al ritmo de actividad y en controlar los episodios de desorden y de violencia, más persistente se hará el estancamiento económico”.