Dónde se concentra la morosidad entre los deudores del CAE
La Dipres caracterizó a los morosos: la probabilidad de incumplimiento es menor en mujeres, entre quienes tienen deudas más altas y compromisos a mayor plazo.
Si quien financió su educación superior con el Crédito con Aval del Estado (CAE) paga las primeras nueve cuotas de esa deuda una vez que sea exigible tras su egreso, la probabilidad que deje de pagarlo se reduce en alrededor de 92%. Asimismo, la probabilidad de caer en mora disminuye en 41% simplemente por el hecho de que el beneficiario del CAE no deserte de la universidad, instituto profesional o centro de formación técnica donde curse su carrera.
Así lo señala una investigación de la serie de Estudios de Finanzas Públicas de la Dirección de Presupuestos (Dipres), elaborada por Álvaro Miranda y Carlos Guastavino, que revisa los determinantes de la morosidad del CAE para detectar cómo focalizar los recursos públicos para asegurar de modo efectivo el pago de ese crédito establecido en la ley N°20.027.
El estudio detalla que, a diciembre de 2018, el 40% del total de créditos cuyo pago se había activado estaban morosos y se habían ejecutado 104.117 garantías, representando un costo acumulado para el Fisco de $420.820 millones (poco más de US$ 647 millones).
Deuda y demanda estudiantil
Utilizando los datos administrativos provenientes de la Comisión Ingresa y el Seguro de Cesantía, los autores evaluaron los determinantes del incumplimiento del pago tras el período de gracia. Esto, porque el pago se hace exigible 18 meses después del término del plan de estudios y, en el caso de estudiantes desertores, al transcurrir 12 meses de abandono de la carrera.
Tras el no pago de la cuarta cuota consecutiva, los bancos pueden iniciar la cobranza judicial y en un plazo acotado ejecutar las garantías del Estado y de la entidad de educación superior donde se cursaron los estudios. Y aquí opera una de las principales herramientas de recuperación, que es la retención de excedentes de impuesto a la renta por parte de la Tesorería General de la República, que los abona al acreedor.
La obligación de pagar la deuda, especialmente gravosa para los segmentos vulnerables que no lograron acceder a la gratuidad que se implementó desde 2016, se ha traducido en el movimiento que pide su condonación. La demanda ha sido parte de manera persistente de la movilización estudiantil, a pesar de que desde sucesivos gobiernos se argumenta que la magnitud de recursos involucrados hacen inviable dicha aspiración.
¿Quiénes son los deudores?
Según los datos analizados, sobre el 60% de los créditos se otorgan a hombres y a quienes pertenecen a los dos primeros quintiles de ingreso (más vulnerables)
La tasa de morosidad general del CAE es de 37,3%; pero si solo se considera a los desertores, el indicador salta a 68,5%. Aunque el mercado laboral discrimina a las mujeres en materia de participación laboral y salarios, ellas tienen un mejor comportamiento de pago, con tasas de morosidad de 34,4%, inferiores al 38,9% que registran los hombres.
Si se considera el quintil de ingreso del hogar de quienes postularon al CAE, la morosidad de quienes pertenecen a los primeros dos quintiles llega al 40,9%, mientras que en el caso del quinto quintil (el de mayores ingresos) alcanza a 25,4%. En 2018, el 64,2% de los beneficiarios obtuvieron ingresos en el sector privado y formal de la economía. Curiosamente, no se aprecian diferencias relevantes en las tasas de morosidad entre quienes se desempeñan en el sector privado y formal respecto de quienes no trabajan, son informales o están empleados en el sector público.
Se observa que la tasa de morosidad cae en la medida en que el individuo lleva más cuotas pagadas, pero no se detectan diferencias en ese indicador asociadas a diferentes niveles de las tasas de interés. Los créditos a mayor plazo tienen menores tasas de morosidad promedio y la probabilidad de caer en mora disminuye con el monto. De hecho, un aumento de un 1% en el monto de la deuda reduce la probabilidad de caer en mora en 9,1 puntos porcentuales.
El CAE ofrece a quienes están al día en el pago de su crédito tres ventajas: pagar un interés anual de hasta 2%; suspender por cinco meses el pago de las cuotas en caso de desempleo y, si la cuota que paga excede el 10% de sus ingesos promedio del último año, puede postular a un beneficio para que el Fisco pague la diferencia hasta por seis meses, renovables. El estudio detecta que el uso de estos beneficios se asocia a una menor probabilidad de caer en mora, siendo la rebaja de tasas el factor más determinante.
Señal para futuros ajustes
El estudio arroja datos valiosos para entender las características de quienes están morosos del CAE, lo que se constituye en predictores del comportamiento de pago de este segmento y, por ende, en elementos relevantes a la hora de mejorar las políticas públicas en la materia.
En este contexto, ha habido algunos avances. Entre los acuerdos para despachar el Presupuesto 2020 estuvo permitir que los deudores en mora puedan renegociar créditos morosos con una tasa anual de 2%, condonándose multas e intereses. Esta medida beneficia a quienes se endeudaron antes de 2012, ya que en esos casos las tasas de interés cobradas por la banca oscilan entre 4%-6%. Mediante la Ley N°20.634 se facultó al Fisco a pagar a la banca los intereses que excedan del 2% anual.
Además, se acordó que el Ministerio de Hacienda encabezará una mesa técnica multisectorial que revisará el funcionaminto de distintas leyes sobre financiamiento a la educación superior para proponer futuras mejoras, cuyos resultados deberían entregarse en junio.